Capitulo 1.

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—Ah... A-ah...— Mi garganta estaba seca por mi respiración agitada y los gemidos incontrolables que salían de mi boca.

—¿Te gusta así linda?.— Preguntó mientras me penetraba con fuerza sosteniéndome de la caderas con ambas manos.

—Más... M-más fuerte...— Respondí como pude.

Mi cuerpo se movía hacia delante cada vez que me embestía con fervor, haciendo que mi cabeza golpeara duramente contra el respaldo de la cama.

—Ahg... Carajo.— Azotó mi glúteo y comenzó a moverse más rápido. —Maldición...— Otro azote más, pero con más brutalidad.

Odiaba que haga eso.

No el ser golpeada durante el sexo. Pero si que lo haga a este grado, eso me dejará marcas. Y si me dejaba marcas... Tenía que dar explicaciones.

Se agachó un poco, abrazándome por la cintura con un brazo, provocando que nuestro sudor se mezcle y entremos aún más en calor por la fricción de nuestros cuerpos. Sin pudor comenzó a jadear contra mi oído. En realidad lo hacia totalmente intencional.

Quería que este consiente todo el tiempo de lo mucho que lo excitaba.

Comenzó a besar y mordisquear mi espalda, al mismo tiempo que acariciaba lascivamente mis pechos con su mano.

—Mierda ________, que buena estas.— Habló con dificultad. Como si la excitación del momento lo incapacitara.

—Cállate y hazlo más rápido.— Por mi parte ya quería finalizar con esto.

Me tomó fuertemente del cabello levantando mi torso de la cama y pegándome a su pecho.

—Ahh... en verdad amo cuando me hablas así... No me cansare nunca de hacerlo contigo.— Hablaba agitadamente mientras me seguía penetrando y acariciaba mi clitoris con su mano desocupada. —Me tomas y coges tan bien... Como ninguna otra.

Giré mi cabeza y lo tomé de la nuca acercándolo a mi. Atrayendo su rostro al mío, para besar sus labios salvajemente. Era la única manera de hacer que se calle.

Tampoco me molestaba que hablen un poco en el sexo, y menos si me decían cosas así... Pero él por alguna razón me comenzó a irritar.

Ya me estaba aburriendo para ser sincera...

—¿Esto... Esto es lo m-más rápido que puedes hacerlo?.— Hablé contra sus labios entre suspiros. Si lo provocaba dañando su ego sabía que se excitaría aún más y querría dar todo de él para lucirse. Es un verdadero engreído. Pero debo admitir que es bueno en el sexo, y el lo tiene claro.

—Sabes que no...

—¿Entonces por qué te contienes?.— Simples palabras que siempre daban resultado.

Me empujó contra la cama otra vez dándome potentes embestidas sin descanso, ni piedad.

Como a mi me gustan.

—Ah... Ya estoy por venirme... Tu... ¿Tu igual?.— Su respiración era un desastre.

—Ahh... Ah si... Así que no te detengas.— Mentira, no estaba ni cerca.

Siguió con su movimiento de cadera. Incrementando cada vez más la velocidad.

—Me vengo...— Dijo en un gemido.

Por suerte soy buena fingiendo orgasmos, digamos que tengo bastante experiencia...

—Mierda...— Soltó en un jadeo disminuyendo la velocidad. Se había venido.

Me tiré del todo en la cama retomando el aire.
Él salió de mi y se acostó a mi lado.

Lentamente se acercó a mi y me abrazó... O eso intentó.

Filofobia - Jean Kirschtein x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora