21 ⤖ ❝Todo está perdido❞

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Dos semanas pasaron desde que llegó nuevamente a Wealthking.

Su padre lo había molido a golpes, y su madre le había llorado las noches en la enfermería. Moretoneado, deprimido. Sinceramente los golpes no le habían molestado, de hecho lo agradecía. El dolor físico le hizo olvidar el emocional por un rato.

Luego de eso estuvo varios días encerrado en su cuarto, negándose a comer junto con su "familia", y evitando a la mayoría de gente que se metía en su habitación sin preguntárselo.

Este era un día donde prefería estar muerto.

—Así estás bien —su madre acomodó su saco, levantó la vista y apoyó una mano sobre su mejilla—. Te amo tanto, hijo.

—Lárgate de mi habitación.

—Pero debemos bajar junto a tu padre y...

—Lárgate. De. Mi. Habitación.

—No. Vendrás conmigo, bajarás y sonreirás, como la gran y feliz familia que somos —soltó su pecho con brusquedad. Louis no se movió de su lugar—. No me hagas repetirlo, niño.

—Y yo que creí que podrías llegar a ser diferente a los demás —suspiró y entrelazó el brazo con su madre.

—¿Diferente como? —preguntó, guiandolo por un laberinto de pasillos.

—No sé. Diferente. Es obvio que eres como todos ellos, como mis tíos, mi padre. Siempre tan egoístas.

A su madre pareció dolerle, pero Louis no había dicho ni la mitad. Realmente estaba enfadado con ella.

—No, de hecho tú eres peor. Porque da igual que lo que ellos digan sobre las mujeres, ustedes siempre van a ser más inteligente que nosotros. Y que te rebajes a... él —señaló a su padre a lo lejos—, me entristece.

—Cállate.

—Es realmente triste. El hecho de que hayas derramado el agua me...

—¡LOUIS! —su madre le dió una cachetada que él ni sintió. Ya no sentía nada—. ¿Lo sabías...?

—Obvio que sí. Todo el mundo lo sabe. Todo el mundo lamenta que no hayas tenido el valor para hacerlo.

Era cierto. Todos sabían que la reina había intentado envenenar al rey, cuando Louis tenía alrededor de once años, pero con el tiempo la gente dejó de hablar sobre ello, pues había cosas más importantes de las cuales preocuparse.
Aún así, uno nunca lo olvida. Uno nunca deja de mencionarlo en alguna conversación random. Esa historia quedará para siempre, y todos lo lamentarán. Incluso aquellos que no serán afectados por la familia Tomlinson.

Bajó junto a su adorable y perfecta familia, fingiendo una sonrisa e ignorando a los viejos arrugados que susurraban cosas acerca de él. Pues sí, todos sabían de su "travesura", como solía llamarlo su padre.

—Mira a ese, por Dios —Charlotte agarró disimuladamente el codo de Louis y cuando este la miró, hizo apenas un leve gesto con la cabeza. Louis vió en la dirección que apuntaba: había un anciano sentado en una silla—. Lo tocas y se convierte en polvo, el pobre.

Louis no pudo evitar soltar una risa, pero se calmó al instante de recibir una mirada de su padre.

—Eres una estúpida —murmuró, aguantando la risa.

—¿Pero estoy en lo cierto o no?

—Sí.

Una vez abajo, tuvo que saludar a cientos de hombres de varias edades que lo juzgaban con la mirada. Tuvo que aguantarse durante horas y en la cena decir algo sobre eso.
Tomó algunas copas de vino para distraerse, charló con su hermana y evitó a sus padres a toda costa.

La sensación de correr bajo la lluvia - [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora