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Capítulo 32_Relatividad.

La exposición fue un éxito.

Lo sé porque cuando Lía y yo entramos en el aula, mucho de los chicos nos saludan.

Y en verdad fue una gran experiencia, qué se muy bien se repetirá, porque es una carrera larga y de sacrificio.

Serán muchas exposiciones de aquí en adelante, pero me llena de orgullo haber salido ilesa de la primera.

El profesor llega al aula minutos después, y todos prestamos atención, porque la nota será dada el día de hoy.

Empieza la clase y noto el nerviosismo en alguno de los estudiantes, muchos nos estamos sintiendo el peso de ser universitarios, principalmente ahora, que nos encontramos cerrando el primer semestre.

—Las notas me sorprendieron, me alegra saber que se prepararon para esto.—Dice el profesor finalmente.—Hubieron trabajos mejor realizados que otros, y con más investigación, felicitar a Marlon Whelert, a Lía Hamlert, Heidi Ivers, y Joan Sticker, fueron los mejores proyectos, por lo tanto su nota fue la mayor.

Mis compañeros aplauden y mi sonrisa no puede ser más amplia.

He conseguido un mérito en mi nueva carrera, finalmente vuelvo a ser esa estudiante brillante que fui en el instituto.

***

Salí del aula a toda prisa porque pretendo ir a ver a Helen.

Hoy el día para mí es diferente, esa mención de nuestro profesor más exigente me trae flotando en las nubes.

Me pido un Uber, y me encuentro fuera del campus esperando por él.

De lejos veo una figura muy conocida para mí, y para mí mala suerte camina hasta mi dirección.

Obviamente el día no podía ser tan genial.

Alex se apresura a alcanzarme, y pretende besar mi mejilla a lo que me aparto antes de que cumpla sus deseos.

—Deberias pensar bien nuestra situación, no me gusta desperdiciar mi tiempo.—Dice.

—No hay nada que pensar, estás totalmente loco, ¡nada será como antes!—Exclamo—Escucha Alex, si en algún momento te dije que regresaríamos, lo siento, si te lastimé lo siento, no era mi intención, pero hoy no puedes venir, a exigir cuando fuiste tú él que decidió irse. No puedes venir a exigir algo que desde el inicio no pareció ser lo correcto.

—Éramos muy buenos juntos, nos divertíamos y éramos relativamente felices.

—La relatividad es algo complicado, y si pasamos buenos momentos, yo era ingenua, no tenía idea de nada, fuimos felices pero ya no más, nuestro momento pasó hace más de tres años, no puedes pretender que todo va a seguir igual.

En ese justo momento llega el Uber y rápidamente me subo, minutos después me encuentro tocando el timbre en el apartamento de Helen.

Su madre me abre y paso en su búsqueda.

La encuentro en su cuarto, acostada en el sofá, viendo The Big Bang Theory, parece una tarde genial para ella, al menos físicamente.

En lo emocional se qué está destruida.

Tal vez ese bebé no era esperado, pero con el tiempo que pasó en su vientre, se acostumbró a la idea, y no la culpo, la maternidad es algo que muchas mujeres desean y otras no tanto, pero en Helen se veía un brillo diferente.

Incluso en un momento del vuelo de regreso, le agradeció a Rachel, algo que me pareció conmovedor, ni siquiera se hablaban, y la incomodidad la hizo abrirse de esa forma.

Ella no siquiera me nota cuando entro a su habitación, y me siento a su lado recibiendo una sonrisa de su parte.

La abrazo y la siento sollozar un poco, pero el llanto fuerte nunca llega, y no sé si alegrarme por eso o no, lo más probable es que esté escondiendo todo lo que verdaderamente siente.

Y eso es mucho pero, y para nada la va a ayudar a sanar.

Su madre entra a la habitación en ese instante y ella se separa de mi.

—Te dejo en buenas manos, vuelvo en unas horas.—Su madre le besa la frente y me dedica una sonrisa para luego irse.

—¿Cómo estás?—Inquiero.

—Físicamente un poco adolorida, y mentalmente hecha un desastre, no sé que pensar, no debía haber ido a ver a Cameron, pero soy estúpida, no necesitaba saberlo, y soy totalmente capaz de criar a mi hijo sola, pero tuve que arruinarlo, simplemente no sirvo para ocultar las cosas—Me dice—Imagina que sale a los siete años y me ve con un niño o una niña de esa  misma edad, no pude ocultárselo.

—No debes culparte, el único culpable es él, que se encarga de arruinar todo lo bueno que le pasa, no fue tu culpa, solo hiciste lo correcto.

—Mis intenciones fueron las correctas, pero el resultado fue lo que resultó equivocado, quisiera perder los recuerdos de todo lo que pasó apenas puse un pie en esa cárcel, el guardia que me requizó, tocó demás y tuve que tragarme las palabras, para no hacer un escándalo, luego entro a la maldita sala de visitas conyugales con todos esos presos mirándome cual trozo de carne, y luego suelto la noticia, y en menos de un minuto estoy recibiendo golpes en mi vientre.

Ahora sus lágrimas caen con fuerza y la abrazo en señal de apoyo, me imagino que en su cabeza existía una versión totalmente diferente del Cameron que yo conozco, y entiendo que sea así, ya que con ella nunca fue malo ni mucho menos.

Helen esperaba otra reacción y ahora la decepción hace la herida más grande.

Un mes después...

Finalmente el semestre acabó, y llegó la hora de usar ese ticket de avión que obtuve de regalo en mi cumpleaños.

Iré a ver a mi madre, y conversar con ella, está vez contando con su apoyo.

Y debo decir que finalmente algo se siente en paz en mi vida.

Por lo menos esa parte de mi vida que contiene a mi pequeña familia se está reconstruyendo, ahora un poco más fuerte.

***

Horas después...

El viaje a Manhattan fue corto y relajado, quizás porque no traía consigo aquella preocupación inmensa que me causó el estado de salud de Helen.

Llegar a mi casa fue más rápido de lo esperado, y ésta vez al tocar mi madre me recibió con un abrazo.

Y preguntó sobre mi rendimiento en la universidad, algo que no me sorprendió, porque eso siempre lo hacía, pero el hecho de que me lo preguntara, sabiendo que la carrera que escogí, no le agrada por completo.

Este será un viaje corto, en siete días estaré nuevamente en Boston lista para otro semestre escolar, por ahora, prefiero terminar de consolidar mi relación madre - hija.