Capitulo 10.

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Desperté con el sonido de mi alarma.
Estire el brazo apagándola y me giré mirando en dirección al techo de mi departamento.

Suspiré con pereza y me estire un poco.
Tome mi celular que estaba sobre mi mesa de luz.

Dos llamas perdidas de Eren. Una era de ayer y la otra de hoy, hace unos quince minutos para ser exacta.

¿Que mierda le pasa?. ¿Ahora llorará y me llamara fingiendo tristeza?. ¿Que es lo que quiere lograr?.

Si esta buscando que siga detrás de él, para tener donde huir cuando su matrimonio se vaya al caño, que siga buscado en otro lado.

Ya no me prestare como juguete tuyo Eren, eso lo dejare en el pasado.

No voy a negar que me pongo triste cuando recuerdo nuestros buenos momentos.
Pero al recordar todo lo que me ha hecho sufrir, y esto último, se me pasa. Porque ahí es cuando vuelvo a recordar la basura que es y lo que yo significo para el.

Entre al mensaje que tenía de él. Y puse mi ojos en blanco al leer lo que decía.

Eren:
Buen día...

Te escribo para saber cómo estás... y también para decirte que no dejo de pensar en ti.
Se que seguro no me crees nada de lo que te digo,  pero yo también estoy triste por todo esto...

Me gustaría que lo podamos hablar bien, nos vemos en el trabajo.

Tire mi celular sobre la cama y me levante de esta. Camine hacia el baño y me despoje de mi ropa para darme una ducha.

Mierda, lo peor de todo es que sé que tendré que verlo todos los malditos días en el trabajo. Y siempre que pueda intentará acercarse a mi.

Así hasta que me gradúe de una maldita vez y no tenga que trabajar más en la empresa de mis padres.

O que él se canse. En algún momento lo tendrá que hacer. ¿No?.

Espero que sea pronto. Así no es tan difícil para mi.

Salí de la ducha, seque mi cuerpo, me cambie y desayune mientras mi cabello se secaba naturalmente.

Al terminar, seque lo que seguía húmedo con el secador, lo alise un poco y termine con perfume, desodorante y muy poco maquillaje.

Conducí en dirección a mi trabajo, pero antes haciendo una pasada por una cafetería, a comprar café, lógico.

La verdad, estaba dando todas estas vueltas para no tener que llegar y enfrentarme a lo que me esperaba: Eren.

Pero en algún momento lo tenía que hacer, y no podía llegar tarde a mi trabajo. Así que deje mi auto en el estacionamiento y subí por el ascensor luego de saludar a la recepcionista.

Al llegar al piso de mi oficina mire hacia todos lados, pero por suerte no estaba.

Camine hacia mi escritorio, donde Ymir ya estaba sentada tecleando en su celular.

—Buen día.— La salude.

Ella me miró y sonrió. —Veo que hoy estás mejor...

—Si... no tenía sentido seguir mal por ese asunto.— Me encogí de hombros mientras abría los programas en mi computadora.

—Así que yo tenía razón. Algo te pasaba, no era un estupido resfriado.— Me reí. —¿Me contarás qué te sucedía?.

Lo pensé, sabía que ella no me juzgaría y mantendría el secreto. —En otra ocasión, no aquí. Pero quiero que me cuestes tu reencuentro con Historia.— Me voltee hacia ella con interés.

Filofobia - Jean Kirschtein x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora