___𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐕𝐈𝐋𝐋𝐀𝐈𝐍𝐄𝐒𝐒___
"La gente cambia por dos cosas, se les abre la mente o........."
"Les rompen el corazón."
Amaryllis, una mujer con poder conocida por varios nombres, usurpadora de tronos, asesina de sangre fría, psic...
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ʸᵒ ʲᵃᵐᵃ́ˢ ˢᵉʳᵉ́ ᵇᵘᵉⁿᵒ
ʸ ᵉˢᵒ ⁿᵒ ᵉˢ ᵐᵃˡᵒ
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Al estar en la biblioteca se separaron para buscar mejor. El director iba a revisar las estanterías del primer piso mientras que la pelidorada iba a ver los libros del segundo piso. Pasaron media hora buscando información sobre Manok pero fue imposible. El profesor cayó rendido en una silla.
—Tal como lo pensé, no está aquí —cruzó sus brazos, observando a la mujer bajar por las escaleras—. No puedo encontrar el nombre del lugar que provienes, ni en el mapa del mundo, ni en los registros históricos.
La mujer caminó hasta estar frente de la mesa para escucharlo mejor y ver de reojo el mapa del mundo. Ella en esos momentos de ver sin parar los libros, descubrió algo importante, no existían los demonios en este mundo. Claro que no iba a ser su mundo.
—¿Realmente viniste de ese lugar? —esa pregunta le recorrió de derecha a izquierda el cerebro con estupidez—, no estarás mintiendome, ¿verdad?
La mujer golpeó sus manos contra la mesa por sus palabras —Me ve que le estoy mintiendo. Dire Crowley....
—No —respondió rápidamente, sudoroso—, si tratamos de resolver el enigma, es probable que hayas sido convocada desde otro planeta o tal vez un mundo paralelo, debido a algún problema misterioso.
—El lo más posible creó —comentó—. En mi mundo, sin ofender, soy altamente conocida por las personas y seres mágicos. Lo de convocada sigue siendo un misterio el por qué.
—¿No trajiste algo a este lugar? —consultó a la hembra, olvidándose de lo primero que dijo—, cualquier tipo de identificación: una licencia de conducir mágica o una zapatilla.
"Licencia de conducir por obvias razones no tengo. Una zapatilla... no tenía cuando vine porque tenía la misión de dormir. Lo único que me quedaría...."
Al darse cuenta de lo que quería, se acaricióel collar con rapidez. Ese objeto era apreciado para ella. Si lo perdía, no se lo perdonaría. Soltó un largo suspiró de alivio al encontrarlo —¿Sirve un collar?
El director lo sopesó unos segundos para asentir —Sí, creo que servirá.
Abrió la cerradura del collar y dárselo en la mano con resentimiento. Era un relicario de color dorado, con detalles finísimos. Al abrirlo había una reloj roto en la parte derecha y una imagen a la izquierda.
