Filofobia - Jean Kirschtein x Lectora.

Capitulo 9.

Acepte de inmediato y apague el auto para subir a su departamento.

Abrió la puerta y me dejó pasar primero como anteriormente. Dejó las llaves en el llavero colgado a un lado de la puerta y se sentó junto a mí en el sillón.

Cuando volteó a verme, volví atacar su boca sin perder el tiempo. Me abrace por su cuello, mientras que él me acariciaba con una mano la cintura, muy respetuosamente.

Baje mis manos por su camisa y desabroché el primer botón de esta. Pero cuando iba a hacer lo mismo con el segundo, se separó de mí y me tomó de las manos.

—_________... espera.— Habló agitado.

—No quiero...— Intente acercarme a él para volver a besarlo, pero volvió a alejarse.
—¿Que sucede?.— Lo mire confundida.

—Esto no está bien. No lo haré.— Negó mirando hacia abajo.

—¿De que hablas?.— No entendía nada.
Hasta que se me vino algo a la cabeza.

Sasha...

¿Este es otro de los hijos de puta que tiene novia y me usa?. Claro, ¿como no lo pensé antes?. Vivía en otra cuidad hace poco, ella debió quedar allá y aquí el por mientras está haciendo de las suyas.

—No debemos hacer esto.— Me miró apenado.

—¿Por que no?.— Ya me comencé a enojar.

—Porque no...

—¡¿Jean?!!.— Eleve un poco mi voz. —Dime el porque... el porque no deberíamos.— Me miraba con tristeza. —Maldita sea...— Murmure. —Jean...— Solté por último enojada y me paré. Me tomó de un brazo e hizo que vuelva a sentarme. —Suéltame. Me quiero ir.— Dije molesta.

Fue un gran error todo esto.

—_________ no quiero hacerlo por ti.— Lo mire con curiosidad, aún molesta. —No se que te está ocurriendo. Pero venías rechazándome estos días y hoy apareciste así en la universidad, y ahora quieres hacerlo conmigo... es obvio que algo te ocurrió y estás actuando por impulso, porque estás vulnerable... No me aprovecharé de eso.

—¿De que hablas?.

Suspiró. —Primero siéntate bien, así no podemos hablar.— Lo mire confusa y dudando de su accionar y las cosas que decía, pero hice lo que me pidió. —Escucha.— Acarició mis brazos. —Seamos sinceros, la noche que me conociste y tuvimos sexo, creo que lo hiciste porque creíste que nunca más me cruzarías en tu vida ¿no?.— No dije nada, solo seguí escuchándolo. —Luego por una loca casualidad nos volvimos a encontrar, y en estos días no te haz detenido ni un segundo a prestarme la mínima atención, que está bien, no tienes porque hacerlo.— Entrecerré mis ojos, aun no entendia donde quería llegar. —A lo que voy es que... intente acercarme a ti. Hasta con lo del trabajo, si es cierto que tus obras me parecen estupendas, creo que tienes un punto de vista tan profundo y plasmas lo que quieres transmitir de una forma que nunca vi antes, tus perspectivas sobre las cosas también se me hacen interesantes, así que por eso solicité tu ayuda, pero el que seas tú, y poder acercarme aunque sea así, también era uno de los motivos.

—¿Podrías ir al grano de una maldita vez?.— Hable impaciente.

—Si, lo siento. Supuse que no mostrabas interés en mí porque la primera vez tú diste el primer paso y ahora era mi turno. Pero no dejaba de sentirme rechazado por ti, cosa que confirme al invitarte a salir, pues te negaste. Y hoy... llegaste así a la universidad, no quiero decir que mentiste, pero estoy seguro de que así fue. Que lo rojo de tus ojos y la punta de tu nariz, no era por un resfriado, era porque estuviste llorando antes de ir.— Me tomó una mano y la acarició con su pulgar. —No dire mas al respecto, porque no se lo motivos, ni que te ocurre. Pero si se que te sientes vulnerable, y que ahora solo quieres sentirte querida, quieres un poco de afecto y contacto físico. Pero no me aprovecharé de eso, porque seguramente mañana te arrepientas, y no me gustaría que eso pase.— Miró mis labios y los rozó con la yema de sus dedos. —Porque si lo haces conmigo, quiero que sea porque me deseas tanto como yo a ti...