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G I A N L U C A
Seguramente, mis pensamientos querían liberarse y el alcohol fue su mayor ayudante.
—Ahora no intercambiamos ni una sola oración —mis palabras salían sin haberlas planeado, solo... solo decía lo que sentía.
Ella siguió sin responderme, su rostro estaba volteado hacia mí, pero su mirada se hallaba ida.
—Acaso... ¿Te... gusta Larez? —volví a tomar la palabra.
—No —contestó de inmediato.
Sentí que su respuesta fue firme y directa; había posibilidad que decía la verdad. Si en realidad le importaba como algo más que amigos, creo que no lo negaría de frente.
Segundos después, apoyó su cabeza en el sillón, mirando al lado contrario de mí.
—Pero preferiría que él estuviera en mi cabeza. Así no estaría como estoy —mencionó.
—Y... ¿Y cómo es que estás?
—Hecha un lío —se detuvo unos segundos y continuó—: La persona que para en mis pensamientos se encarga de hacerlo así.
—Y... ¿Y quién es esa persona que está en tus pensamientos? —pregunté con algo de ansiedad por oír su respuesta.
—Una persona equivocada.
Luego de escucharla, tiré mi espalda en el respaldar del sillón y miré al techo.
—Te entiendo —suspiré—. Me sucede lo mismo.
Nos quedamos un rato en silencio, escuchando la canción de fondo y a los chicos cantando.
Quisiera saber qué ocurre en sus pensamientos, porque igual que ella, estoy hecho un lío.
—Dame un beso así —dijo en voz muy baja que a las justas escuché.
—¿Qué? —agaché mi rostro para verla.
—... que me llegue hasta el alma y me haga perder la calma —continuó, pero ella seguía en su misma posición.
—¿Qué?
—... ¿qué es lo que esconden tus labios?, quiero descubrir —parecía que hablaba para sí misma.
—¡Dame un beso así! —se escuchaba desde la otra sala a los chicos cantando.
—... llévame hasta el paraíso —siguió, pero no era que estaba hablando.
Andaba cantando en voz baja, como si estuviera ella sola, como si hubiese olvidado de mi presencia. Una letra peculiar, y una melodía muy pegajosa. Sino me equivoco, es salsa, una parecida a la que me enseñó hace meses y que hizo dejarme llevar por ella.
Hoy nuevamente, solo quiero dejarme llevar, pero esta vez por lo que siento. La miro y... quiero hacerlo. Solo... un beso. Solo será uno. No te enojes y sígueme la corriente, por favor.
—Oye... —dije a lo suave mientras me acercaba, ya que a pesar que estábamos en el mismo sillón, había una distancia.
Entonces volteó a verme. Me miró y la miré. Ya me estaba acercando lo suficiente y solo sintiendo su mirada observando lo que hacía, tomé su rostro y acerqué mis labios con lentitud.
Cerré mis ojos y sucedió. La besé. Tenía algo de temor que se aleje, pero no fue así; tenía miedo que se enoje por lo que iba a hacer, pero no fue así. Dejó que el tacto de mis manos acariciara sus mejillas y luego de unos segundos, sentí cómo enrolló sus brazos en mi cuello.
Besando cada partícula de sus labios, mis manos se deslizaron hasta su cintura. Se sentía tan bien, sus labios probando de los míos, y yo de los suyos. El contacto de nuestras narices... el roce de nuestros rostros... hacían que dentro de mí, todo empiece a acelerarse.
No quería que se acabara ese momento y el ambiente estaba a favor, ya que se escuchaba de fondo la canción, aunque también a los chicos y digamos que sus voces no son de cantantes, pero no importaba. Ya no importaba nada, solo era ella y yo; espero que la chica también lo haya visto y sentido así... Eso espero.
—... bésame ahora mismo, que hable la gente —se oía la voz de Andrés.
—¡Dame un beso así! —los coros de los demás.
—Si estamos locos de amor, que comenten...
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FUE UN ERROR© |Completo✓|(Inspired by Gianluca L.)
Teen FictionSimplemente sucedió. Ella no lo planeó, ni tampoco él. Todos dirían que fue un error, pero... ¿Ella? ¿Qué piensa? ¿Dejaría todo por... por un bello e italiano error? Dos personas que se aman, pero que tal vez no estuvieron destinados a estar juntos...