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-¿Que ocurre?.- Chandler se acerco a su hermano.

-Ya es hora de llamar a la jefa.- rio al ver al inmenso ejercito de demonios frente a el -Sabia que Anubis tenia influencias pero no creí que fuese así de eficiente.-

En el inframundo existían doce razas de demonios, cada una con especialidad diferentes pero todos tenían la capacidad de generar atrocidades en los lugares que visitaban, era indispensable que todos se unieran para atacar a los Ángeles los cuales también tenían divisiones de razas.

-Bienvenidos sean hermanos míos.- Chandler tenia una expresión incomprensible -hoy es un día de gozo, esta vez acabaremos con aquello que no pudimos terminar hace siglos.-

Varios sonidos se hicieron presentes como respuesta ansiosa, desde gruñidos de parte de criaturas terrestres de aspecto demacrado hasta chillidos con una resonancia capaz de destruir un tímpano humano de parte de demonios alados con cuerpos desgastados y flacuchos. Unos susurros resonaron por el lugar.

-Ángel.- se escucho.

-Muerte.- hablo otra segundos después completando.

-Tranquilos amados seres, pronto vendrá a reunirse con nosotros, Lalisa estará orgullosa de pelear a su lado.-

-Que fastidio, han esperado años entre las llamas y ahora no esperan segundos.- gruño Felaket el cual contaba con un buen nivel de respeto logrando que las bestias se agacharan un poco apenadas.

Chandler se volvió hacia Cicerón el cual asintió alejándose unos pasos evitando el ruido, tenia que establecer conexión con la mencionada .

-Lisa, ¿me escuchas?.- hablo en voz baja esperando una respuesta mientras trataba de ignoraba el discurso de su hermano.

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-Tengo mis obvios motivos para saber quien es el que me a estado observando de por vida Lisa.- Jennie ya había aclarado sus pensamientos, tenia la esperanza de que si al menos adquiría ese conocimiento ya no le tendría temor.

-Emm.- la rubia intentaba escucharla atentamente pero aquella voz en su cabeza la desconcertó un momento -siendo honesta lo dije sin pensar, los ángeles tenemos leyes y una de esa es no presentarnos al humano que cuidamos.-

-¿Los ángeles tienen leyes?, diablos y yo que creí que en el cielo la gente era libre.- suspiro la castaña -me agradaría saber como es de todos modos.

-¿Que sucede monje?.- respondió Lisa telepáticamente aprovechando un breve silencio -Aunque creo que puedo decir su nombre.-

-Olvídalo, si debe saber algo seré yo misma quien lo diga.- Yves irrumpió en la conversación, se acerco a ambas y comenzó a frotar sus manos creando una especie de bola de luz.

-¿Qué es eso?.- por instinto la mas baja corrió tras su acompañante para protegerse.

-No tienes porque temer mi querida Jennie.- resonó una voz proveniente de la pequeña esfera que se estaba formando.

-Es tu guardiana.- le aclaro Lisa -como puedes escuchar es una chica.- dirigió su mirada a Yves -¿Pero puedes hablarle?, ¿Qué hay de la ley?.- aquella acción de rebeldía le había generado sorpresa.

-¿Ley?, esa ley fue quebrantada hace años gracias a CIERTO ángel.- Lisa se sonrojo de vergüenza -desde entonces la practica de hablar por medio de un vinculo es común aunque no todos lo hacen y claro es a escondidas del congreso.-

-Había olvidado el vinculo, ahora comprendo.- vio a Jen quien solo escuchaba atenta la conversación aunque no comprendía del todo -acércate, prometo que no te pasara nada.-

El doble pecado del Ángel [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora