El eco del llanto se escuchó en el cuarto. Rindou estaba echado sobre su cama mirando al vacío mientras que lágrimas salían de sus ojos, pensaba que era patético, no sabía cómo podía seguir llorando. El ambiente se replicaba al día anterior en que se enteró de los nulos sentimientos de Souya por su persona. Se limpió de inmediato en cuanto escuchó el sonido del seguro de su cuarto. Era Ran, este cambió su rostro relajado por uno preocupado al ver a su hermano llorando nuevamente.
—Rin...
Ran sabía lo que había pasado. Había pronosticado este final en cuanto Rin le había confesado que Souya Kawata le gustaba, pero no esperaba que resultara tan desastroso.
—Ran... debí haberte hecho caso... lo siento, debo verme patético...
Las lágrimas de Rindou nuevamente amenazaban con salir, respiró nuevamente tratando de parar de llorar. Ran se acercó a su hermano de inmediato y lo refugió entre sus brazos. Sabía lo que era necesitar llorar y sacar el dolor. El cuarto nuevamente se inundó del eco del llanto de Rindou, solo que esta vez Ran estaba allí para consolarlo.
Las horas habían pasado y Rindou se había calmado, su llanto se había detenido al fin. Ran no dejaba de acariciar su espalda como consuelo. Así pasaron dos días en su cuarto. Ran se encargó de obligarlo a comer, a distraerse con videojuegos y películas, pero el semblante de Rindou seguía igual.
—¿Rin te sientes un poco mejor? —Ran lo vio con un rostro realmente preocupado.
—sí...me siento un poco mejor...
Ran dejó escapar un suspiro pesado. Su hermano estaba un poco mejor por fuera, pero presentía que sería un largo camino por superar al chico de cabellos azules.
—¿oye ya comiste? Llevas dos días encerrado aquí, no planeo seguir trayéndote la comida a la cama, vamos, levántate y toma un baño, mañana debemos regresar al colegio.
Rindou asintió y salió de su cama directo al baño. Desde hace dos días sentía resequedad en la garganta, beber agua no servía, realmente creía que las lágrimas que soltó lo habían deshidratado.
Al verse al espejó se desconoció, tenía ojeras pronunciadas y un cabello desastroso. Un baño largo y un cambio de ropa recuperaron un poco del Rindou antes de la depresión post-rechazo, se decía a si mismo no se puede morir de amor, pero eso no era cierto. No quería comer, pero tampoco quería preocupar más a Ran, por ello resolvió ir a la sala a cenar con su hermano como todas las noches. Ran y él empezaron a charlar de otros temas: las vacaciones de fin de año, el regreso de su padre a su hogar y sobre el colegio.
Todo iba tan bien. Ran creía que su hermano superaría su adolorido corazón con salidas, viajes, y por supuesto evitar ver al chico causante del dolor por un tiempo. Rindou sintió un fuerte dolor en el pecho de repente que hizo que soltara los cubiertos, se llevó las manos al pecho, era un dolor punzante, el aire se le fue por un momento y regresó de golpe. Este movimiento le provocó arcadas, sin poder resistirlo corrió hacía el baño de su cuarto. Ran preocupado fue tras él.
Las arcadas regresaron con mayor fuerza, Rindou con rapidez levantó la tapa del baño, se puso en cuclillas y dejó que su cuerpo soltara lo que fuera que lo estaba dañando. Pétalos de flores de cerezo y aire ahogado fueron expulsados.
Un puñado de flores pequeñas y pétalos de color rosáceo flotaban en el agua del inodoro. Nuevamente el dolor apareció y volvió a expulsar pétalos por la boca. Rindou entró en trance total, lagrimas nuevamente se deslizaron por su rostro, ese dolor se transformó en preocupación y pánico. Ran desde la puerta del baño presenció todo, su rostro se transformó de frustración a furia. Rindou soltó el agua del baño intentando que la evidencia desapareciera. Esto fue más allá de sus límites y terminó por acabarlo. Ran se hincó hasta su altura y lo acunó en su pecho.
—Rin...lo siento...lo siento mucho...debí cuidarte mejor... —Ran trató de mantener la compostura, debía ser fuerte para su hermano que aún se mantenía catatónico por la impresión.
Ese no era un buen día, el tinte de recuperación se fue por el caño.
Un pequeño ataque de tos los hizo reaccionar de nuevo, pequeños pétalos caían de la boca de Rindou, estos se regaron por el suelo. Esto cambiaría su vida por completo.
Habían pasado días desde su reunión en la pista de patinaje. Souya perdió la cuenta de las veces que marcó al teléfono de Rindou. El celular estaba apagado y no recibía respuestas a sus mensajes o llamadas.
Nahoya vio cómo los días siguientes a la pelea habían afectado a su hermano. Souya solo se dedicaba a llamar a Rindou y a ver su celular con la esperanza de recibir una respuesta.—Sou, ven a comer y deja ese celular
—sí...ya voy...
Ambos empezaron a comer en silencio. Souya no dejaba de picar los fideos y jugar con ellos en el plato.
—Sou, come ya y deja de jugar con la comida
—lo siento, es que ah...me siento raro, extraño a Rin y yo...
—Sou ya hablamos de esto, estoy seguro que Rindou querrá alejarse, déjalo
—es que yo estuve pensando, Naho...y quiero verlo...
Souya estaba sonrojado, no había dejado de pensar en el beso que le dio Rindou.
—Sou ¿estás seguro? ¿qué se supone que le vas a decir? Oye no me gustas, pero puedes ser mi amigo, hasta para mi eso se oye horrible
—no...no es eso...es que yo... —el sonrojo se intensificó y Souya se rascó la nuca nervioso— no he dejado de pensar en...en él...yo he pensado en darle una oportunidad...— Souya estaba nervioso, pero por fin lo había dicho
—¡¿QUÉ?! digo ¿qué? Souya ni si quiera—
—creo que me gusta Rin...no he dejado de pensar en lo que hablamos, no estoy seguro aún, pero quiero intentarlo...con Rin, quiero decir, me siento feliz junto a él...
Nahoya estaba estupefacto. Souya se mantuvo pensativo varios días y de pronto le soltaba que planeaba darle una oportunidad al chico que rechazó.
—¿Estas bromeando? —Nahoya seguía sin poder creerlo— si crees que voy a dejar que—
—¡Hermano! Es en serio...quiero intentarlo, de verdad, quiero que me ayudes... nunca pensé en algo así...pero Rin, él es importante para mí —Souya estaba determinado y con un gran sonrojo en el rostro.
Nahoya no pudo negarse a su hermano. Lo veía esperanzado con la idea de intentar estar con Rindou, su propia experiencia le enseñó a no fiarse de los Haitani, pero no pudo decirle que no y de mala gana asintió.
—¡Ay demonios! Está bien, vayamos a buscarlo mañana, ¿conoces su colegio, no? iremos, ya que ni te contesta el teléfono, le dices lo que tengas que decir y fin
Nahoya estaba molesto e intranquilo. Souya esbozó una sonrisa leve, tener el apoyo de su hermano lo ayudó bastante a tener más confianza en si mismo.
Souya pensaba en qué podría decirle a Rin el día que lo viera. El solo pensamiento hacía que sus mejillas ardieran. Si bien le había dicho a su hermano que intentaría salir con Rin, en el fondo se puso a pensar en cada detalle que Rin había tenido con él. Definitivamente nunca se había enamorado antes, por lo que no sabía que se sentía, se había confesado a un par de chicas y chicos, pero a razón de los rechazos nunca supo de que se trataba el romance exactamente. Las historias que había leído le daban una idea, pero nunca lo había sentido en primera persona.
Empezó a sentir las mariposas en el estómago de tan solo recordar los momentos junto a Rindou. Todo lo que había pasado lo hizo replantear qué es lo que quería con él, creyendo que era una amistad como cualquier otra, pero no era así. Toda la tarde pensó en las palabras que le iba a decir, pero también buscó qué podría obsequiarle como disculpa por su rechazo y pronto una idea iluminó su mente.
En la mañana se dispuso a ir a la tienda de flores, lo había pensado mucho, y quería dar a Rin un obsequio especial. Era de las cosas más cursis que había pensado, pero estaba dispuesto a todo por él. Observó que le podría dar y su mirada se paró en una pequeña macetita que apenas tenía dos flores y un par de capullos de campanillas gencianas. Florecitas de color azul apenas nacían. Souya se sonrojó al recordar su primera salida de amigos en los jardines Mori y cómo es que le había dicho a Rindou que su nombre provenía de aquellas flores azules. Era un regalo perfecto, algo que solo los dos entenderían.
ESTÁS LEYENDO
Inefable [ Rindou x Souya ]
FanfictionAquello que no puede ser descrito con palabras recibe el nombre de inefable. Rindou Haitani experimenta por primera vez el sentimiento llamado "Amor" en cuanto conoce a Souya Kawata... 🌸Hanahaki: enfermedad ficticia producida por el amor unilateral...