𝐅𝐎𝐑𝐄𝐕𝐄𝐑-jasper hale.

𝐐𝐔𝐈𝐍𝐂𝐄

La noche junto a Bella no había salido tan bien como esperaba, al final, ella pudo dormir lo mejor posible mientras yo no podía dejar de maquinar en mi mente cinco mil escenarios diversos de lo que podría pasar en unas horas.

Estaba frente al espejo de la habitación de Alice, donde nos encontrábamos juntas maquillándonos y alistándonos para el gran día que se avecinaba, Bella estaba siendo reprendida por la hadita ya que parecía no haber obtenido el resultado esperado de su "sueño de belleza", mientras yo me encontraba junto a Rose sentadas en la cama tendida de la pequeña pelinegra.

—Estas bellísima, Rose, como un ángel.—le comento sonriente, o eso intenté, porque solo salió una mueca de mi parte. Haciendo que la receptora me mire extrañada.

—¿Gracias? También estás hermosa, el color lila te queda.

Mi maquillaje estaba listo, peinado listo, manicura lista, atuendo a base de un vestido corto y tacones listos, todo listo menos mi estabilidad mental.

Nos concentramos en una charla ajena que se oía desde las escaleras, dirigiéndose para aquí, eran los padres de Bella. Estaban apreciando las decenas de gorritos de graduación de los Cullen, con Rose compartimos unas risas cómplices mientras Alice terminaba su trabajo.

El momento del encuentro padres-hija fue muy tierno, emotivo incluso, así que decidí sigilosamente irme de la habitación, era un momento intimo. Más ya fuera de la habitación se oye lo que charlan, René peleaba internamente para no soltar lágrimas.

Corrí a buscar a Jasper, suponía que estaba fuera de la casa, donde se llevaría a cabo la ceremonia. Todo estaba arreglado perfectamente, digno de algo dirigido por la pequeña monstruito Cullen, pero aquello se esfuma de mi mente cuando un brazo fuerte me impide seguir el paso, reteniéndome por la cintura.

—¿A donde se dirige, futura señorita Hale?—su aliento chocando contra mi oído me hizo temblequear, mordí mi labio inferior, casi olvidándome que había gente a pocos metros que tranquilamente podían llegar a oírnos.—Déjeme decirle que se ve de infarto con ese vestido.

—Que suerte que ya estas muerto entonces.—me giro para enfrentarlo y robarle un beso lento.

Sonríe de lado en medio beso, me sentía segura en sus brazos, y me dejo de preocupar por quienes teníamos cerca. Al separarnos pude notar como la ceremonia comenzaba a suceder. La gente llegaba una tras otra.

En un momento llegamos a ser mas de sesenta personas, únicamente para la ceremonia, se supone que en los minutos que quedan para arribar y la fiesta serían más. O por lo menos es seguro que cinco personas más estarían presentes, mi familia.

El casamiento estaba a punto de empezar cuando, desde la segunda fila junto a Jasper, observo como se posicionen en sus asientos mis hermanas junto a Carmen y Eleazar, les dedico una sonrisa y un beso a la distancia, haciendo señas de que luego los iria a saludar.

Edward parecía nervioso y al mismo tiempo como si pudiera explotar de alegría, todo se detuvo una vez que Bella comenzó a caminar a lo largo del pasillo junto a su padre Charlie, la madre en la primer fila ya era una lagrima entera, y yo estaba rezando internamente de que no se tropiece con los tacones, pise el vestido o algo así. Que conociendo lo que conozco a esta chica, sería algo probable.

La ceremonia fue mágica, y duró menos de lo que pensaba, apenas me di cuenta cuando comenzó la fiesta y las formalidades fueron dejadas de lado.

Intenté hacer sociales antes de caerle de lleno a mi familia, buscaba el momento perfecto. Bailé un poco con Emmett, con Alice y hasta con Carlisle. Jasper quiso hacernos lucir cual dueños de la pista de baile, aunque no pensó mucho un paso donde me daba vueltas, ya que casi se me termina viendo hasta el alma y los pecados. Eso sí, las risas no faltaron.

—Amor, voy a ir a tomar aire un rato, si? Iré a ver como está Bella.—Jasper soltó mi mano a regañadientes, y me levanté de mi asiento dejándolo solo en la mesa sabiendo que lo mas seguro es que iría con sus hermanos.

Esquivo varios cuerpos buscando a la recién casada, solo que hubieron algunos que, por respeto y cortesía, no iba a evitar saludar.

—Nueva Cullen, hola niña!—comenta un contento Billy Black sosteniendo una copa de champagne en su mano, junto a él estaba Seth Clearwater y su madre Sue, además de el señor Swan.

—Oh, hola! Que tal? se están divirtiendo?—pregunto observándolos con una sonrisa cálida, todo había quedado bien luego de lo sucedido en la batalla, más aún cuando el padre de Jacob se había enterado que, a falta de su hijo, Bella no había quedado sin amigos, si no que yo estaba allí para ella.

Seth me sonríe, tomando la palabra por el señor Black.—Claro que si, y a el no le falta el alcohol en la mano, no?—bromea hacia Billy, quien le responde con un empujón desde su silla, Conecto miradas con Sue mientras nos reímos.

Pero mi risa se cortó al instante cuando en mi campo de visión, a tan solo unos metros, se encontraba toda mi familia junto a Bella y Edward mirándome.

Cuando vi la expresión de Irina sabía que todo se había ido al demonio.