This love✔️

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Capítulo 5 - Ruleta rusa

Mi día mejora de una forma sorprendente cuando a la hora de almuerzo veo a mis dos amigas llevarse tan bien como siempre.

Ahora con Chris y con Sebastian el tema tiene un poco mas de complejidad. Ellos probablemente no mintieron con malas intenciones pero un corazón dañado no entiende de errores.

Mientras juego con mi comida (porque admitamos que eso es lo que he estado haciendo), no puedo sacarme de la cabeza que dejé a Joel en espera de una respuesta.

Pero analizando bien el asunto no sé de qué me preocupo, yo ni siquiera sabría que rayos responder.

También me siento un tanto extraña sobre la forma en la que se han desarrollado las cosas.

O sea si llevamos la rapidez al hecho de que sólo he tenido un novio y que soy bien chapada a la antigua en cuanto al romance, pues como resultado tendrás a una yo nerviosa y temerosa de lo que vendrá en el futuro, claro teniendo en cuenta su ritmo el futuro pueden ser los próximos cinco minutos.

—¿Ya me vas a hacer caso o sigo moviendo mi mano frente a tu cara?

Levanto mi vista y veo unos ojos azules acompañados de un pelo oscuro que hace delirar a la mayoría de estudiantes del South College,Sebastian Kendrick.

—Perdón, estaba pensando en algo.—Me disculpo.

—Pues como no sea la cura para el cáncer no me explico que te distrae tanto.—Sacude sus manos restándole importancia.—En fin a lo que vine ¿Hannah está muy molesta?

—Como no tienes idea.

—Tú eres su amiga ayúdame, tu sabes que yo no soy malo y que la quiero.

El poco jugo que alcancé a tomar sale por el orificios de mi boca e incluso por los de la nariz ante el shock inicial de tal declaración.

Me avergüenza un poco que salpiqué a Sebastian quien se limpia la cara y partes de la camisa con un Kleenex

—¿Qué tu qué?

—¿Qué la quiero? Pues sí ¿Muy rápido? ¿Inesperado?

—Pues yo que te digo, me parece un poco linda tu actitud y te suma puntos, pero sí me resulta inesperado.

—¿Me ayudas o no?

Lo dejo sufrir un rato y no fuera yo si no pienso en todas las opciones, a lo que me refiero es que no querría que ella salga dañada por mi supuesta "ayuda".

Cogo un lapicero y empiezo a escribir algo en la servilleta.

—Sebastian, no es que no quiera ayudarte pero debes entender que es una responsabilidad muy grande para mi.

Y así empieza un largo discurso que tiene como único objetivo desviar su atención de lo que me encuentro escribiendo.

—Así que generalmente ésas son las razones por las que no puedo ayudarte._Dicho esto me levanto y me voy, llego hasta la puerta del comedor y en realidad me sorprende la cantidad de muecas frustradas que hace.

Ahí es cuando le envío el mensaje.

Yo: Revisa la servilleta...

Lo veo buscar hacia donde yo estaba y cuando encuentra la servilleta no pierde tiempo en empezar a leerla.

Futuro cuñado ✨💫: Gracias Heiduchi .

Yo: Noooo por favoooor, odio ése sobrenombre.