Ken Ryuguji siente la necesidad de tener a alguien que lo cuide como él cuida a Mikey y a sus amigos. Satoru Sadao siente la necesidad de tener a alguien para darle amor incondicional, ser correspondido y cuidarlo con su vida.
Ambos muchachos serán...
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Cuando Hanagaki despertó se encontró con un futuro completamente diferente al esperado, en este, él era parte de los altos mandos de la Toman por ser el protegido de Satoru Sadao y también de Keisuke Baji. Derrotaron a Kisaki Tetta en el Bloody Halloween al hacer que Baji vuelva a la Toman, Mikey cumplió con su parte del trato y sacó a Kisaki de la Toman. En una parte de su vida terminó con Hina unos días antes de navidad, luego en año nuevo Mikey se le confiesa y Take, el del pasado, le pidió tiempo, fueron 2 años que a Manjiro le costó enamorar al ahora pelinegro y ambos estuvieron en una relación hasta el momento.
Lo que el actual Takemichi intentaba entender eran los sucesos recientes. Mikey desapareció porque estaba amenazado por Izana, el Takemichi deprimido por eso bebió de más en una fiesta y se terminó acostando con el ex capitán y vice capitán de la primera división en la casa del Sadao y Ryuguji. Estuvo en una reunión de los altos mandos, mataron a Hina en ese mismo edificio y luego fue secuestrado por Satoru.
Bueno, necesita urgente un té para procesar todo eso.
—Debe ser difícil para ti esto ¿No? — preguntó burlón el pelinegro. — Después de todo, para ti fue como dormir y despertar con una realidad completamente diferente...
—Yo también soy un viajero. — confiesa el Sadao. Luego este suspira cansado al ver que el pelinegro se desmayó. — Michi, ahora no...
Satoru respiró hondo para no romper algo, debía comprender al otro y al mismo tiempo lo debía cuidar con su vida porque sin él no puede volver. El pelinegro cargó como un costal de papas al más bajito para nuevamente subirlo a su descapotable, lo aseguró con los cinturones, le puso una manta encima y fue hacia el baúl del auto para abrir este y lanzar el cuerpo que escondía.
—Ah, nunca me canso de hacer esto, Kisaki-kun~ — murmura burlón cuando lanzó el cuerpo al río, se asomó para ver como este se hundía y volvió a su auto para manejar este a su refugio. — Ah~ Ken se va a enojar mucho~
El fuerte viento que sacudía sus cabellos le sirvió para enfriar su mente, al igual que sirvió de alivio para el viajero del tiempo para despertar y digerir toda la información nueva. Había algo que no comprendía y necesitaba que el otro le aclarara algunas dudas que tenía, pero se esperó hasta que llegaron a una cabaña, donde un auto ya los esperaba estacionado afuera de esta. Cuando se estaban acercando de ahí salió un alterado Naoto que no dudó en apuntarle con su arma al Sadao.
— ¡¡Tu!! ¡Takemichi-kun, aléjate de él!
— ¡N-naoto, espera! ¡Él está de nuestro lado! — grita angustiado el de pelo risado.