Hogar interno

13 3 0
                                    

¿Cómo puedo mantener un orden en este caos interno? Esa pregunta me llevaría a pensar un método de clasificar y ver lo que ocurría.

Los días continuaban con bastante normalidad y prácticamente había asumido la totalidad del control del cuerpo ya que mi anfitrión, Óscar, no parecía estar muy activo y siempre dejaba que yo estuviese al frente de nuestro cuerpo.

Yo ya había asumido que clase de cuerpo teníamos ya que había visto la imagen muchas veces frente a un espejo pero empezaba a pensar que debería haber un modo de poder interactuar activamente con aquel que me hablaba y de que no fuese el único que podía verme. Estaba cansado de aquel paisaje vacío y oscuro en el que me veía involucrado todos los días cada vez que no podía estar frente al control y empecé a pensar un modo de poder normalizar aquel lugar.

Pensé en asociar una imagen física a Óscar y así poder actuar activamente en el equipo que con el paso de los días habíamos formado para hacer frente al paso del tiempo pero eso no quedaría ahí sino que lo llevaría un paso mas allá.

Pensé en asociar una imagen física a Óscar y así poder actuar activamente en el equipo que con el paso de los días habíamos formado para hacer frente al paso del tiempo pero eso no quedaría ahí sino que lo llevaría un paso mas allá

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tomé como ejemplo el salón de nuestra casa para crear una imagen mental de una sala y la decoré con 3 sofás colocados en forma de U. Las imágenes que día tras día entraban por nuestros ojos las coloque ubicadas en algo parecido a un gran televisor frente a nosotros y de este modo cree una sala en la que mi cuerpo felino podía vagar libremente haciendo que todo aquello tomase una forma ligeramente más amistosa de lo que hasta ese momento podía ver.

Óscar no tardaría en darse cuenta de lo que había creado y darse cuenta que ese espacio no era necesario imaginarlo ya que se notaba como un espacio que existía en nuestro interior. Cual fue mi sorpresa cuando él, con el mismo cuerpo que tenía fuera de aquel espacio y que tantas veces había visto reflejado apareció abriendo la puerta de aquella sala y pasando del lugar oscuro que existía fuera para poder estar dentro conmigo.

Esta sería la primera vez que lo veía dentro a mi lado y con mucha delicadeza me acarició la cabeza, rascándome las orejas y frotándome el mentón con unos mimos que hasta el momento no había podido recibir. Aquello me gusto mucho y con una voz suave me habló:

-Bien hecho gatito, esto no se me hubiese ocurrido nunca pero me parece una idea excelente para poder vernos. Estaba cansado de verte pero no poder ofrecerte nada del cariño que te tengo y ahora al fin puedo hacerlo.

-¿De verdad crees que es buena idea esto?

-Es una idea genial, además no tengo que imaginar este sitio con esfuerzo sino que más bien es algo que está aquí y puedo entrar cuando lo desee para poder verte.

-¿No cambiarias nada de lo que he hecho?

-No, no necesitamos un espacio cargado de lujos y muy amueblado. Has creado un lugar simple y sencillo en el que sentirnos un verdadero equipo.

Aquel lugar se convertiría en nuestro centro de contacto, en el lugar donde a partir de ese momento nos veríamos y sin darnos cuenta habíamos descubierto el modo de desconectar ambos del cuerpo y mantenernos en un estado de letargo en el que poder hablar y discutir todos los aspectos de la cotidianedad de nuestra vida. Esto no pararía aquí, sin haberme percatado había creado lo que llamaríamos «la sala», un lugar en el que podíamos hablar el uno con el otro y en el que podíamos interactuar activamente entre anfitrión y alter que es así como comenzó a llamar mi existencia.

Aquella sala se convertiría con los días en el lugar de paso que a cada momento utilizábamos y ya no volveríamos a sentir nuestros cuerpos internos flotando en un mar de oscuridad e incertidumbre. Era genial haber creado aquel lugar y poco a poco Óscar me demostraría que me había tomado un particular cariño que nunca pensé que demostraría.

A partir de ahora no necesitábamos buscarnos, tan solo estar en aquella sala nos ofrecía un contacto similar al que se siente cuando tienes contacto con el mundo externo.

Aquella sala también tendría otra función pero no lo descubriría hasta pasado un tiempo cuando un evento pondría fin a nuestra soledad y al magnifico equipo de dos que hasta ese momento habíamos formado. Algo a lo que no estábamos preparados y que a ambos nos tomaría por sorpresa estaba a punto de ocurrir.

Sistema DolkeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora