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Día 16 del #Flufftober de Es de fanfics: Compartir la cama.

Abandono Voluntario: Los personajes de Hetalia le pertenecen a Hidekaz Himaruya.


«¿Compartiendo la cama?»

La puerta de la habitación se abre y Alfred ingresa, como zombie. Iván se queda un rato más en la entrada mientras cuelga su mochila en el perchero, suspirando. Esa última semana había sido más que ajetreada, sin lugar a dudas, ya sea por los exámenes o la presentación masiva de distintos proyectos. Por suerte, había acabado.

El primero en caer rendido es Alfred, que apenas logra quitarse sus zapatillas, antes de echarse sobre la cama que tiene más cerca. Cansadísimo, empieza a restregar su mejilla contra la suavidad de la almohada, sin importarle el daño que le está haciendo su montura.

Iván, al darse cuenta de donde está, rueda los ojos.

— Esa es mi cama, yankee.

Alfred suelta un quejido como respuesta, encogiéndose, en un claro mensaje de que no se moverá. Iván solo suspira y se sienta a los pies de la cama, empezando a quitarse sus botines e ignorando la extraña cercanía que está teniendo con Alfred.

Una vez termina, como puede, se recuesta a su lado. Suspira.

— Das mucho calor.

Alfred le mira, sin intenciones de moverse.

— Prende el aire acondicionado entonces...

— No tengo el control.

Alfred rueda los ojos.

— Pues búscalo. Tú eres quien se muere de calor, yo no.

Iván le mira de reojo, un poco molesto y se mantienen así, mirándose fijamente, hasta que Alfred se rinde, cerrando los ojos. Iván pestañea y aguanta un rato la respiración al darse cuenta de la cercanía de sus rostros.

Alfred, ignorando este aspecto, se acurruca en su posición, quejándose un poquito por los lentes, a lo que Iván suspira. A regañadientes, se los quita mientras se acomoda, echándose de costado.

Thanks —murmura Alfred, sonriendo un poquito. Iván le mira por un rato más, incluso después de que la respiración de Alfred se ralentiza.

De repente, el ruso sonríe con otra oportunidad de tocar el extraño mechón de Alfred. Así que, acerca su mano hasta el flequillo contrario, pero se detiene cuando Alfred cambia de posición, dándole la espalda. Curiosamente, la mano de Iván permanece en la altura, con un extraño impulso de abrazarle....

Con cierto nerviosismo, aleja su mano y mira por encima de Alfred, notando que todavía es de tarde. De seguro, en cualquier momento, uno de los celulares, o los dos quizás, sonará para organizar la salida de celebración del fin de semestre. Quizás deba adelantarse y enviarles un mensaje, pidiéndoles que se reúnan otro día, o más rato, para así descansar... Sí, es lo mejor. 

Pero Iván no se mueve, y no por el cansancio en sí.

Permaneciendo en esa posición, Iván se acerca un poquito más a Alfred y cierra los ojos, escuchando su suave respiración, hasta quedarse dormido.

Sin saber a qué hora, Iván despierta de la peor manera, luego del cabezazo de Alfred en su mentón. No tiene nada que ver con que le haya abrazado entre sueños... Alfred, simplemente, nunca ha dormido con alguien. 

Lastimosamente, Iván no lo sabe, por lo que le tira una maldición, a pesar de que el estadounidense sigue dormido, sin ser consciente de sus propios actos.  

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