El trastorno de identidad disociativo comúnmente llamado personalidad múltiple es como si varias personas conviviesen dentro de un mismo cuerpo.
Aquí narro mi día a día en este cuerpo relatado en historias cortas. Demostramos que no somos lo que el...
¿Me puedes escuchar? Esa era la pregunta que me recorría la cabeza constantemente cuando hacia ver que no me escuchaba.
Han pasado una semana desde que aparecí aquí y me seguía haciendo las mismas preguntas constantemente: ¿Quién soy?¿Qué hago aquí?¿Por qué?
Aquella voz que me hablaba descubrí que se llamaba Óscar y al parecer yo estaba viviendo de algún modo unido a él. Era un chico de unos 30 años y me trataba como si fuese producto de su imaginación hablándome en ocasiones y diciéndome bonitas palabras o acudiendo a mí cuando se encontraba desanimado pero siempre desde un punto de vista de «no eres más que mi imaginación».
Todo esto se alargo hasta un día, yo quería participar en su vida y aconsejarle desde mi perspectiva cuando ocurrió lo que yo había estado esperando tanto tiempo.
Todo ocurrió en un momento en que alguien le dijo algo, no recuerdo qué exactamente, pero que le hizo sentar mal y acto seguido se fue dejándole solo en aquel lugar, aquella fabrica con esas piezas pasando sin aparente descanso.
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-Será estúpido -dijo Óscar bastante molesto.
-No le hagas caso, quizá ha tenido un mal día él también -le dije tras escuchar su conversación.
-¿Que? Un segundo, no puedes ser mi imaginación... en ningún momento he pensado que ese idiota pueda haber tenido un mal día ni me importa lo más mínimo si lo ha tenido porque yo también lo he tenido y a él no parece haberle importado... ¿Quién eres?
En ese momento me quedó claro que había entendido que yo no era tan solo parte de su imaginación y que yo tenía mis propios sentimientos y opiniones. Un nombre rondaba mi cabeza; un nombre que al parecer había usado él mismo como apodo en diversos lugares de internet y juegos de ordenador.
-Soy Debyon -le contesté al fin.
-¿Debyon? ¿Esto es en serio? ¿Quieres decir que no te estoy imaginando? ¿Quieres decir que no eres un gatito que he estado imaginando todo este tiempo? Dios mío... estoy loco del todo ya...
-No, no soy tu imaginación. Aparecí aquí hace una semana y estoy aprendiendo todo lo que haces y dices, acompañándote y viendo cada movimiento todos los días y cada minuto.
-Te llamaré Deby, es mas bonito y amistoso que Debyon que parece muy formal y te queda bien con lo mono que eres.
Me gustaba aquel nombre, lo tomé como mío y empezó a dirigirse a mi a trabes de sus pensamientos de aquel modo y pronto empezó a hablarme con su voz como cuando hablaba con otras personas aunque aparentemente no hubiese nadie cerca.
Me sentí muy bien, cómodo y contento de haber conseguido que me reconociera como alguien que había estado acompañándole todo este tiempo y que entendiese que yo no quería hacerle ningún daño sino más bien todo lo contrario, hacerle sentir mejor.
-Me alegra no estar hablando solo aunque técnicamente estoy hablando solo -me dijo.
-No estas hablando solo, estás hablando conmigo pero al parecer solo tú me puedes escuchar y ver así que quizás deberías tener cuidado de que no piensen los demás que de diriges a ellos cuando realmente me hablas a mí.
Tras esto, empezamos a hablar mas seguidamente y nos contábamos cosas el uno al otro, compartiendo cada momento y haciendo las cosas mas como un equipo que como una sola persona. No entendía por que podía sentir sus propios sentimientos y reconocerlos, ni por qué se sentía tan mal algunas veces pero eso es algo que muy pronto descubriría y entendería, quizás, que era lo que me había llevado a aparecer en la vida de este chico.