Capitulo 15.

325 35 11
                                    


Jean cerró la puerta detrás de él una vez que entró a mi departamento.

Yo por mi parte me dediqué a caminar hacia mi habitación para tirarme sobre mi cama. Pero en la mitad del camino sentí como me cargo entre sus brazos  y comenzó a caminar hacia el pasillo.

—¿Que haces?.— Dije entre risas.

—Cuido de ti.— Dijo con simpleza. —¿Cual es tu habitación?.

—Esa de enfrente.— La apunte. Caminó hacia esta y una vez dentro, me acosto con cuidado, tapándome como si fuera una niña.

Sacó la medicina de la bolsa, y me dejo dos pastillas sobre mi mesa de luz. —Está es para que te baje la fiebre, es obvio que tienes.— Tocó mi frente. —Estás ardiendo... y esta otra. —La señaló. —Es para el dolor corporal.

—Gracias.— Susurré.

—No es nada.— Me sonrió sin mostrar sus dientes y acarició mi frente. —Iré por un vaso de agua así te las tomas.

Me senté contra el respaldo y él me tendió el vaso de agua que ya había ido a buscar. Bebí ambas pastillas y volví a acostarme como anteriormente.

Jean caminó hacia el baño y volvió con un recipiente, con paños dentro. Saco uno y lo estrujo dejándolo húmedo, para colocarlo sobre mi frente.

—Ahh...— Suspiré con satisfacción. —Sentí un gran alivio.

Rió. —Que bueno, espero que esto te ayude a bajar aunque sea un poco la fiebre.— Me pellizcó una mejilla.

—Gracias palo.— Hizo una mueca por mi apodo a lo que yo reí. Él me sonrió con ternura.

—¿Comiste algo?.— Negué vagamente. —Lo supuse... por eso traje todo lo necesario para prepararte una espectacular sopa.— Se agachó junto a la cama y me susurró. —Es la que mamá me hacía siempre que estaba enfermo, y es mágica, te mejora en un segundo.— Se volvió a parar. —Eres la primera persona, aparte de mi madre, a quien se la preparo.

—Eso me hace sentir especial.— Bromeé sonriendo.

—Deberías, lo hago por que te quiero.— Dijo para luego salir de mi habitación.

En ese mismo instante mi sonrisa se borró de mi rostro. ¿Me quiere?.

Cada vez me siento más confundida respecto a Jean. Porque no puedo evitar sentirme atraída por el.

Pero, ¿era solo eso?. ¿Solo me gusta?. ¿O yo también lo comencé a querer?.

—¡Te prepararé la sopa!.— Gritó desde la cocina. —Por mientras busca una película para ver mientras comemos.

—¡De acuerdo!.— También grité. Me estiré hasta mi mesa de luz y tomé el control remoto encendiendo la televisión y poniendo Netflix.

Entre a la sección de películas y mientras buscaba alguna que llame mi atención, mi celular comenzó a vibrar.

Tenía idea de quién podía ser. Últimamente cuando me estaban llamando siempre se me venían dos personas a la cabeza: Eren y Jean.

Ahora el último nombrado no podía ser, ya que estaba conmigo. Así que todas mis sospechas cayeron hacia el otro.

Mire mi pantalla. No me equivoque.

También creía saber el porqué me estaba llamando. Es más, me pareció raro que no lo haya hecho mucho antes, después de todo, soy su cuñada y ex amante, pero también su secretaria.

Hola.— Hable con pereza.

Hola. ¿Cómo estás?... ¿te sucedió algo?. No te presentaste a trabajar hoy y tampoco avisaste nada.

Filofobia - Jean Kirschtein x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora