Señora Denisse VI

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Señora Denisse

Miré a mí portátil con el ceño fruncido.

Había pasado una semana desde el cumpleaños de Santiago y había peleado muy feo con Emma después de eso. Cuando ella me cazó viendo el trasero de la madre de mí amigo, me exigió que nos fuéramos o ella se iría sola. Emma se fue cocinando a fuego lento hasta que llegamos al pequeño departamento que había podido alquilar con lo que quedaba de mí sueldo después de la comida y la universidad.

Luego, la tercera guerra mundial explotó en mí departamento.

Emma me gritó miles de cosas, algunas bastantes dolorosas, pero no peleé. Ella tenía toda la razón al estar enojada, no podía ni siquiera intentar pensar en mí reacción si ella hacía algo parecido alguna vez. Le pedí perdón, una y mil veces, jurándole que no sentía nada por la señora Denisse. Mis ojos simplemente se iban, ni siquiera sabía el por qué. Le quise explicar, contar, la conversación qué habíamos tenido, pero Emma no quiso escucharme ni por un segundo.

Se fue de mí casa después de lanzarme algunas cosas y romper otras. En mí departamento monoambiente parecía que había pasado un tornado cuando ella se fue.

No contestó mis mensajes, ni mis llamadas y no podía ir a verla con la universidad en época de exámen. Simplemente tendría que esperar una semana más para ir a verla a su casa y hablar, esperando que estuviera más tranquila. Cosa que dudaba mucho...

Pero en ese momento me estaba picando el bicho de la curiosidad y aunque había estado muy preocupado por la relación que tenía con Emma. No podía dejar de pensar en lo que trabajaba la señora Denisse.

Me levanté con un movimiento rápido de la cama y me senté en la silla con la portátil sobre la mesa para googlear. Pero tuve un problema, no sabía el nombre completo de Denisse, así que simplemente entre a la pagina de Facebook de Santiago. Busqué su nombre en la lista de amigos de su hijo hasta que la encontré.

Denisse Meyer

Entre a su perfil y agradecí al cielo que lo tuviera en público. Había varias fotos suyas y de Santiago, pero muy pocas publicaciones aparte de memes tontos. Hasta que entre a una de las páginas que me llamaron la atención.

Mí compañía nocturna.

Alcé las cejas y entre al darme cuenta que ella era la coordinadora.

- Eureka-, susurré cuando ví promociones de libros con imágenes de torsos de hombres desnudos.

Estuve leyendo varias sinopsis, con el nombre de Denisse en la parte que decía autor. La mayoría era de dominación y fetiches. Jamás había pensado que una mujer tan dulce le gustará ese tipo de cosas... Pero recordé el cuero negro en su cuerpo cuando la vi masturbándose y ahora tenía sentido.

No pude comprar ninguno, pero había decidido que ahorraría y leería una de los suyos. No creía que escribiera cosas que le gustaba específicamente a ella, tal vez ni siquiera se asomaba a sus fantasías. Pero saber que ella escribía sobre sexo caliente y morboso, provocaba algo en mí. Mí polla se agitó en mí pantalón de chandal y me mordí el labio mientras volvía a su página de Facebook.

Sin ser plenamente consciente de mis acciones, fui directo a sus fotos y gemí cuando vi una dónde estaba con un pequeño traje de baño. En realidad la parte de arriba era un corpiño verde sin tiras y llevaba un pequeño pantalón de jean, su pelo estaba un poco más largo de cuando la conocí, pero estaba hermosa. Su boca levemente abierta y sonrojada, parecía que la foto había sido tomada de improvisto.

Mí polla estaba tan dura que podría haber roto piedras con ella. Sin pensar lo que hacía me toque sobre el pantalón, viendo sus piel impoluta y tersa brillando por el sol. Su estómago y piernas desnudas, el asomó de sus tetas grandes por arriba de esa afortunada tela.

Estaba mal... No tenía que masturbarme viendo la foto de la madre de un amigo... Por la mujer que mí novia estaba justamente celosa...

Pero no podía detenerme. Mis ojos cerrándose cuando apreté mí mano en mí pene desnudo y tieso. Moví mí palma de base a punta, gimiendo cada vez más fuerte, apoyando mí espalda en la silla y abriendo más mis muslos.

Me imaginé abriendo las piernas hermosas, de Denisse, de par en par y saboreando su dulce coño. Me la imaginé atada en mí cama o en mí mesa, rogando para que la hiciera venir con mí boca o mí polla profundamente enterrado en ella. Sólo pensar en saborear su crema me tenía gimiendo su nombre una y otra vez hasta correrme con fuerza en mí palma....

Para que después viniera el resentimiento y la angustia.

Mis ojos se abrieron para ver la foto de Denisse aún en la pantalla de mí portátil. Ahora no parecía algo sexual, más bien parecía sorprendida que me hubiera masturbado pensando en ella.

Con un gruñido salí de Facebook y cerré la portátil para irme a lavar al baño.

Tenía que dejar de pensar en la señora Denisse. No era sano ni nada bueno lo que estaba haciendo....

Continuará...

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