Harry, Duque de Montarier, parecía alguien bastante interesante.
El pensamiento aún más firme de mantenerse apartado de la especie más baja de ese mundo, le rondaba la cabeza; pero algo lo hacía querer seguir ese camino del cual se había alejado.
A...
Sólo puedo decir que comenzamos fuerte y terminamos bien.
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Charlotte se dejó llevar, sintiendo como él se hundía en ella. Gemía sin reprimirse y sin importarle que alguien la escuchara.
El joven hombre le besaba el cuello y ella se dejaba ser. Fuertes embestidas la hicieron temblar, y sujetó con fuerza su vestido que no se lo había quitado, si no remangado para no demorar mucho, y se mordió los labios viendo que encima de ella, moviéndose, estaba ese hombre al que tanto adoraba.
Niall bombeaba con tarta fuerza que la rubia podía sentir con fiereza el choque de su pelvis contra la suya.
Sus cuerpos se estremecieron cuando Charlotte lo presionó con fuerza mientras soltaba un alarido estremecedor, sintiendo por primera vez un orgasmo. Niall lo había conseguido a la primera, había conseguido que Charlotte disfrutara como él.
Y entonces se dejó ir, llenándola por completo, palpitando dentro de ella.
Entonces Charlotte despertó con el sonido de los golpes en la puerta de su habitación. Doris la levantaba para que se alistase, ya que ese día tenía una agenda pesada.
Completamente agitada, y confundida, le respondió—está bien, Doris. Ya estoy despierta—
Doris lo entendió y se fue para ir a ver cómo estaba la situación en la cocina con el desayuno, y los quehaceres de la mañana.
La rubia, completamente caliente y excitada por aquello, corrió a darse un baño de agua fría.
Era la segunda vez y durante dos días seguidos, que tenía uno de esos sueños, y no sabía que pensar sobre aquello.
¿Qué pensaría Niall de ella? A Dios gracias que Niall no leía las mentes, y sólo tenía un sexto sentido súper desarrollado.
No supo por qué había empezado, bueno, sí lo sabía, antes de ayer a Niall que no veía nada desde hacía años, se le escapó un pequeño roce sobre los senos de la rubia, y estuvo tan avergonzado de aquello, que prefirió que Zayn lo acompañara a algo que tenía que hacer aquella tarde, y Charlotte respetó eso, porque después de todo, ella también estaba demasiado avergonzada, que si Niall pudiera ver, hubiera visto el rostro completamente rojo de Charlotte, y los de él en el espejo.
No lo había visto desde aquello, pero empezaron esos sueños nada inocentes, y todo por un simple roce de sus cuerpos.
Aturdida y lista, bajó a desayunar para luego ir al despacho, firmar unos papeles y alistar su abrigo para salir a dejar unas cosas encargadas de su hermana.
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