Inefable [ Rindou x Souya ]

XXI

El agua tibia de la ducha empezó a caer sobre su cabellera azul. Souya estaba pensativo y con un gran dolor en sus caderas. El agua lo ayudo a relajar su cuerpo, poco tiempo después sintió la presencia de Rindou, estaba un poco nervioso así que se dedicó a lavarse el cabello. No pudo evitar dar un saltito al sentir los brazos de Rindou en su cintura. No pudo evitar sonreír.

—creí que me esperarías...

—sí...pero cambie de opinión, ¿puede hacerte compañía?

—creo que es tarde para preguntar, mi amor

Souya se dio la vuelta y dio un par de caricias en el rostro de Rindou. El más alto dejo un par de besos en los labios de Souya.

—lo siento...cuando dije que no me alejaría...yo...

—supongo que puedo con eso...

Ambos dejaron salir una risita mientras el agua caía sobre sus cabellos y consecuentemente sobre sus cuerpos.

Al salir del cuarto de baño Rindou no pudo evitar reír. Estaba con una toalla en la cintura y debía recoger su ropa que estaba desparramada por el cuarto. Souya que venía detrás suyo lo abrazó por la espalda y no pudo evitar reír al ver el desastre de su cuarto.

—lo siento, amor —Rindou fue interrumpido por un estornudo

—Rin...te vas a resfriar...

—no te preocupes mi amor estaré bien

—no...es más, hoy dormirás conmigo, ven te daré un pijama mío...quizá seas un poco más alto...pero hace poco Nahoya me obsequio ropa que se me hacía un poco más grande...

—pero mi amor... ¿no le molestará a Nahoya?

—él puede quedarse con Ran en su cuarto ¿no crees?

—oye...tienes razón, bien me quedaré contigo, de todos modos, nos vamos a casar ¿no?

Ambos compartieron una risita cómplice. Souya fue directo a su closet a buscar ropa. Rindou no pudo evitar soltar una risita de pena, Souya estaba tratando de caminar con normalidad y no podía. Rindou se dedicó a recoger su ropa, la de Souya y por supuesto las sábanas de la cama de Souya.

Ambos estaban sentados sobre la cama, uno frente al otro con un par de pijamas de colores grisáceos. Parecían una pareja de casados, Souya se encargaba de secar el pelo de Rindou con la secadora, mientras se daban besos cortos cada que podían.

—ahora sí, eso evitará que te resfríes

—amor...

—¿hum? ¿Qué pasa?

—voy a amar ser tu esposo...me gusta esto, seré muy feliz contigo

Souya no pudo evitar sonreír, las mariposas nuevamente empezaron a hacer estragos en su estómago.

—yo también creo que viviremos bien al lado del otro...

Los besos no se dejaron esperar y nuevamente estaban unidos por sus labios. Un suave maullido los interrumpió. Souya se levantó y abrió su puerta. Era Pumpkin, la mascota de Nahoya, y caminaba de forma perezosa por el pasillo.

—ay Pumpkin... tiene hambre...y Nahoya aún no regresa

—¿uh? Espera amor ¿esa es la mascota que mi hermano obsequió a Nahoya?

—sí es él...es un gato mimado...y siempre hace eso cuando tiene hambre

Rindou se levantó de un respingo y apareció al lado de Souya. Tenía razón era un gato de color naranja, no dejaba de maullar, se limpiaba su patita mientras miraba a la pareja.