CAPÍTULO 52. LA GRAN FINAL

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Alessia estaba en los camerinos, preparándose, junto a Carlos y Miguel, para la alfombra morada. Le habían hecho un maquillaje simple: los labios rojo sangre, destacando, sombra de ojos de tonos neutrales, marrones, con algo de rimmel y una fina raya negra, destacando su mirada. Dante había decidido dejar su pelo suelto, algo ondulado.

Les habían dado un camerino nuevo, el anterior traía demasiados recuerdos, y allí tenían de todo: los trajes, el maquillaje, sofás para sentarse, un gran espejo en el que Carlos no dejó de hacerse fotos para Instagram... Sus historias parecían un documental en aquel momento.

El vestido que habían escogido era un clásico, precioso: el icónico vestido de Channel, de la colección de alta costura de primavera de 1992, el mismo que había llevado Lily-Rose Depp al Met Gala de 2018, pero no lo llevaba por eso, sino porque también, muchos años antes, Penélope Cruz lo había llevado puesto en una de las películas de Pedro Almodóvar, Los abrazos rotos. Los ideales de la marca que tanto le gustaban, ya que se había modernizado mucho, junto a un homenaje al cine español, al cine de su tierra, ya que el director también era de Castilla-La Mancha, como ella.

Además, le quedaba de lujo, lo más importante.

La casa francesa le había customizado un cabestrillo, para el brazo, a juego con el vestido, al igual que le habían hecho a Carlos con su collarín, llenándolo de piedras de colorines falsas.

Tanto Miguel como Carlos estaban guapísimos: llevaban unos trajes a juego con el de Alessia, negros, con detalles en dorado, y, también, una gran gema roja.

Nada más pisar la alfombra morada, los reporteros se volvieron locos con ellos. Ninguno se esperaba la llegada de la delegación española, creían que estarían demasiado afectados por el ataque como para estar allí.

Error. Alessia Darter nunca se rinde. Aunque parezca que vaya a hacerlo.

A pesar de que cada vez le tenía menos cariño a la prensa, Alessia se acercó a los reporteros, ya que estaba obligada por contrato a hacer aquellas ruedas de prensa.

Buscó con la mirada la cara más amable del lugar, y la encontró: una chica que le recordaba bastante a sí misma, parecía de su misma edad, puede que un poco más mayor, pero tampoco mucho, con ojos color café, el cabello moreno y ondulado, y pecas en la cara que salían un poco de la mascarilla por su nariz y pómulos. - Hola. - Dijo Alessia, con una sonrisa tímida, cogiendo de la mano a Carlos, y dejando que Miguel la rodease la cintura con su brazo.

- ¡Alessia Darter! ¡Y Fly! ¡Hola! - Dijo la reportera, emocionada, mientras apretaba más fuerte su micrófono, por los nervios. - ¡Me alegro mucho de aquí esta noche!

- Muchas gracias. - Respondió Carlos

- ¿Estáis nerviosos? He oído que habéis tenido que cambiar un poco la puesta en escena.

- Sí, bueno, espero acordarme en el escenario de lo que tengo y no tengo que hacer. - Rió Miguel.

- ¿No vas a preguntarnos por...? - Preguntó Alessia, extrañada, ya que todo el mundo allí les había hablado de ese tema.

- ¡No! Estaréis hartos de que se inmiscuyan en vuestras vidas... A parte, ¡aquí lo importante es el festival! - A Alessia no le podía caer mejor esa chica, pero tenía que seguir avanzando por la alfombra.

- ¿Cómo te llamas?

- Fernanda.

- Bien, Fernanda, que sepas que luego la única entrevista que daré será a ti. - La morena se quedo boquiabierta, tanto que se le descolocó la mascarilla y se le subió hacia arriba, tapándole los ojos, cosa que hizo reír a los tres.

LA PAURA DEL BUIO - MåneskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora