Cerré mis ojos cuando sentí su mano fría contra la piel de mi abdomen. Su tacto era tan delicado, tan íntimo, que ese simple roce estremecía todo de mí.
Jugó dibujando círculos con sus dedos, a un ritmo tortuosamente lento. Me iba a volver loca.
Su respiración era tranquila, aunque podía oír claramente el aire salir por su nariz. En cambio la mía, era errática y muy poco profunda. Era demasiado claro que la más afectada, era yo.
Ya fuera por sus caricias, o porque solo me dedicaba a sentir mientras no abría mis ojos, mis sentidos estaban totalmente abocados a sentirlo.
Traté de mirarlo luego de algunos minutos sintiéndolo, pero me detuvo con una voz profunda y gruesa, como si le pesara decir las palabras.
—No, mantén tus ojos cerrados.
No había sido una petición, era una orden.
No me sentí capaz de negarme y simplemente volví a cerrar mis párpados mientras sus dedos ahora rozaban la línea entre mis senos.
—Solo quiero que sientas, no me mires para saber qué hago... Sienteme...
Su tono era hipnótico, como una droga danzando por mis venas y enloqueciendo mis sentidos.
A pesar del caos en mí, era tan clara su intención, en sus sutiles besos tibios que de cuando en cuando depositaba en mi cuerpo, el calor que habían cogido sus manos y ese leve sudor de pasión. Era como un acuerdo mudo de entrega, un pacto entre los dos y una promesa de placer.
Lo sentí buscar mi olor, olfateando mi cuello como un animal depredador.
—K-Kirito... Kun...
Solté como si fuera un ruego, no podía más. Abrí mis ojos suplicantes y en su rostro bailó una sonrisa algo torcida. Sus ojos eran profundos y penetrantes, incluso intimidantes, pero para mí, la lectura de su mirada solo tenía una oración grabada a fuego... Serás mía...
Me estremeció, un temblor arrasó mí piel erizándola. No podía contra él, nunca podía. Él me desarmaba completa.
—Por... favor...
—¿Por favor... qué?
Algo pretendía, pero no quería más sus juegos, lo necesitaba en mí... dentro de mí.
—No más juegos...
—Cierra los ojos.
—¡Kirito kun! ¡Ya!
De un instante a otro, parte de él, estaba dentro de mí. Un grito agudo escapó de mi boca y Kirito lo silenció con un beso dulce que no se condecía con la atmósfera creada previa a su intromisión.
—Cierra los ojos, Asuna.
No podía pensar con claridad, así que obedecí.
—Asuna, eres mía, solo mía.
Comenzó diciendo al mismo tiempo que comenzaba a mecerse suave, colgando sus manos en mis caderas y haciendo presión con sus dedos.
—Soy tuya... Soy tuya.
Le dije sin siquiera pensarlo. Con mis ojos cerrados me dediqué a sentir la existencia del amor de mi vida hundiéndose profundamente en mí. El choque de nuestra piel, el roce húmedo de la unión de nuestros cuerpos, su respiración agitada y su voz alterada y grave. Su frenético palpitar sincronizandose con el galope en mí pecho, su olor sudado y su sabor salado. Todo era una invitación a la locura.
Y enloquecí, en sus brazos estremeciéndome en placer. Mis párpados pesados se abrieron solo un poco para verlo y en un movimiento de sus labios sin dejar salir el sonido, su boca módulo un Te amo. Y me pareció oírlo tan solo por la forma en que su rostro se movió.
Sabía que no necesitaba verlo para que me llevara al éxtasis. Pero sin duda alguna, verlo era en sí un placer, cuando con su rostro cansado podía ver correr pequeñas gotas de sudor y su cabello negro humedecido y su exquisita expresión de saciedad. Era un poema al encanto masculino... y sí, así como yo era suya, él era completamente mío.
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Nota de autorPenúltimo día!!!
Gracias a quienes han llegado por aquí o hasta aquí 🤔, mañana oficialmente termina este reto y creo ya poder cantar un "lo logré" 🥰Gracias y nos leemos mañana con el último!!!
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31 días Endulzados
FanficFlufftober 31 historias cortas -una por cada día del mes- con motivo del reto de octubre días endulzados. KiriAsu.