17. Orange night

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Aquí les dejo un nuevo capítulo como les prometí!

Que lo disfruten🦋

- Ardillita.

Sunshine se encontraba tumbada en la cama en compañía de su esposa quien le estaba sujetando la mano en su intento de ayudarla a soportar el dolor que estaba padeciendo a causa de las múltiples contracciones que estaban anunciando la llegada del primogénito de los Brooks. Pero, en cuánto el sheriff de Jackson Creek cruzó la puerta, su esposa no dudó en cederle su puesto junto a la mujer embarazada. Esto le permitió darse cuenta de lo demacrado que estaba el rostro de Joanne, pues sus ojitos oscuros estaban hinchados como si hubiera estado llorando durante un largo rato. Maddox, de pronto, sintió la necesidad de cruzar la habitación, tomarla entre sus brazos y pedirle perdón a causa de ese estúpido beso con Sierra Jenkins que no había hecho otra cosa que hacerlo sentir condenadamente sucio.

Pero el temor de que su esposa volviera a rechazar su afecto y sus disculpas terminaron por impedir que diera un sólo paso hacia ella, incluso cuando cruzó la mirada con la suya contagiándole su tristeza.

A ella le dolía el corazón, y a él también.

- Duele, cariño. - se quejó Sunshine a causa de las contracciones que le estaba provocando su primogénito. - Duele mucho.

- Ya estoy aquí, ardillita. - le hizo saber el sheriff besando esa frente sudorosa provocada por el esfuerzo realizado. -Lo vas a hacer muy bien. Ya verás.

- Yo...quería disculparme por traer a Sunshine a Seattle, Hunter. - lo interrumpió Joanne luciendo sumamente afectada, y sin contar con el apoyo de su amiga.-No debí obligarla a acompañarme en su estado. Lo siento mucho.

-¡Tú no me obligaste a nada, Jojo! -replicó ésta.

- No importa, Joanne.

La seriedad con la que el sheriff contestó a su esposa pareció atravesar su estómago como un cuchillo.

- El bebé y yo estamos bien. -le hizo saber Sunshine a su marido. Joanne no era la única que se había percatado del cambio en el estado de ánimo del sheriff. -No hay de qué preocuparse. La doctora ha dicho que estos dolores son normales. Yo, simplemente, rompí aguas. Podía haberme pasado aquí o en la China.

-Discutiremos eso después, mujer. - le advirtió Hunter con tal severidad que Sunshine se negó a replicar. - Será mejor que tú te marches a descansar, Joanne. - agregó dirigiéndose a ella, aunque sin mirarla directamente a los ojos. - Recuerda que tú también estás embarazada.

- Sí, gracias. - respondió ella cabizbaja.

La pareja Brooks fijó la mirada en él que hasta este momento no se había dignado a pronunciar palabra.

- Yo me ocuparé. - finalmente dijo.

- Ve, Jojo.

- Sí. Sunny. - respondió ésta sin ninguna fuerza.

Joanne se acercó a su mejor amiga para despedirse antes de abandonar la habitación.

- En nada tendrás a tu bebé en los brazos, cariño. - la animó ella al ver cómo otra contracción tenía lugar. - ¡Ánimo!

#2 Mía, al fin (Trilogía Jackson Creek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora