El trastorno de identidad disociativo comúnmente llamado personalidad múltiple es como si varias personas conviviesen dentro de un mismo cuerpo.
Aquí narro mi día a día en este cuerpo relatado en historias cortas. Demostramos que no somos lo que el...
¿Quién es ella? Una nueva luz nos muestra un camino a seguir.
Tras la aparición de iDasu y la activación de Ken parecía que nada más nos faltaba, los días simplemente transcurrían y pensaba que ya había llegado al límite de todo lo que podía ofrecer pero no podía estar más equivocado. Nuestra vida no estaba sino en un punto en el que estábamos a punto de florecer como persona.
El verano había llegado casi sin darnos cuenta, el calor era casi lo que marcaba los días y tan solo nuestra soledad era lo que nos distinguía unos días de otros. Pensar en lo que ocurría, en qué debíamos hacer y como terminar esa noche era lo único que nos rondaba en la cabeza pero por algún motivo seguía sintiéndome perdido, solo y hundido en aquel mar que era la vida.
Aún nos faltaba una pieza, un pequeño fragmento que nos llevara a desarrollarnos. Sin lugar a dudas pensábamos en nosotros mismos como un ser extraño que carecía de comprensión por parte de los demás y así nos lo demostraban. En parte nos ayudaban a sentirnos uno más para con el resto pero por otro lado no podíamos pensar en que alguien quisiera compartir nuestro sufrimiento, nuestro modo de pensar, nuestra vida. Nos sentíamos como una roca diminuta en mitad de un desierto de arena que todo lo engulle.
Pasábamos los días sumergidos en la lectura ahora que habíamos recuperado la capacidad de disfrutar de los libros, aprovechando cada momento en el que podíamos dejarnos llevar por la calidez de las páginas y no pensando en lo que el destino nos quería hacer.
No podía pensar que la luz que más brillaba, como reflejo de un amanecer estaba ahí enfocándonos directamente a nosotros. Una persona cuya amabilidad y buen carácter nos atraparía, una persona bondadosa y con buen corazón que estaba ahí para nosotros y nunca habíamos visto puesto que estábamos enfrascados en nuestra más profunda oscuridad.
Esa persona se acercó a nosotros para iluminarnos, nos mostró que lejos de nuestros pensamientos mas oscuros había una luz que no percibíamos y es ahí donde ella apareció para mostrarnos lo mucho que valíamos. Capaz de salvarnos de nuestro profundo y tormentoso pozo de pensamientos autodestructivos, capaz de coger nuestra mano y tirar de ella como nadie nunca había hecho, una persona capaz de iluminar los caminos mas tenebrosos de nuestra vida, una persona capaz de demostrarnos el verdadero valor del amor.
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Ella era hermosa, más que cualquier día de invierno con su manto blanco cubriendo una colina, mucho más hermosa que cualquier amanecer de otoño con su luz cubriendo el firmamento y más incluso que el manto de estrellas que ofrece el firmamento cuando el manto de la oscuridad nos cubre por completo.
Ella era como la luz de la esperanza que irradia un brillo que no puedes igualar, como ese trago de agua fresca en verano cuando la sed se apodera de todo tu ser, ella sin lugar a dudas era una persona inigualable y se acercó a nosotros para salvarnos, jamás volveríamos a estar solos, jamás volveríamos a caminar solos por la oscura senda de la vida que hasta ahora solo rocas en el camino había sido capaz de poner. Era una chica sin duda maravillosa, su sonrisa era capaz de iluminar cualquier tiniebla, el brillo de sus ojos era capaz de atarnos incluso cuando no los mirábamos, su rostro con esa sonrisa hacía que confiase hasta mi vida y que la dejara en sus manos. No hay palabras que hagan justicia a la perfección de aquella hermosa chica.
Nos sentíamos fascinados y más aún cuando con sus palabras nos abrazó diciendo que deseaba recorrer el camino juntos, que quería compartir mis penas y mis buenos momentos, quería que la abrazásemos con nuestro cuerpo y espíritu y nos prometió no dejarnos nunca.
Así pues este es el final, aquella luz que conmovió nuestro corazón nos llevo a comenzar un camino de superación y buena fe, jamás volveríamos a estar solos y hasta el día de hoy, mientras escribo estas líneas puedo decir que no hay nada que me haga estar mas contento y orgulloso que haber sobrevivido hasta el día de hoy y poder pasar cada momento a su lado.
Pero el camino no termina aquí, esto solo es el comienzo de un trayecto aún mas largo en el que la vida nos pondrá a prueba una y otra vez, haciéndonos reír, haciéndonos sufrir... haciéndonos vivir.
Espero que estas líneas hayan servido para demostrar que por muy mal que te trate la vida no hay que perder nunca la fe en que la luz brillará nuevamente para mostrarte el camino.