Día 23 del #Flufftober de Es de fanfics: Mudanza
Abandono Voluntario: Los personajes de Hetalia le pertenecen a Hidekaz Himaruya.
Integración
Iván Braginski es el nuevo de la facultad. A primera vista, se ve que es alguien intimidador, pero amigable una vez es tratado. Es alto, muy alto, de ojos violetas, nariz romana y cabello de un rubio cenizo. Sin embargo, lo que llama la atención, no son sus extravagantes rasgos, sino su aparente amistad con Alfred Jones.
Bueno, aparentemente nada... porque Iván es presentado por Alfred de manera muy amistosa, a pesar de que deja en claro el tipo de relación que mantienen.
— Es mi rival.
El resto de los alumnos se miran de reojo mientras Alfred apoya su mano sobre el hombro de Iván, sonriendo. ¿Así presenta uno a su enemigo?
Iván sonríe tétricamente.
— Se supone que yo debo presentarme, yankee.
— Come 'on ruski, eso solo fue una introducción.
— Soy yo quien quiere hacer amigos, no tú. Y se pronuncia Braginski. —Alfred rueda los ojos, odiando el acento ruso—. ¡Mucho gusto, por cierto!
Algunos alumnos se incomodan por su extraña sonrisita, pero asienten al saludo. Predomina entonces el silencio, donde Iván espera pacientemente a que se presenten, pero como Alfred no entiende esa necesidad, se apresura en tomarle la mano y dirigirle a la habitación que compartirán a partir de ese ciclo. Prácticamente, está eufórico, como si hubiera recibido el mejor de los regalos.
Iván se sorprende con el contacto y la euforia, pero no dice nada. Se deja arrastrar al segundo piso mientras el resto de la fraternidad se mira en silencio.
Alfred abre la puerta e Iván se queda parado en la entrada, viendo con asombro TODA la decoración que tiene la habitación. Figuras de acción, posters y una nave espacial junto al Apolo, colgando en el techo. En la zona de escritorio, hay una laptop de gamer y más figuras de acción. Se siente intimidado.
— ...
— ¿Qué dices? —pregunta Alfred con una sonrisa RADIANTE. Es cierto que al principio no le había agradado la idea de que Iván fuese su compañero de cuarto, pero... Es que extraña mucho a sus amigos de la preparatoria y como el ruski entra en esa categoría...
Iván por fin se da el valor de ingresar, mirando a su alrededor con asombro mientras Alfred sigue parado en medio de la habitación, con las manos en su cintura. Está muy satisfecho con la reacción.
— ¿Cuándo traerán el resto de tus cosas?
— ¿Cosas? Ah, supongo que en una hora.
— Great! Entonces vamos a desempacar lo que trajiste.
Iván se da cuenta que su maleta se quedó en el living, provocando que Alfred se ría un poco. Bajan de nuevo, dirigiéndose al living y regresan a la habitación con dos maletas.
Iván y Alfred se sientan entonces en el suelo, comenzando a sacar las cosas que trajo Iván consigo. Por cierto, Iván está un poco sorprendido de que Alfred luzca más que feliz con su compañía. Es decir, esperó que estuviera reacio o algo así, como en la prepa.
— ¡Oh! Trajiste un... esta cosa de Rusia. ¡Muñeca rusa!
Iván termina de doblar unos pantalones y le mira.
— Son de mi hermana, creí que lo había dejado en casa.
— ¿Tu hermana?
— Da. La menor.
Alfred no sabe de quién habla. Aun así, hace como el que sabe, colocando la muñequita sobre la cabecera. Se vuelve de nuevo a la maleta y levanta las cejas cuando ve un game boy.
— ¡Oh, oh, oh!
Iván le mira extrañado, pero cuando descubre la razón de su entusiasmo, sonríe.
— Me lo regaló mi padre.
— ¡Hace mucho que no veía uno de estos! —dice con júbilo el estadounidense, empezando a examinar el aparato. Iván, un poco nervioso, le sujeta de ambas manos, dubitativo de qué decir mientras Alfred le mira extrañado, sin entender por qué hace eso....
— No lo voy a romper —Le dice, con un leve sonrojo, a lo que Iván se sorprende y sonríe.
— Ah... Está bien, entonces.
Alfred se ríe. Prende el aparato para ponerse a jugar mientras Iván termina de desempacar, colocándose de pie. Pasa una hora aproximadamente y llega el camión de mudanza. Por suerte, Iván no trajo muchos muebles, pues su prioridad fueron sus libros y su sillón de lectura. A Alfred le recordó los asientos que usan los abuelitos del asilo y fue la perfecta oportunidad para burlarse, pero no dijo nada, extrañamente.
Ya en algún momento, Alfred e Iván se disponen a ayudar a los chicos de la mudanza, facilitando la movilización de las cajas de libros. Una vez finalizan, Alfred e Iván se encuentran de nuevo solos en la habitación, otra vez rodeados con el desorden de la mudanza.
Curiosamente, Alfred vuelve a sentarse en el suelo, dispuesto a ayudar, pero más curioso por saber los gustos ocultos de su archienemigo. Quien sabe, quizás ahora se dé cuenta de que no son tan distintos como creyó. Claro, hasta que se tope con las cadenas...
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FluffTober
RomanceAlfred F. Jones e Iván Braginski han sido enemigos desde la preparatoria. Sin embargo, en la actualidad, luego de su inesperado reencuentro, se descubre que sus miradas contienen algo más... Un momento, ¿siempre estuvo ahí? / Conjunto de drabble's...