Filofobia - Jean Kirschtein x Lectora.

Capitulo 5.

Hice una parada rápida por el supermercado antes de dirigirme a casa.

Necesitaba comprar un par de cosas para tener en la semana, estos días estaría ocupada y no podría hacerlo en otro momento.

Otro motivo era también porque viene Eren y quiero tener varias opciones de cosas para cocinar, ya que no se que haremos.

Al llegar a mi departamento me metí en la bañera y dediqué a relajarme. En verdad lo necesitaba, hoy estuve muy estresada.

Pensé en Jean, cuando lo vuelva a ver le pediré su número... O no. ¿No pareceré necesitada?.
Yo fui la que lo invito a un hotel y me le insinué para que tengamos sexo.

Quiero hacerlo otra vez con el. Pero si no muestra interés, no lo intentaré. Encontrare a alguien más.

Pero por Dios... Que bien folla, las expresiones que hacia, sus gemidos y la voz grave que ponía al hablarme. Sin contar su cuerpo, que era una jodida locura.

Espero que haya sido verdad que llame tu atención Jean y que hagas algo al respecto.

Termine de bañarme y me puse uno de los conjuntos de lencería que compré la semana pasada. Busque ropa cómoda, pero linda y me dedique a secar mi cabello.

Mientras lo hacia Eren vino a mi mente.

¿Cenaremos algo?.

Lo más seguro es que se haga por unos minutos el desinteresado y luego me coja las veces que quiera hasta que ya se canse y vaya.

Soy como su muñeca sexual.

Así fueron los últimos casi siete meses. Ya no nos frecuentábamos seguido, y cuando lo hacíamos era de esa forma.

Siempre creí... Que todas esas veces y todas las cosas que habíamos hecho, eran patéticas y contra la norma. Nunca lo pensé de otra manera.

¿Podría haber sido normal?. ¿Es solo una relación entre dos personas?.

Supongo que no tiene sentido preguntármelo ahora...

Apague la secadora al tener mi cabello seco y lo peine.

Me coloqué perfume y desde mi habitación escuché que golpearon la puerta.

Mire la hora antes de llegar a la entrada, recién eran las 08:00pm, el siempre venía más tarde.
Camine hacia la puerta y la abrí.

Estaba con dos bolsas grandes de mercadería y una linda sonrisa.

—Hola.— Me saludó alegre.

—Hola...— Dije algo confundida. —Entra.— Me corrí para que pase.

Al pasar a mi lado besó mi mejilla y dejó las bolsas sobre la mesada de la cocina.

—Compre un poco de todo ya que no sabía que querías cenar.— Dijo mientras yo me acercaba a él.

—Yo hice lo mismo.— Hablé desganada.

—Estamos conectados.— Bromeó y se giró para verme.

¿Que le sucede?. La última vez que se comportó así conmigo fue hace como un año.

—Viniste temprano.— Comente, sin saber bien que decir o cómo actuar mediante su comportamiento.

—Así podemos pasar más tiempo juntos.— Hice una mueca ante lo que dijo y él dejó de sonreír al verme hacerlo. —¿Sucede algo?.— Preguntó, ¿preocupado?. La verdad no lograba leerlo esta vez.

—Me sorprende tu actitud. Tu no sueles ser así...

Suspiro y se acercó a mi. —Lo se.— Acarició mis brazos desde los hombros hasta tomarme de las manos, entrelazando nuestros dedos. —Me puse a pensar estos días en cómo te comportabas conmigo, parecía que siempre estabas enojada o algo así. Y me di cuenta que era por mi culpa... Yo fui el que cambio primero y no te trato como te mereces, por eso tú actuabas así también. ¿Me equivocó?.