X

4.2K 608 89
                                    

Rindou se encontraba en una camilla de hospital, se sentía afligido, lo habían diagnosticado con lo evidente: la enfermedad de las flores, Hanahaki. Ran le insistió en ir cuanto antes al hospital. La tos empeoró en cuestión de días. Rindou por supuesto sabía las razones, el causante, y la posible solución. Se sentía culpable porque quien estaba más molesto y angustiado por la situación era Ran.

Rindou estaba preocupado y atemorizado. No sabía qué hacer con esta situación, en realidad, sabía las posibles respuestas que podían cambiar las cosas: era correspondido y se recuperaba sin problemas, eso estaba descartado. O dejaba que le extirparan las flores con la clara advertencia de olvidar a la persona que le había causado dolor, o sufrir consecuencias mayores, como no volver a sentir amor por otras personas. Por supuesto, la peor consecuencia era dejarse morir.

Sabía cuál era la decisión correcta, pero esto de alguna manera lo lastimaba aún más. Le dolía más la posibilidad de olvidar a Souya y los recuerdos que mantenía con él, que la posibilidad de morir. Cuando uno se enamora se vuelve estúpido, ya lo estaba comprobando. En ese momento Ran entró en el cuarto amplio y con una mirada severa se puso frente a su hermano.

—sabes qué es lo que haremos ¿verdad? 

—hum...sí, lo sé...

—aceptarás, darás tu consentimiento y problema resuelto, no tienes porque sufrir de esta manera, dañará tu salud...

—hum...Ran...yo no sé

—No Rin, esta vez no dejaré esto en tus manos...por cierto, papá llego a casa y viene para acá

Rindou abrió sus ojos alarmado y negó levemente

—no Ran, ni se te ocurra decirle

—¿Cómo se supone que soborne a gente de su propio hospital? Él...papá ya lo sabe...

Rindou dejó escapar un suspiro, la situación empeoraba más antes de mejorar. Y no sabía que más hacer. Un ataque de tos vino nuevamente. La enfermedad evolucionaba a niveles que empezaban a preocupar de sobremanera a su hermano mayor. Las flores y pétalos expulsados por Rindou cada vez eran más grandes y más rosáceos. Nuevamente los pétalos terminaron en las manos de Rindou, el dolor trataba de ser disimulado, pero nuevamente obligo a Rindou a volver al baño y expulsar una gran cantidad de flores. Ran nuevamente estaba a su lado tratando de apoyarlo.

—Rin si no firmas el consentimiento de todos modos papá te obligará...debes operarte cuanto antes

—No ahora Ran, no me siento bien...

Ver las flores de cerezo y soltar agua del inodoro no ayudaba su estado de ánimo, si al inicio lo hacía cada tres horas, ahora lo hacía cada hora. Ran ayudó a Rindou a llegar a la cama, la enfermedad lo estaba consumiendo más rápido de lo que pensaba.  Ran ayudó a su hermano a echarse sobre la camilla. Pronto el sonido de la puerta se escuchó, era su padre. Un hombre de gran tamaño, de porte elegante, de ojos violetas y con el ceño fruncido apareció. Ambos hermanos se miraron entre sí y evitaron mirarlo.

—¿no puedo esperar nada de ustedes, no es así? Regreso a casa esperando verlos comportándose y cumplir su propósito, pero me vengo a enterar que mi hijo menor está a un paso de la muerte. ¿No te avergüenza hacerme perder el tiempo, Rindou?

Ambos hermanos fruncieron su ceño. Realmente detestaban la actitud de su padre, él solo los veía como una carga. Eran el recordatorio constante del abandono de su ex - esposa.

—Nadie te obligó a venir, yo me estoy encargando de Rin, vete ya...

—¿Crees que tu muerte no sería un problema para mí? —su padre hablaba en serio y eso los enfurecía, su tono sarcástico y nada comprensivo solo hacía que no lo soportaran. Su padre los miró de reojo y les dio la espalda.

Inefable [ Rindou x Souya ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora