23. Me & Mrs.Jones

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Último capítulo

6 meses después.

-¿A qué es una preciosidad?

-¡Por supuesto que lo es! -exclamó TJ apartándolo a un lado para observar cómo Ava se entretenía mirando el móvil dar vueltas con distintos animales de peluche.  -La sangre de los Jones corre por sus venas.

-Y de los Cassady, amigo.

Hace cuatro meses que su querida Ava Cassady-Jones había llegado a este mundo volviéndolo el hombre más afortunado del planeta tierra, y todo gracias al esfuerzo que su esposa hizo durante el parto y que no consiguió otra cosa que afianzar mucho más su amor hacia ella. Desde que la mujer había decidido poner toda la carne en el asador, su relación iba viento en popa, y nadie en todo el país le podría arrebatar esta felicidad que calentaba su pecho.

Ojalá siempre pudiera sentirse de esta manera, pues no dudaría en regalarle la luna a la señora Cassady por otorgarle semejante dicha.

-Sí, claro.

-Mi primogénita. -Maddox le dio un empujón para poder coger a su hija en brazos sin estorbos de por medio. -Mi hija. Sólo mía. -enfatizó. Y la alzó en brazos con la misión de acomodarla contra su pecho para seguir manteniéndola caliente. -Y mi mujer.

-Mi hermana. -replicó TJ de mal modo.

Joanne Jones seguiría siendo su hermana pasara lo que pasara, y ellos nunca dejarían de competir por ocupar el primer puesto en su corazón.

-¿Vas a decirme ya qué está pasando?

-No está pasando nada.

-Y yo no tengo una hija. -ironizó él mientras le daba palmaditas en la espalda a Ava. -¿Es que pasó algo en Montana que deba saber?

Su amigo eludió una respuesta en lo que se acercaba a la mecedora y tomaba asiento junto al peluche de felpa que le pertenecía a su hija.

-No.

-¿Tiene que ver con Summer?

-No ha pasado nada. -repitió.

-Entonces, ¿qué estás haciendo aquí?

-Olivia me necesitaba. -respondió. Y, finalmente, se puso en pie para acercarse a su hija y quitársela de los brazos. -Eso es todo.

Olivia era como el perro del hortelano, ni come ni deja comer.

-Vuelve a Montana. -le dijo.

-¿Eso crees?

-Prefiero que te quedes en Montana a que estés retenido aquí por alguien que no va a jugársela por ti. -le confesó sin temor. -¿Qué ha sido esta vez? ¿Su marido, su hijo, o esa depresión que sólo aparece cuando siente que te está perdiendo?

-Su marido.

-Deberías volver al rancho con ella. Se supone que ahora ese es tu lugar. -le recordó. -Y la verdad es que no creo que Olivia se merezca tantas molestias de tu parte.

-Eso ya lo sé.

-¿Dónde diablos se ha metido mi esposa?

#2 Mía, al fin (Trilogía Jackson Creek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora