Inefable [ Rindou x Souya ]

XII

Rindou sintió como el mundo se detuvo por completo. La frase que dice "cuando ves al amor de tu vida, el mundo se detiene" tenía más sentido que nunca. Rindou estaba estático y su corazón latía a mil por hora. Sentía dolor, felicidad, nervios...todos los sentimientos estaban mezclados en su corazón. Con miedo a que fuese una visión o una señal de que estaba padeciendo y estaba a punto de morir, trato de sentarse en la camilla, se quito la mascarilla de oxígeno y se giró. Allí estaba Souya, sostenía su mochila en sus manos, estaba estático y con un sonrojo en las mejillas.

—Sou... ¿Souya? ¿Qué haces aquí? Quiero decir eh yo... 

Rindou sabía lo mal que se veía. Lo último que quería era que Souya lo viese débil y enfermo. En ese momento solo tenía miedo y vergüenza. Todo eso fue descartado en cuanto sintió un abrazo. Souya estaba abrazándolo, sintió un inmenso calor en su pecho, era una mezcla de felicidad con miedo.

—Rin, desapareciste y tuve miedo...te estaba buscando...lo siento, lo siento mucho

Rindou apenas podía clasificar, procesar y entender las palabras que Souya le estaba diciendo. ¿lo extrañaba? ¿por qué se disculpaba? Eran amigos, era cierto, y al final había decidido alejarlo para evitar que Souya sintiera pena por él.

—Hey, Sou cálmate...no sé qué haces aquí...no deberías...

—Ran me trajo...le dije que me dejara verte

Souya por fin lo soltó de su agarre, estaban muy cerca. Rindou sintió como la vergüenza lo inundaba, todavía le dolía lo que había pasado entre ellos, así que procuró alejarse de él. ¿Cómo que Ran lo había traído? Eso solo hizo sentir temor, esperaba que su hermano no hubiera mencionado nada respecto a su enfermedad.

—¿Ran? Vaya... lo siento, no quise preocuparte, ya sabes como es Ran, a veces él exagera las cosas...pronto me recuperaré —Rindou evitaba mirar el rostro de Souya, no podía mentirle y decirle aquellas palabras que solo lograban lastimarlo. 

Souya se armó de valor y negó varias veces, sentía un gran peso en su garganta. La situación era triste y no quería perder tiempo, ya había perdido demasiado tiempo. Vio su mochila y recordó su regalo. Interrumpió el diálogo de Rindou y sacó con cuidado la macetita que tanto había cuidado para él. Un par de flores ya estaban marchitas, pero un par de capullos aún se mantenían en pie junto a una florecita azul que apenas nacía.

—Rin...tengo algo para ti... —Souya había practicado tantas veces que decir, su parlamento memorizado se borró de su memoria de repente, así que terminó por hablar del cómo se sentía.

—son...son para ti, me recordaron a ti cuando fui a la tienda de flores a buscarte un obsequio...se que sabes como se llaman porque...se llaman como tú... 

Souya aún con las manos temblorosas las entregó al rubio. Rindou podía escuchar el sonido del latido de su corazón, también tenía las manos temblorosas por el miedo y tomó el presente de Souya.

—quería decirte que esas flores me recordaban a ti... en realidad desde la última vez que nos vimos...no he dejado de pensar en ti, pensé en todos los momentos en que compartimos y me sentía feliz, feliz diferente a mi familia o amigos, contigo si me sentía feliz y me di cuenta de eso cuando desapareciste...me sentí mal y fui a buscarte a tu colegio...—

Rindou sentía como las orejas le ardían, Souya había hecho lo mismo que él cuando quiso conocerlo. Era como un sueño del que no quería despertar.

—Sou...no era necesario que tú—

—sí era necesario Rin —Souya se animó a si mismo a confesarse al chico que quería— era muy necesario... quería decirte que te quiero, te quiero mucho...más de lo que imaginaba, te busqué porque... yo quería pedirte una oportunidad...para estar contigo...como pareja...quiero estar contigo Rin, no como amigos, quiero ser...quiero ser tu novio...acéptame por favor...— Souya sentía una inmensa oleada de nervios, pero por fin lo había dicho, le había confesado sus sentimientos a Rindou.