La sensación de correr bajo la lluvia - [Larry]

27 ⤖ ❝Hola de nuevo❞

—Harry...

—Lou... —sus ojos se llenaron de lágrimas y todo lo que había estado reprimiendo, lo largó de una sola vez. Gritó sobre la clavícula de Louis, mientras él lo aferraba contra su cuerpo para hacerle saber que estaba allí, que estaría siempre con él sin importar lo que pudiera suceder.

—Por Dios, estás vivo. Por Dios... Harry te amo tanto. Tanto, tanto, lo juro —se separó levemente de él y lo besó en los labios. Harry olía mal pero por ninguna razón del mundo quería separarse de él.

Los demás estaban vigilando por las ventanas y puertas, lejos de ellos. Quizá para darle su espacio, por incomodidad o ambas.

—Te amo, te amo —susurraba Louis una y otra vez, intentando asegurarse de que todo esto no era un sueño y Harry estaba a salvo en serio—. Te amo...

—Te extrañé —susurró el ojiverde cuando calmó un poco su llanto.

—Lamento que te esté pasando esto, yo...

—No es tu culpa, Lou. No es tu culpa ni la mía, es simplemente... mala suerte.

—No. Es culpa de todos ellos que no lo entienden.

—No lo entenderán jamás, Lou. Van a encontrarme de una forma u otra, ¿lo sabías?

—No, no lo harán. Nos iremos ahora mismo —Louis caminó de un lado a otro y fue en busca de alguien para preguntar cuál sería el siguiente paso—. ¡Adam! ¿Qué haremos ahora? —preguntó adentrándose a una habitación, donde Adam vigilaba por una ventana.

—Sí, eh... Marianne ya se ha ido, creo. Ella nos esperará con un carruaje en el bosque, cerca de ese árbol donde se escondían. Se supone que luego de eso, yo los escoltaré hasta el pueblo más lejano a este.

—¿"Se supone"?

—Sí. Si todo sale bien, ese será el final.

♧

—¡Vayan a buscarlo ahora! ¡LOUIS! —su padre gritó su nombre un par de veces y al no obtener respuestas, regresó al castillo con los demás—. Esto no puede estar pasando, no ahora... Malditos niños estúpidos...

—Lo arreglaremos —susurró Jay, asustada por lo que él pudiera hacer estando así de furioso—. Se arreglará.

El rey la miró durante una fracción de segundo, con tantos sentimientos acumulados que Jay no pudo descifrar lo que sentía hacia ella ahora mismo.

—Entonces dime la solución.

—En cualquier momento aparecerán de nuevo y...

—¡¿Qué carajos sucede?! —Albert apareció por la puerta, junto a sus otros hermanos, confundidos y furiosos.

—¡Escapó el hijo de puta! —exclamó golpeando la mesa y tirando todo lo que se encontraba sobre ella—. ¡Y ese desgraciado lo ayudó!

—¿Louis?

—Sí... Da asco que forme parte de esta familia. Una vez que lo encontremos de nuevo... no habrá piedad para ninguno. Los mataremos a ambos —se acomodó el cabello—. Envíen a cada guardia que exista en este castillo a buscarlos AHORA.

Todos se movieron en direcciones contrarias y el rey se sirvió un vaso de whisky para calmarse un poco. Jay permaneció en silencio a su lado, temblando asustada y confundida. ¿Realmente Louis había planeado escapar de nuevo con él, sabiendo los riesgos que corrían?

—Ve a avisarles a todos que por ahora todo esto se cancela —Jay asintió—. Para hoy, mujer. Muévete.

Jay fue corriendo hasta donde el pueblo esperaba, bajo la tormenta que se avecinaba. Unas gotas comenzaron a caer cuando llegó al principio de la colina.

—Desapareció, junto con mi hijo. Se cancela por el momento.

Algunos murmuraron, otros se quejaron y Anne simplemente lloró agradecida, porque significaba que su Harry seguía vivo y quizá podría salir vivo de todo esto.

Se abrazó con madame Colin, más felíz que nunca.

♧

—Nos tenemos que ir ahora —habló Adam, ayudando al señor Miles a recostarse en su cama—. Los guardias probablemente ya estén empezando a revisar el pueblo.

—Harry, ¿estás listo?

—¿Tú lo estás?

—Eso creo.

—Si tú lo estás, yo lo estoy —apretó el hombro de Louis cariñosamente y lo miró con una expresión vacía. Una expresión vacía que sin embargo expresaba todo.

—Adelántense. Es el mismo camino que hicieron la primera vez que escaparon. Yo distraeré a los guardias hasta el anochecer, porque seguramente querrán ir para allí —dijo y ambos jóvenes lo miraron con el ceño fruncido—. Pueden confiar en mí.

—Dinos algo que nos haga confiar plenamente en tí —Louis se cruzó de brazos—. Porque es realmente extraño que nos quisieras ayudar porque sí.

Adam suspiró y movió la punta de sus pies con nerviosismo. Inhaló y exhaló varias veces antes de hablar.

—Yo... soy como ustedes.

—¿A qué te refieres?

—Que... soy igual a ustedes. A mí me gustan los...

—Oh —respondieron ambos al unísono y Adam apenas esbozó una pequeña sonrisa.

—Creí que lo había superado cuando me casé y tuve una preciosa hija, creí que todo en mí se había curado, que había cambiado. Pero al enterarme de ustedes dos... mi yo real volvió y... no lo sé. No quería que pasaran por lo mismo que pasé yo.
》Yo tenía un amante. Era un joven precioso, teníamos casi la misma edad que ustedes. Pero lo encontraron besando a otro muchacho y los condenaron a ambos... No estoy enojado por eso, es que lo extraño cada día. Y yo no... No podía desperdiciar la oportunidad de salvarlos a ustedes.

Harry dió dos pasos y lo envolvió en un corto abrazo. Adam quiso llorar.

—¿Ahora confían en mí? Porque es realmente importante que se vayan ahora mismo.

Una vez que guardaron las cosas en una bolsa, se despidieron del anciano y del niño.

—Adiós, señor Miles. Gracias por todo esto.

—Sí... Descuiden. Sean felices.

Ambos lo abrazaron y abrazaron a Reg, que lloraba porque si esto salía bien, realmente no volvería a verlos.

—Adiós, Reg —susurró Harry, desordenando su pelo—. No cierres tanto tu mente, hay muchas cosas en el mundo que no tienen nada de malo pero que las personas juzgan sin razón.

—Sí...

—Bueno Reg —Louis se puso de cuclillas y le sonrió tristemente—. Fue un placer haber sido tu mejor amigo. Pero debo irme. Aún así, prometo nunca olvidarte.

—Prometo lo mismo, Louis. Los quiero a ambos.

—Y nosotros a tí.

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