Inefable [ Rindou x Souya ]

V

Souya está contento ¿la razón? saldrá con una especie de amigo. Había sugerido la idea de salir a su madre, ella un tanto sorprendida accedió. Era una grata sorpresa escuchar que Souya por fin empezaba a salir de su área de confort. Su madre sonreía alegre al escuchar a su hijo, por supuesto que le quitaría el peso de ayudar en los quehaceres del fin de semana.

Nahoya por otro lado no estaba conforme. Había escuchado la charla de su hermano y su madre, quiso oponerse, pero el ceño fruncido de su madre hizo que no quisiera hablar más del asunto. Nahoya no puede decirle que no a su madre. 

Souya ve su celular y se fija en que la hora acordada para ver a Rindou se acercaba. Pantalones café claro, una camiseta ancha color gris y un suéter con mangas cortas color azul oscuro esperan en la cama para ser usados. Souya está mas que emocionado, pronto se cambia de ropa, mientras que Nahoya lo mira disimuladamente desde su litera superior, este finge leer revistas de motocicletas para matar el tiempo.

—¿Nahoya viste mis pendientes? No recuerdo donde los dejé —Souya ve a su hermano en busca de ayuda.

—Sou...los tienes en la mano... —Nahoya señala la palma de su hermano, y sin poderlo evitar deja escapar una risotada— ¿estás tan nervioso? —Nahoya se hecha de costado mirando a su hermano.

—no es eso, solo que...hace tiempo que no salgo y Rin, quiero decir, Rindou parece agradable

—hum...okay, solo ten cuidado ¿sí? —Nahoya le obsequia una sonrisa genuina— Si pasa algo solo llámame e iré corriendo. Ya vete o me arrepentiré 

Nahoya le da la espalda a su hermano y continua con su "lectura". Souya agradeció internamente. Estaba por fin listo y se apresuró en salir de casa, poco tiempo después se fue en su motocicleta rumbo a Roppongi.

Nervioso era una palabra que se quedaba corta al lado de lo que describía a Rindou. No paraba de cambiarse, y Ran se encontraba con una pizarrita y un marcador indeleble en el marco de la puerta del cuarto que compartían, nadie lo había invitado, pero quería sacar a Rindou una sonrisa y hacer algo para calmar los nervios de su hermano. Al último atuendo le había puesto un 7.5, eso era cruel, ninguno le agradaba. Medio closet se encontraba ocupando la cama.

—Rin, el otro conjunto te queda mejor, ya elige algo ¿Cuántas ya vamos? 

—Ran no molestes...quince atuendos... —Rindou ve el reloj y mira a su hermano buscando su ayuda. Ran deja su pizarrita en la cama y se pone a escoger el atuendo de Rin.

—vete al vestidor ya, te pasaré la ropa 

Ran elige un pantalón jean una camiseta de cuello largo, y un suéter abierto a cuadros color azul grisáceo. Rin agradeció a su hermano telepáticamente, se mantenía oculto detrás del vestidor de su cuarto esperando algo bueno. Al salir le bastó con ver la pizarrita de Ran, tenía un 10, eso hizo que ambos hermanos se rieran de la situación.

—Regresa pronto y no te autosabotees ¿va? —Ran miraba la montaña de ropa.

—¡Ran!...eso espero, ¡no! está vez saldrá bien, me voy, deséame suerte

—te irá bien, eres mi hermano, hum ¿me toca recoger toda esta ropa? prefiero dormir en el piso...

—Adiós Ran

Rindou se coloca sus gafas y se apresura en salir de su hogar rumbo a los Jardines Mori.

Estos jardines se caracterizaban por ser un espectáculo botánico de la excéntrica Roppongi: rebozaba de belleza, pastizales verdes, flores, arbustos de colores, arboles de flores de cerezo que ocasionaban lluvias de pétalos rosas, con una gran laguna y casas de té en las orillas.