Ken Ryuguji siente la necesidad de tener a alguien que lo cuide como él cuida a Mikey y a sus amigos. Satoru Sadao siente la necesidad de tener a alguien para darle amor incondicional, ser correspondido y cuidarlo con su vida.
Ambos muchachos serán...
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Un día soleado, ideal para ir a un parque, disfrutar de un agradable picnic con amigos o de andar en bici, skate y otros vehículos. Un día perfecto para hacer cualquier cosa, pero no, Satoru debía pasar ese hermoso día consolando a su gordito sentimental que no paraba de llorar a moco tendido por el peso y dolor que es lo que ocasionó Moebius a su mejor amigo y amiga.
—Eso, suelta todo gordis, limpia su corazón de todo y mocos... — palmear su cabeza no sirvió más que para aumentar el llanto del más rellenito. Satoru estaba tranquilo, esta vez venía preparado con un babero en su hombro para que su hermano de alma no ensucie su ropa. — Eso, muy bien.
Mikey estaba muy serio, pensativo. Peyan se acercó a Satoru para entregarle pañuelos y que este se los pase por el rostro de Pah para limpiarlo de lágrimas y mocos, hasta podría decirse que era más un bebé consentido por la forma en la que le sostuvo el pañuelo contra la nariz por él para limpiar todos los mocos. Cuando lo hidrató con una botella de agua que compró antes de venir ambos se acercaron de nuevo al comandante para seguir con esa pequeña reunión.
—Lamento eso, Mikey... — habló algo ronco el adolescente.
—Lo que estás viviendo es algo muy duro, Pa. No debes disculparte por sentir. — regaña Draken. El otro dragón se posicionó junto a este para esperar la palabra de su líder.
—Dijiste que querías pedirme un favor... ¿Cuál es? — cuestiona serio Mikey.
— ...Yo...
— ¡Por favor paren!
Satoru por instinto se adelantó hasta ponerse frente al grupo, pero rápidamente se relajó al ver a su nueva perra ingresar a la bodega. Con el tercer al mando protegiéndolos no reaccionaron a la presencia de Takemichi, quien desde que vio la rapidez con la que saltó la fuerte defensa del Sadao sintió verdadero miedo de que esté le haga algo.
A veces olvida con quiénes trata...
—Ah, Takemicchi ¿Qué sucede? — Draken no dejó pasar aquella cálida sonrisa de su comandante. Era la primera vez que le veía aquella expresión.
— ¡No deben pelear contra Moebius! ¡Es peligroso!
Satoru no pudo defenderlo de la paliza que le proporcionó Pachin, a diferencia del rubio, Satoru planeaba ser menos evidente y con esa advertencia suya supo que el otro sabía algo del futuro. Él calmó a su hermano de alma para que lo deje en paz y funcionó, entonces se agachó frente a él para ver si seguía vivo.
—Michi, ¿estás bien?
— ¡Por favor! ¡Les suplico que al menos investiguen al enemigo! ¡Todo esto está siendo controlado por alguien más que quiere destruir a la Toman! — ese grito alteró a la mayoría, pero todos lo expresaron de diferentes formas.
