Inefable [ Rindou x Souya ]

XVIII

Ran sintió adrenalina después de tantos años. Vio a Nahoya a una distancia prudente, estaba parado esperando a que el semáforo de transeúntes cambiara. Ran no pudo evitar sentir calor en su pecho, hasta donde sabía Nahoya tenía pareja, y su mente le repetía de forma inconsciente que lo que estaba haciendo estaba mal. Pero, siempre había un pero para situaciones como esta. Ran dejó de escuchar su lado racional en el momento que Nahoya cruzó la calle frente a él.

Ran amaba a Nahoya, su forma de caminar, sus cabellos, su sonrisa, sus pequeños labios que tiritaban a razón del frío, amaba ver a Nahoya tratando de cubrir sus labios con su bufanda. Ran mandó al diablo la coherencia y a la razón, no le importaba si Nahoya tenía o no a alguien, quería tenerlo en su vida. Ya lo había perdido dos veces, no quería que su vida se tratara de arrepentimientos, no quería ver como el amor de su vida era feliz sin él.

Ran pisó el acelerador suavemente y se acercó lo suficiente a la vereda por la cual caminaba Nahoya.

Nahoya sentía incomodidad, no quería ir a la casa de su ex novio pero necesitaba los libros que había dejado en su casa, aun le quedaba un tramo largo por recorrer y ya le dolían las manos por lo frías que estaban.

—ey... ¿no necesitas que te lleven? Hace bastante frío... 

Nahoya sintió escalofríos, no era la primera vez que lo molestaban, estaba a punto de soltar insultos, al girarse puso un rostro de enojo, pero su expresión fue suavizando lentamente, la molestia se transformó en nerviosismo. Ran estaba mirándolo con una sonrisa, este sostenía el volante y se veía totalmente diferente, su traje lo hacía ver más adulto, su cabello largo ya no estaba, en cambio su rostro se veía más bonito de lo que recordaba. Por supuesto, lo que hizo reconocerlo fueron esos hermosos ojos lilas que tenía, nunca olvidaría su mirar, sin importar los años nunca olvidaría los ojos de Ran

—¿Ran?... ¿qué...qué haces aquí? 

Ran dejó escapar una risita suave, y se apoyó sobre el marco de la ventana.

—Acabo de llegar a Japón, hace poco dejé a Rin en el trabajo de Souya, te vi solo y pensé en que podría llevarte ¿qué dices? 

Nahoya no sabía que hacer o decir, aún estaba procesando que tenía a Ran frente suyo. Empezó a sentir nervios, sus piernas se sentían pesadas y su pecho se sentía agitado.

—uh...bueno no sé...no sé si sea buena idea...debo ir a otro lado y no quiero molestar 

—vamos, a dónde te llevo 

Ran abrió la puerta del copiloto esperando alguna reacción de Nahoya. El pelinaranja se sentía extraño, pero admitía que quería estar cerca de Ran, de todos modos, ahora podía hacer lo que quisiera.

—está bien...supongo

Ran se quedó mirando a Nahoya, sonrió en sus interiores, había logrado que Nahoya estuviera con él aunque sea por un corto tiempo.

—¿Y bien, a dónde ibas? —Ran estaba enfocado en el camino, pero de vez en cuando se giraba a ver a Nahoya, pudo notar su cuerpo rígido, se notaba nervioso.

—uh...bueno yo...iba a la casa de mi emmm...mi ex-novio...debo recoger algunos libros que dejé allí...es a un par de cuadras de aquí...

Ran sintió como su respiración se cortó por unos segundos, empezó a sentir más nervios de lo normal, Nahoya estaba incómodo con la situación.

—claro...dime que casa es y te llevo...bueno, eso es bastante normal ¿no? después de terminar una relación uno busca recuperar algunas cosas que—

—eh sí...ah...y Ran ¿cómo te fue en Alemania? Tú... ¿conociste a alguien?

Nahoya sentía que había dejado escapar mucha información, después de todo Ran también era su ex pareja, quería que Ran estuviera en la misma situación que la suya.