31 días Endulzados

20. Chocolate

Lo derramó despacio sobre su cuerpo, deslizándolo suave. Con el calor sofocante, el pequeño cuadrito color marrón se derretía con extrema facilidad, dejando un rastro dulce. Entrecerró sus ojos y jadeo agitada, el juego se le había ido de las manos.

—Ya detente...

Musitó completamente roja, mientras fruncía su ceño con una molestia evidentemente falsa. Él le sonrió con un toque de picardía y detuvo la mano de la chica que había sacado un paño húmedo para limpiar el recorrido que su novio había hecho con un cubito de chocolate. Asuna lo miró desafiante, es que no podía simplemente quedarse con el cuello embarrado de dulce.

Todo había comenzado por un "verdad o reto". Él creyó infantil el juego propuesto por su novia, pero luego de una pregunta incómoda, ella había aceptado un reto y aunque Kirito lo había pensado un poco, la idea de esparcir chocolate por el cuello de ella se le antojo demasiado tentador.

Y ahí la tenía, embarrada del dulce marrón, con ceño fruncido y en su boca un mohín disgustado que solo la hacía ver deliciosamente provocadora, aunque ella tratara de parecer todo lo contrario.

Cuando detuvo la mano de la chica, la presionó lo suficientemente fuerte como para no dejarle salida, pero sin llegar a lastimarla; acercó su rostro al cuello y cualquier reclamo que Asuna estuviera tratando de hacer quedó enmudecido. Ella podía sentir la respiración caliente exhalando contra su piel sucia con el chocolate y una corriente eléctrica la recorrió, Kirito pudo verlo a través de todo lo que tenía visible del esbelto cuerpo femenino, cada poro se había erizado, anticipando la textura húmeda de la lengua del joven sobre ella.

No hubo más ruido que un par de suspiros y luego... solo silencio...

—Listo, Asuna, estás limpia.

Kirito habló a los pocos minutos mientras sonreía demasiado satisfecho por la "tontería" que acababa de hacer. Asuna se ruborizó hasta sus orejas antes de golpearlo repetidamente con golpecitos sin fuerza real.

—Tonto, tonto, eres un tonto, Kirito kun.

Lo era, realmente lo era, pero él creía firmemente, que podía cargar con ese "tonto", si podía degustar el chocolate directo de la piel de su novia.

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Nota de autor:

Cortito, lo sé, pero me gusta xD