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H A L I E
Dos semanas que no sirvieron de nada, o tal vez sí, pero solo para darme cuenta que necesitaba de su presencia. Creo que lo único bueno que recibí en esos días, fue la aceptación de mi solicitud que había enviado hace muchas semanas atrás.
Hoy es viernes. Eran 4 días después de haber regresado al hotel, era el día previo a tomar una decisión, una muy complicada, que a las justas tuve el valor de tomarla.
—Será una celebración en la sala principal por ganar el partido —tío Richie había tocado mi puerta esta tarde, y me estaba invitando a participar con los de la selección.
Se puede decir que estaba feliz por el triunfo que tuvieron los chicos ayer, y hoy en la noche lo celebrarán.
—Sí, sí... Claro —le contesté con una sonrisa.
—No muestres tanto tu felicidad.
—Es que es la primera vez que me dejas celebrar con los chicos.
—Bueno, no hagas que me arrepienta.
[...]
7 p.m., bajé a la sala principal. Estaba la radio prendida y los chicos sentados en sillas que ellos mismos habían colocado alrededor del lugar.
Si hubiese estado Marco, posiblemente me hubiese ubicado a su costado, pero él tuvo que salir a una reunión con sus padres. Así que tomé asiento al lado de Andrés Cardona.
—Hola —saludé.
—¿Hoy celebras con nosotros? —sonrió.
—Sí.
—Ahora bajarán los que faltan —al terminar de decir ello, Gianluca apareció en la puerta—. No te dije.
Lo llamó, y a mala hora. Cruzamos miradas y luego se sentó al otro costado de Cardona, es decir, el italiano estaba cerca.
Pasaron los minutos como siempre suelen transcurrir. Ya se hallaban todos: conversando y riendo, escuchando música y algunos tarareándola. Yo, yo solo les seguía la corriente.
—¡Llegó lo bueno! —exclamó Christopher Cuevas trayendo un par de botellas de bebidas alcohólicas.
Una copa, una canción. Dos copas, otra canción. Cinco copas, siguiente canción. Siete copas...
Ahora algunos se encontraban bailando y cantando, como una típica celebración. Andrés aún seguía en su asiento, y espero no se levante, pero ello implicaba a escuchar su conversación con Gianluca.
—Sabes, hoy tienes que olvidarte de todo lo que te tiene mal —le dijo Cardona, que ya parecía que el alcohol iba subiéndole el entusiasmo—. No sé lo que te tiene así, pero... Vamos, ánimo —se paró. Entonces puede ver a Gianluca—. No sé si es porque tu esposa no te llama o qué, per... —ahora me paré yo para no seguir oyendo.
Definitivamente, escuchar aquella palabra no me venía bien. Y creo que más teniendo un vaso de bebida alcohólica, ya que también empezaba a hacer efecto, sin embargo, en vez de llenarme de "entusiasmo" por la celebración, ocasionó todo lo contrario.
Me dirigí a la otra sala más pequeña, se encontraba al costado de la principal. Me senté en el sillón, dejé el vaso de alcohol en el piso, tiré mi espalda en el respaldar del asiento y miré al techo.
Gianluca ya cumplió su cometido, tenía mi corazón y por más trate de no hablar con él sigue ahí. No debería sentir esto, pero siento. Maldito lío que tengo.
—¿Estás acá porque no vino Larez? —un acento raro fue acercándose a mí.
Bajé mi rostro para verlo y era él. ¿Por qué? Yo no te dije que vinieras, Gianluca.
—¿Y tú estás acá porque tu esposa no te llama? —contra-ataqué.
—No hablo con ella de hace muchísimo —se sentó en el mismo sillón, pero con algo de distancia.
—Y eso te tiene mal.
—Otra cosa me tiene mal —chocamos miradas, y la suya fue intensa. Se notaba que el alcohol también le estaba afectando.
No respondí y giré mi rostro para observar al frente, por ratos su mirada me intimida.
—¿Por qué es difícil? —cuestionó.
—¿Qué cosa?
—Fingir.
—¿Fingir qué? —dije luego de unos segundos.
—Que no sucede nada.
Mis ojos se abrieron de sorpresa, pero felizmente no lo miraba y no pudo notarlo.
—¿Y qué es lo que te sucede? —pregunté.
Muchas posibilidades de respuestas, y decidió responder con la que me pondría nerviosa. Simplemente, fue directo y eso no lo vi venir.
—Tengo celos.
—¿De? —pasé saliva.
—De Larez.
Volteé a verlo, pero no respondí. No sabía qué decir, y... Su comentario fue algo que... que me tomó de improviso. No lo esperaba, para nada.
—De que pares tiempo con él y a mí me eches a un lado —siguió—. Antes... antes parabas más conmigo —se hacía notar con una pizca de tristeza.
¿Tiene celos de amigos?
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FUE UN ERROR© |Completo✓|(Inspired by Gianluca L.)
Teen FictionSimplemente sucedió. Ella no lo planeó, ni tampoco él. Todos dirían que fue un error, pero... ¿Ella? ¿Qué piensa? ¿Dejaría todo por... por un bello e italiano error? Dos personas que se aman, pero que tal vez no estuvieron destinados a estar juntos...