El trastorno de identidad disociativo comúnmente llamado personalidad múltiple es como si varias personas conviviesen dentro de un mismo cuerpo.
Aquí narro mi día a día en este cuerpo relatado en historias cortas. Demostramos que no somos lo que el...
¿Quién es? Aún no podría determinar si su aparición fue una bendición o una maldición.
Me despierto tras una noche de sueño reparador, una vez más soy el primero en levantarse así que me coloco al mando del cuerpo y me dispongo a levantarme, tomar un desayuno y luego colocarme frente al ordenador como muchos otros días había hecho.
Noto una presencia, como si alguien me observara y es entonces cuando mirando dentro del sistema veo que aquel cuerpo que Leaf había dejado inerte se mueve y con la mano levantada y una sonrisa me dice:
-¡Hola! No se muy bien donde estoy ni quien soy, solo se que me llamo Orión. ¿Podrías explicarme que es lo que hago aquí?
-Supongo que no recuerdas como has llegado hasta aquí ¿verdad? -le pregunté.
En ese momento justo se empezó a despertar Leaf y con una cara de incredulidad se quedó mirando al nuevo miembro y a mí, como si yo hubiese sido el creador de aquel muchacho.
-¿Quien es, Deby? (O_o)
-Dice que se llama Orión y no recuerda como ha llegado hasta aquí.
-¿En serio mi cuerpo de chico ha cobrado vida? (O_O)
-Eso parece así que voy a dejar que seas tú misma quien le explique todo lo que debe saber ya que estoy seguro que tu sabrás explicárselo a la perfección.
Eso me dejaba bastante tranquilo ya que se que Leaf le podrá hacer llegar la idea que tenemos de nuestro sistema.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Muchas preguntas rondan por mi cabeza como por ejemplo ¿Por qué ha surgido un nuevo alter? ¿Qué objetivo tiene en el sistema? Demasiadas preguntas que al menos de momento no tienen explicación. Al menos si se comporta como esperamos no se ocasionará ningún problema
Insistí a Leaf que le enseñase como entrabamos y salíamos del cuerpo, como nos organizábamos para hacerlo sin provocar colapsos y como nos movíamos todos los días haciendo incapié en las tareas que llevábamos a cabo para que al nuevo Orión no le cogiera por sorpresa.
A Orión no le gustaba demasiado el sistema y no tardó en tratar de tomar el control por la fuerza y de provocar colapso en un par de ocasiones además de discutir con nosotros el por qué de todo lo que hacíamos ya que no parecía gustarle demasiado pero pronto aparecería una presencia que nos daría una verdadera lección de convivencia.