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Capítulos 14 _ Palabrería barata.



Sus ojos se abrieron tanto que llegué a asustarme por un momento, temí lo peor, que entrara en colapso o en etapa de negación, eran una de mis opciones.

Fue cuando pasaron cinco minutos que decidí explicarme mejor, primeramente porque su falta de reacción me estaba matando.

—Mamá, no seré feliz siendo abogada, no encontraré la plenitud que siento cuando alguien me cuenta sus problemas e intento ayudar, siendo abogada simplemente dejaré de ser yo.—

Su primera reacción llegó cuando sus manos agarraron su pelo en una clara demostración de frustración.

Bueno, al menos no perdió su capacidad motora.

Sus ojos me encontraron entonces y vi como su psicóloga interior emergía para tratar de escudriñar en mis pensamientos.

Entonces decidí darles más motivos, aunque quizás no los necesitara, su reacción sería la misma le diera o no mis intentos de convencerla.

—Madre, reacciona por favor, no quiero tener esa sensación de que cometí un error porque no lo siento así, simplemente entendí que debo estudiar para mí y no para complacerte, porque aunque suene cruel, ya tuviste tu chance, ya viviste y ahora me toca a mí.—

—Esas ideas no son tuyas, tu nunca fuiste rebelde, seguramente esas niñas que llamas amigas te obligan a llevarme la contraria.—

Rodé mis ojos en una clara muestra de que no tenía sentido una palabra de todas las que ya había dicho, si es cierto que los consejos de mis amigas nunca me faltan, pero al contrario de lo que ella piensa no es para llevarle la contraria sino para compensar nuestras personalidades y llegar al consenso que necesitamos para mantener una buena convivencia.

Pero no, no sería ella sino se decanta por lo malo primero, y obviamente lo malo no me implica, porque según ella doy incapaz de hacer algo mal.

Algo que me ofende porque estoy lejos de ser perfecta y su posición lo único que hace es ofender mi natural capacidad humana de cometer errores.

—Mamá, no necesito la visión de nadie para descubrir mi verdadera pasión, de hecho no me hizo falta descubrirla, yo ya sabía lo que quería ser de grande, pero tú y tus imposiciones no me dieron chance de elegir. El ser abogada es tu sueño frustrado no el mío, no lo necesito para ser feliz ¡Entiéndelo!

—Vale, probablemente ellas no tuvieron nada que ver, pero ¡que venga alguien a culparme por querer ser una buena madre! Te tuve muy joven Heidi, los errores eran fáciles de cometer y cada vez mas recurrente, si tienes razón es mi sueño frustrado y cúlpame por querer que tengas lo que yo no pude.—

Y sí muy típico de ella victimizarse cuando el asunto se pone serio, es su mecanismos de defensa favorito, y te sientes tan culpable que parece que alguien ajeno a ti irrumpiera en tu cuerpo y no te conoces ni a tí mismo.

—Si lo que quieres lograr es que me retracte no lo vas a lograr, y si llego de todo lo que te he dicho sigues sin comprender al menos un poco, entonces esta palabrería barata no tiene sentido.

Salí de la casa dando un portazo que hizo a mi vecina girar la cabeza hacia mi dirección, la miré de reojo y seguí mi camino con un lugar en mente.



***





La residencia de Hannah era lo que más cerca tenía, así que me tomó menos de 20 minutos llegar y encontrarme con la sorpresa de que Sebas ya había llegado a Boston también.

A mi amiga no le hizo falta más que mirarme y supo que algo no iba del todo bien, supo que mi vida era un total desastre.

Y no niego que flaqueé un poco en mi decisión, porque tendría la carrera de mis sueños, a favor de tener una relación peor con mi madre.

Pero esa debilidad me duró segundos cuando llegué a la conclusión de que eso probablemente formada parte de su mínimo análisis hacia mi, si esa totalmente cierto que quería mi felicidad, en algún momento tendría que aceptar que su hija nació para ser psicóloga y no para fingir un mal chiste de abogada.

Por su parte Hannah y Seb no tardaron en escucharme y pronto las lágrimas aflojaron cuando no supe controlar las emociones.

Tiempo después llegó Rachel y entre los tres hicieron lo mejor que pudieron.

La noche terminó con Sebastian saliendo a comprar alcohol, y algunos víveres para una fiesta express.

Un intento de Karaoke, muchas botellas de Bourbon y comida  chatarra nos hicieron la noche mas llevadera, en algún momento dejé de llorar por mi madre.

Dejé dejé de pensar en que tenía al chico que me gustaba lejos, dejé de pensar en universidades y en todas esas estupideces.

Y pensé en mí, por primera vez pensé en mí.

Hice lo que verdaderamente quería que era beberme mi peso en alcohol, comer hasta no poder más y  divertirme con mis amigas y con Sebas hasta que el día acabara o hasta que tuviera una menor vida, nadie sabe exactamente que quería, pero ese momento se sintió tal efímero que rozó la perfección.

Desconocía de mí gracias a la bebida y mirando a mi alrededor supe que él único sobrio era el bastardo sexy, su preocupación seguramente lo llevó a dejar de lado todo esto y a cuidarnos como niñas pequeñas.

Rachel yacía dormida en el sofá encima de unas cajas de pizza vacías, mientras que en sus brazos se encontraba abrazando una botella de whisky, Hannah no tardó en atrapar su celular.

Y verdaderamente lo intentó, pero no pudo, el aparato cayó al piso con un ruido un poco raro, que la frenó en seco.

Sebas lo levanto y suspiró, probablemente no se había roto.

Fueron solo unos segundos de tranquilidad para proceder a tomarle fotos a una dormida Rachel que abrazaba una botella como si de un bebé se tratara.

Yo por mi parte seguí bebiendo todo lo que podía, no quería sobrepensar y lo estaba logrando con creces, pues por mi mente solo podía pensar que daría todo de mi en esta nueva etapa, sería la mejor y le demostraría a esa señora que no tengo que vivir bajo sus reglas.

Que mis propias reglas son mejores, que sé auto controlarme.

Que sé divertirme sin ocasionar desastres.


Al fin y al cabo mi palabrería barata si sirvió, sirvió para darme cuenta que la solución no siempre es lo más honesto, ni lo más acertado, a veces la solución es bizarra, y oscura.

Y me dolía mucho que los problemas con mi madre lejos de desaparecer irían en aumento, pero eran un mal necesario para llegar a ser yo misma.

Lamentablemente estaba entendiendo que a veces para ganar hay que perder.

Pero también estaba cayendo en cuenta de que no quería perder a mi madre.









Holaaa. ¿ Cómo están?

Pronto más actualizaciones...

Besos morados 💜
Los ama... Mila

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