FluffTober

25

Día 25 del #Flufftober de Es de fanfics: Futuro.

Abandono Voluntario: Los personajes de Hetalia le pertenecen a Hidekaz Himaruya.

Proposición

Con un apacible rostro, Iván sale de las instalaciones, apoyándose en un bastón plateado como precaución.

Alfred le espera en el exterior, apoyándose en su moto nueva, con cierto nerviosismo. Luego de dos meses desde el aterrizaje de Iván, recién se le presentaba la oportunidad de verlo, teniendo tantas preguntas en la cabeza, tantas emociones... Sin embargo, cuando nota a Iván asomándose por la puerta, simplemente sonríe, olvidando por completo sus preocupaciones.

— ¡Iván! —Exclama mientras el ruso termina por despedirse del vigilante. Alfred corre hacia él y le abraza con fuerza. Tanto es el impulso que tomó, que provoca que Iván trastabille un poco, soltando un quejidito de dolor—. Shit, sorry. Yo...

Se separa del abrazo, retrocediendo apenas unos pasos.

— Tranquilo, estoy bien.

— ¿Cómo vas a estar bien? ¡Andas con bastón! —Se da cuenta e Iván sonríe un poco, pero... su sonrisa no dura mucho, al darse cuenta de un detalle—. Es por la gravedad, ¿cierto?

— Da —No hay excepciones.

— Pero ¿por qué te dejaron salir así?

— Aún sigo en rehabilitación.

Alfred guarda silencio.

Iván no entiende porque no le está mirando. Aun así, espera con paciencia, no sin antes mirar de reojo su propio alrededor.

— ¡Anda! Te compraste una moto.

Alfred sonríe, pero no alza la mirada.

— Yes... Lo compré con el dinero de las programaciones que hice con Kiku.

Iván se ríe un poquito.

— Esto... se parece un poco a la escena final de Baby, ¿no crees?

Entonces, Alfred alza la mirada, sonriendo, pero...

— ¡Hey! ¡No me des el rol de mujer!

Iván sonríe.

— Por fin puedo ver tu rostro.

Alfred está por mirar hacia otro lado, pero Iván le detiene por el mentón, provocando el sonrojo en Alfred.

— ¿Qué sucede?

— Eso debo decir yo —Trata de pronunciar Alfred, debido a la presión que ejerce Iván sobre sus mejillas. Coloca su mano izquierda sobre la mano contraria y cuando Iván sabe que está por molestarse, le suelta. Sin darse cuenta de sus propios gestos, pone una cara triste.

Alfred le mira intensamente, sabiendo que ya no puede apartar la mirada.

— ¿Por qué... hiciste eso?

— ¿Eh?

— ¡Ruski!

Iván sonríe, enternecido por alguna extraña razón y se acerca de nuevo, apoyando la palma de su mano sobre la mejilla de Alfred.

— Te extrañé...

Alfred le mira, levemente sonrojado.

— Yo también te extrañé mucho... Pe-pero, no entiendo por qué hiciste eso.