Capítulo 21

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Claudia

Viernes 11 de marzo, 2022

Horas antes.

—¡Claudia! —escucho a Mario llamarme—. ¡Claudia, ven a ver esto!

—¡Voy! —respondo también en un grito.

Termino de echar lo necesario en mi bolso, y tras darme una última mirada en el espejo salgo. Si no me voy ahora llegaré tarde al trabajo.

—¡Joder! ¡¿Quieres venir?! —grita justo cuando estoy poniéndole el seguro a la puerta.

No me molesto en contestar. Que se joda. Se supone que estoy con el tiempo justo, pero para que se enoje con ganas, me tomo el tiempo de bajar las escaleras tranquilamente.

—¡Claudi...! —se calla cuando me ve.

Alzo una ceja y él sonríe como un idiota. No es la reacción que esperaba, yo estaba lista para discutir, tirarnos mierda y luego desaparecer en mi trabajo.

—¿Qué mierda te pasa? —le pregunto cruzando los brazos.

—Esto —gira y señala un Honda Fit de color negro—. Es nuestro.

Abro mi boca sorprendida y me acerco a abrazarlo envolviendo mis brazos en su cintura. Suelto una risa tonta y comienzo a balbucear.

—¿Cómo...?, ¿Qué...? —él ríe, tiene una sonrisa de oreja a oreja e imagino que yo también—. ¡Es increíble! Pero ¿Cómo?

Encoge sus hombros.

—Me está yendo bien con mi nuevo jefe. Te lo dije, ya no tienes que preocuparte por nada, estaremos bien.

Deja un beso en mi frente y tiro de su cuello para besar sus labios. Él agarra mi cintura y me lleva hasta el nuevo vehículo, apoyándome en el. Comenzamos con una buena sesión de besuqueos, sin que nos importe quien pueda pasar o vernos; solo somos nosotros y esta sensación de felicidad que quiero que dure por siempre.

—Me llevarás al trabajo —murmuro contra su boca.

—O podrías solamente dejarlo —responde repartiendo besos por mi cuello.

—¡Mario! —me rio cuando me hace cosquillas—. No puedo, nos sirve.

Resopla.

—Ok, te llevo, pero esta noche estrenaremos esto —señala el Honda Fit con el mentón.

Asiento y emocionada me dirijo a la puerta de copiloto, Mario se me adelanta abriéndola para mí.

—Permítame, señorita —su tono es serio, pero noto la diversión en su voz.

—Gracias —le digo en el mismo tono soltando una risa.

En el camino vamos hablando de lo bien que nos está yendo, lo que aún nos falta lograr y lo que se nos viene. Por primera vez me siento esperanzada, siento que no todo es una mierda y que merezco lo bueno de la vida.

Cuando Mario se desvía de la ruta, alzo mis cejas y lo miro; él encoge sus hombros y me da una media sonrisa de boca cerrada.

—Mario ya te dije que necesito trabajar...

—Y yo que no lo necesitas, pero como sea, envía un mensaje y diles que estás enferma o alguna mierda como esa.

—No funciona así y lo sabes.

—Entonces diles que había tráfico —rueda los ojos—. No tardaremos mucho.

Frunzo los labios y entrecierro mis ojos.

Entre Lazos [+18] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora