Inefable [ Rindou x Souya ]

VIII

Rindou se encontraba vestido con un abrigo negro y una bufanda azul. Esperaba impaciente y nervioso en la puerta de la pista de patinaje al aire libre. Había practicado que decir, no pudo dormir toda la noche, sentía una gran presión en el pecho.

—¿Rin? 

Souya apareció con un abrigo celeste, y unos pantalones grises. Souya estaba feliz de ver a su amigo

—Ayer me dejaste, más vale que hoy nos vayamos a divertir—Souya estaba ansioso por jugar.

—Sou... uh sí, yo lo siento mucho —Rindou estaba con rubor en las mejillas, no podía evitarlo, estaba temblando por el miedo y la emoción que le producía hablar con él 

—no...no quería, lo siento...

—no importa, está bien, vamos ya 

Souya llevó a Rindou de la mano, esto solo ocasionaba confusión y miedo en el Haitani menor. Una pequeña flama de esperanza se encendió en su corazón solo por ese acto tan pequeño. Decir que Rindou estaba desconcentrado era poco. Se suponía que sabía patinar sobre hielo e iba a jugar con Souya, pero apenas y podía mantenerse con equilibrio en la pista.

—Rin ¿Qué diablos te sucede? Estás extraño, se supone que para manejar una motocicleta debes tener equilibrio, me impresiona que no lo consigas a la hora de patinar jajaja 

Souya llevaba a Rindou de ambas manos, otro episodio que anotar a su lista de días incómodos.

—lo siento...es que estaba pensando en...cosas 

Rindou tenía una sonrisa torcida e incómoda ante la mirada de Souya

—pero estoy mejor 

Rindou sabía que después de ese día nada sería igual y quizá las cosas cambiarían así que se reprendió a si mismo. Debía y tenía que disfrutar de ese día lo más que pudiera. Rindou le regaló una sonrisa al peliazul y empezó a seguir el paso al otro chico. Ambos empezaron a deslizarse por la pista. Estaban contentos, Rindou sostenía la mano de Souya, las risas y las charlas de siempre regresaron. Como si no hubiera pasado nada. 

La nieve empezó a caer sobre ellos, lo sabían, debían irse. Ambos estaban listos para quitarse los patines y colocarse sus zapatos.

—Souya...

—¿Um qué ocurre? 

—puedo... ¿podemos hablar? Quiero decir, quiero pasar un rato más contigo en la plaza... ¿podemos? —Rindou tenía los sentimientos a flor de piel.

—Claro Rin, tengo unos minutos antes de que Nahoya venga por mí, debemos ir a casa juntos —Souya sonrió, esa sonrisa le dio un poco de confianza.

Ambos caminaban por la plaza, estaba casi desierta, los arboles secos cubiertos de nieve eran una prueba de la estación. Rindou paró en seco y se puso frente a Souya.

—Bien...yo, Souya hay algo que tengo que decirte y es muy importante para mí —Rindou apretaba los puños dentro de los bolsillos de su saco.

—¿Rin pasa algo? Desde hace ya un rato estás...estás extraño ¿algo te molesta? —Souya lo conocía, no podía ocultarle su nerviosismo.

—sí...de hecho... —Rindou dejó escapara un suspiro pesado— ...Souya estoy seguro que desde un inicio se te hizo extraño que me acercara a ti, pero en realidad...lo hice con un propósito, quería conocerte más y...

—Rin eso lo sé, me lo dijiste al inicio, querías ser mi amigo ¿no?

—sí...pero quería conocerte más porque... —Rindou de nuevo sentía un nudo en el pecho— porque me gustas Souya...desde el principio...siempre me gustaste, salir contigo y hacerme tu amigo fue lo mejor que me pasó... —Rindou esbozó una sonrisa apagada— me preguntaste si estaba enamorado y te respondí...sí lo estoy...y la persona de la cual estoy enamorado... eres tú...no es nadie más que tú...yo...

Una risita se escuchó en plena charla, Souya lo miró incrédulo y negó varias veces— Rin deja de bromear, ¿Hakkai te lo dijo no es asi? ¿me están jugando una broma, no? Deja de bromear, eso no es gracioso...somos amigos y yo...

Rindou terminó por quebrarse, su corazón dolía más que nunca, la persona que le gustaba no lo estaba tomando en serio, era de las peores cosas que le podían ocurrir en ese momento. Rindou más enojado consigo mismo negó varias veces.

—No Souya...no estoy bromeando...yo...yo te quiero...te quiero mucho...no como amigo...quiero decir, me gusta ser tu amigo...pero prefiero ser más que un simple amigo... —Rindou estaba al borde de la desesperación, ¿Qué debía hacer?

Souya borró su sonrisa preocupada por completo reemplazándola por una cara de duda y temor. No quería aceptarlo.

—No Rin...solo estás confundido, no creo que—

El parlamento de Souya se vio interrumpido por unos labios. Souya estaba petrificado, Rindou estaba sosteniendo su rostro y lo estaba besando. Era un suave beso que transmitía todo el cariño que Rindou sentía por Souya, unos segundos bastaron para separarse. Rindou estaba con el rostro enrojecido, Souya al contrario estaba estupefacto y pálido, ese fue su primer beso. Souya estaba avergonzado, negó suavemente y se cubrió la boca con una mano.

—Rindou...lo siento...yo de verdad lo lamento, nunca quise...de verdad lamento no poder... —Souya miraba el suelo como si fuese una especie de salvavidas. Su corazón latía muy fuerte.

—¡Sou! ¿Qué tanto haces? Llevo esperándote veinte minutos —Nahoya se acercó al par estático— y tú creí haberte dicho que no retrasaras a Sou —Nahoya miraba a Rindou con molestia, pero su ceño cambio a confundido en cuanto vio el semblante triste y afligido en su rostro— O.. ¿oye qué pasa? Ey ¿Sou, dime que sucede? —Nahoya miraba a su hermano intentando buscar respuestas. Ese silencio duró una eternidad en la cabeza de Rindou.

—Nada, no pasa nada —Rindou cambió su semblante por completo— lo siento Smiley, no tenía la menor intención de retener a Angry— Souya sintió como su pecho le dolía, él no lo llamaba así desde hace tiempo, su semblante tan tranquilo no le gustaba, quería abrazarlo.

—yo debo irme, adiós —Rindou les dio la espalda y empezó a caminar rápidamente, no quería estar allí, necesitaba regresar a casa cuanto antes.

—Sou ¿Qué diablos fue eso? ¿desde cuándo te habla así? ¿Qué pasó? ¿acaso pelearon? —Nahoya miraba a su hermano preocupado, y ver al menor de los Haitani le recordó a un momento doloroso que ya había pasado antes.

—Hermano...vamos a casa...no quiero estar aquí... 

Souya solo miraba al piso, sentía un vacío que le era difícil de explicar, pero por alguna razón su pecho le ardía, tenía un nudo en la garganta y su cabeza daba vueltas. Nahoya se limitó a asentir. Definitivamente algo estaba mal. Conocía a su hermano y su semblante, sus palabras eran de las que usaba cuando solía sentirse terrible. Tomó la mano de su hermano y lo llevó consigo.

—sea lo que haya pasado con Rindou no importa Sou, lo superarás...te lo aseguro —Nahoya intentaba darle ánimo a su hermano.

Souya estaba confundido ¿en qué momento pasó? ¿cómo es que no se dio cuenta? Y lo más importante ¿por qué le gustaba a Rin? Souya reaccionó por fin, le dolía la cabeza de tanto armar el rompecabezas. ¿Acaso Hakkai tenía razón? Todo empezó a cobrar sentido, empezó a avergonzarse de la confianza que le había entregado a Rin. 

Souya se detuvo, ahora todo estaba claro para él, Nahoya se asustó por el repentino movimiento estático de su hermano. Souya se tocó los labios, Rin lo había besado hace poco, se dio la vuelta para ver hacia atrás, pero Rindou ya se había ido ¿Qué había hecho?