CAPÍTULO 43. UN DESASTRE DE CITA

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Ethan tiró de Alessia en dirección opuesta hacia la que ella estaba yendo. - Por aquí. - Dijo él, riendo, mientras Alessia asentía, poniéndose algo roja, y comenzaban a caminar por las calles de Rótterdam. -  Sé que no has tenido mucho tiempo de ver la ciudad... Y de noche es muy bonita, así que... Bueno, he pensado que podríamos dar una vuelta y luego ir a cenar, ¿qué te parece?

- Una idea estupenda. - Dijo ella, emocionada. - Aunque vas mucho más guapo que yo.

- Eso es imposible. - Respondió él, guiñándole un ojo, mientras se juntaba más a ella. - Siempre estás guapísima.

Alessia se sonrojó un poco más, pero no dijo nada. Ethan siempre conseguía ponerle nerviosa, a pesar de que fuese la persona más tranquila del mundo.

Siguieron caminando por las calles de la ciudad, iluminadas ya a esa hora por las farolas. Las casas y los canales eran impresionantes. - Creo que he vivido encerrada en el hotel por demasiado tiempo.

- Sí. - Rió Ethan. - Bueno, nosotros tampoco hemos tenido mucho tiempo, pero el día de la excursión, vimos bastantes cosas... Una pena que no vinieses.

- Ya... Tenía que ensayar. Pero bueno. Cosas que pasan. Al menos he adelantado mucho del álbum.

- Hoy has estado en el estudio, ¿no? ¿Qué tal ha ido?

- Por la mañana, de culo, no me concentraba. - Respondió ella, sinceramente. - Por la tarde mucho mejor. Conseguí terminar otra canción.

- ¿Puedo escuchar lo que llevas hecho? - Preguntó el chico, emocionado. Le encantaba la música de la chica.

La chica le dió su teléfono, desbloqueado, y se metió en las notas de voz. - Toma, pero no lo pongas muy alto.

Ethan asintió, mientras ponía las canciones. Una tras otra, eran todas buenísimas. - Madre mía, no sé cómo eres capaz de escribir y producir tan rápido.

- Aprendí de los mejores. - Respondió ella, recordando a los Darter Boys, pero también a todas esas horas escuchando la música de los italianos en la clínica. - Tendré que mencionaros como inspiración musical, cuando me pregunten por el álbum.

- Bueno, creo que te estamos dando "inspiración" de sobra, ¿no? - Respondió el chico, riendo, mientras Alessia le pegaba en el hombro. - Auch.

- Merecido.

- ¡Pero es cierto!

- No he dicho que sea mentira. Pero no me gusta que lo digas así. Suena a lo cómo dice la prensa, que solamente os estoy usando. Y sabes que no es así.

- Vale, perdona.

- No pasa nada. - Dijo ella, sonriendo.

Siguieron caminado, hasta que llegaron a una pequeña plaza, donde había un restaurante chino enorme, con forma de pagoda. Dentro, había una fuente con peces koi, rodeada de mesas. - Oh Dios mío, creo que no he estado en un restaurante más bonito en mi vida.

- ¿Y el de ayer? - Preguntó Ethan, riendo, mientras se sentaban en la mesa que el camarero les había preparado, al recordar la cara de la chica al ver que aquel lugar tenía hasta un fresco pintado en el techo.

- Bueno, ese es ahora el segundo restaurante más bonito del mundo. Este es mejor. Tiene peces.

Ethan rió, mientras cogía su carta. Alessia notaba que le temblaban las manos. - ¿Qué... Qué vas a pedir?

- ¿Ethan? ¿Estás bien?

- Cla... Claro, ¿por qué lo preguntas? - El chico forzó una sonrisa, para luego esconderse detrás de la carta.

LA PAURA DEL BUIO - MåneskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora