¿Se acabó? Aún me costó tiempo asimilar que había ocurrido de verdad.
Aún recuerdo aquel día, en aquella fábrica cuando Óscar cogió el móvil y sin pensar demasiado envió un mensaje a la que era hasta entonces su pareja diciéndole que todo se había terminado. Tras terminar de escribirle el mensaje yo tomaba el control del cuerpo para tratar de hacer marcha atrás en aquella decisión porque pensé que si se quedaba solo no iba a ser feliz tampoco y no quería vivir en soledad.
Cada vez que yo retomaba la relación por él volvíamos a cambiar y volvía a romperla. Solo se me ocurrió acudir a pedir ayuda a su madre ya que pensé que si le decía que mi cabeza no funcionaba bien le brindarían un poco de ayuda.
Cuan equivocado estaba puesto que lo único que obtuve fue una burda burla con la teoría de que Óscar estaba poseído por espíritus y necesitaba un exorcismo. En parte no se equivocaba puesto que él estaba poseído en ese mismo momento por mi si es que así lo podríamos llamar pero el caso no era ese sino que yo suplicaba ayuda psicológica para Óscar, quien en ese momento me preocupaba mas que cualquier otra cosa.
Dado un momento Óscar pareció dejar de intentar romper definitivamente y pude tomar control total sobre el cuerpo para pedir ayuda a aquella que era su pareja pero no obtuve resultado alguno.
-Mi cabeza no está bien... necesito ayuda... no puedo pensar con claridad -le escribí.
-Tranquilo Óscar iremos a hacer terapia de pareja y verás como solucionamos esto -me escribió ella.
-No necesito terapia de pareja, te estoy tratando de decir que mi cabeza no funciona bien y no se que está ocurriendo.
-¿No quieres arreglar lo nuestro?
En ese instante Óscar volvió a tomar el control para contestarle con sequedad y rencor «No, olvídalo, entre tú y yo ya no hay nada».
Luego más tarde tuve una conversación con él donde me explicaría el por qué lo estaba haciendo y por qué no debía interponerme ante tal decisión:
-¿Por qué lo has hecho? ¿Prefieres quedarte solo? No creo que sea la mejor opción.
-Déjame, estoy harto de esa relación que no me trae nada de felicidad y por el contrario solo me provoca dolores de cabeza. Prefiero estar solo que mal acompañado, además, no estoy solo... te tengo a ti.
-Pero yo no puedo verte ni tocarte, al final echarás de menos el contacto físico -le reproché.
Un silencio invadió aquel instante y tras eso todo empezó a transcurrir con la normalidad de cualquier otro día sin volver a hacer caso al hecho ocurrido. Todo no acabaría aquí y yo empezaría a entender cual era su plan con el tiempo.
Tras volver a casa ella estaba esperando en el sofá y con voz muy enfadada preguntó si era cierto que quería romper. En cuanto recibió la respuesta estalló en cólera y gritando mientras lanzaba cosas entendí que aquella mujer no estaba dispuesta a terminar de un modo cordial, en lugar de eso exigió una cantidad de dinero en aquel mismo instante y tras conseguirlo comenzó a tirar los muebles de aquel que llamaba hogar provocando la destrucción más severa que he podido ver hasta la fecha. Sin lugar a dudas un espectáculo lamentable.
-¿Puedes dejar de destruirlo todo? Ya te vas a ir de esta casa que es lo que deseabas desde hace tantísimo tiempo así que no lo destroces más -le dijo con muy alto volumen de voz.
-No, no creas que esto se ha acabado, cuando te vayas mañana al trabajo voy a seguir rompiendo cosas y no te extrañe que cuando vuelvas me haya ido y veas al gato muerto (refiriéndose a la mascota que tenían).
-Ni se te ocurra tocarlo o entonces si me pondré violento y acabaremos mal.
-Si me tocas un pelo te denuncio y ya tendrás suerte de si no me golpeo yo misma y te denuncio igualmente que tengo las de ganar y tu estarás jodido. Te voy a destrozar la vida.
Aquellas palabras nos hizo aumentar hasta muy altos niveles el ritmo cardiaco y de repente un bajón anímico impresionante invadió a Óscar que hasta el momento se había mantenido firme.
Nos fuimos a dormir mientras ella seguía criticando y tratando de ofendernos sin ningún resultado y no tardamos nada en despertarnos y ver que habíamos dormido casi hasta la hora de volver al trabajo por lo que nos fuimos y esa fue la última vez que la veríamos hasta pasado un largo tiempo... pero todo no terminaría ahí.
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Sistema Dolkei
No FicciónEl trastorno de identidad disociativo comúnmente llamado personalidad múltiple es como si varias personas conviviesen dentro de un mismo cuerpo. Aquí narro mi día a día en este cuerpo relatado en historias cortas. Demostramos que no somos lo que el...