Capitulo 17.

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Después de pagarle al chico del delivery y pasar la peor vergüenza del mundo. Invitamos a Jean a pasar la noche con nosotras.

Comimos y bebimos el sushi y cervezas que él trajo y lo que nosotras compramos también.

Y resumiendo todo: terminamos los cuatro muy ebrios.

—Chicas, no es necesario que se vayan, pueden dormir aquí...

—Claro que no, sólo hay una habitación y nosotras no queremos interrumpir nada.— Habló Historia decidida.

—Y a nosotras aún nos espera más diversión.— Ymir tomó de la cintura a su novia y depositó un beso en su cuello, mientras sonreía con picardía.

Jean y yo reímos. Lo observé para notar una pizcas de incomodidad en el por lo dicho recientemente, pero no había nada de eso.

Solo un Jean tranquilo, riendo a gusto y cómodo. Sus ojos se encontraban entrecerrados, sus mejillas rojas y su cabello un tanto despeinado.

Una jodida obra de arte.

Cada vez, me sentía mas atraída por el. Una lujuria insoportable me invadía cuando se trataba de este hombre. Al mismo tiempo que la comodidad y serenidad aparecían. Era algo raro, difícil de explicar.

Mi vida nunca fue magnífica o emocionante. Siempre la sentí miserable, siempre me sentí yo una miserable.

Vengo de una buena familia, tengo grandes posibilidades de ser una exitosa y gran profesional, varios contactos con una inmensa influencia y dinero. Conocí personas a lo largo de mi vida qué tal vez pudieron ser grandes amigos o parejas. No lo sé.

Aún así, con todo eso a mi favor. Yo igual decidí que mi vida sería una mierda. Me obsesioné con un idiota y no hice más que dejar mi vida en sus manos. Vivir entorno a todo lo que Eren quisiera.

Perdiendo la oportunidad de quizás, tener una buena vida o tan solo una un poco mejor que esta.

Y con la noticia del compromiso de Eren y Mikasa. Todo se acomodó para que esta sea la cereza del postre y me pueda convencer aún más, que doy una completa lástima.

Pero... cómo un mínimo rayo de luz que se cuela por una grieta. Jean entró sin aviso y poco a poco, no lo sé, ¿me dio algo de esperanza quizás?

La verdad tampoco lo quiero poner así, porque sigue siendo hombre. Y todos ellos, a excepción de mis padres, solo me han demostrado que no son más que mierda.

Pero una parte de mi me pide que seda. Que no está mal idealizarlo porque el no me fallará.
Y aunque quiera negarlo y ocultarlo, estoy desesperada por encontrar a alguien que me ame, que en verdad me ame.

Sentirme cuidada y afortunada. No tener miedo de presumirlo porque tengo la certeza que nunca me defraudará. Poder confiar en el a ojos cerrados.

Tener una relación como la de los libros de romance, esas de las que siempre me burlé, pero anhelé en secreto.

Y todo eso, por primera vez luego de Eren. Todo eso siento que Jean puede ofrecerme.

Pero mierda, la duda y el miedo nunca desaparecen. Aún más después de una gran lista de decepciones.

Y sumándole, que aún, muy dentro de mi corazón, todavía tengo al prometido de mi hermana.

Y nunca podré comenzar algo con Jean, si no echo a Eren de mi vida amorosa para siempre.

—________...— La voz de Jean me sacó de mis pensamientos. —¿Sigues con nosotros?.— Sonrió curioso.

—Si, lo siento.— También le sonreí.

Filofobia - Jean Kirschtein x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora