24. ¿A qué hueles?

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La percepción del tiempo cuando él no estaba, era realmente lenta. Aunque no podía quejarse, estaba todo el día ocupada con los deberes como vicespadachin principal del Consejo del Imperio Humano. Aunque habían veces que quería ser ella quien acompañara a principal, sabía que al menos uno debía estar en la ausencia del otro.

Esa tarde salió del gran baño rumbo a la habitación que compartía con su amado espadachín, se veía gigante cuando le tocaba dormir sola. Peinó su largo cabello castaño y ocupó una pequeña botella que Liena san le había regalado hace unos días. Era una botellita muy diminuta con un líquido transparente. Liena le había mencionado que era aromática y que la ayudaría a dormir mejor ahora que no estaba Kirito. Por supuesto ella había enrojecido ante lo que entre líneas Liena quería decirle, pero para nadie era un secreto lo mucho que ambos dependían y necesitaban del otro.

Esa noche decidió abrirla. El aroma era ligero y dulce, podía asimilarlo a la fragancia del romero y quizá un toque de lavanda. Era un perfume grato a su nariz y Asuna pensó que podía tratarse de algo similar a la aromaterapia. Se dispuso a poner un poco del líquido en una tela que después acomodó junto a la almohada y luego de apagar todas las luces, se acomodó bajo las mantas. En pocos minutos ya se había dormido profundamente.

Un sutil movimiento en medio de la noche en su cama la alertó, pero en lo que tardó en asimilar que algo ocurría, un peso de posó justo tras ella y una mano algo helada se colaba bajo la tela ligera de su ropa de cama. El frío de los dedos contrastó inmediatamente con el calor de su piel, y antes de alcanzar a recriminar al intruso, que a esas alturas ya sabía perfectamente quién era, una profunda voz gruesa sopló en su oído.

—Te extrañé.

La voz cosquilleó en sus sentidos y traspasó desde sus huesos hasta la punta de sus vellos en la piel. Una electricidad que ella la sentía en su estómago como mariposas propagándose por doquier.

—Perdona, ¿Te asusté?

Su amado preguntó muy bajito ante su silencio, ignorando por completo los estragos que su toque íntimo y su tono habían hecho en ella.

—No, es solo... También te extrañé.

Murmuró finalmente volteándose a Kirito. En medio de la oscuridad de la noche, ver sus ojos acerados siempre le pareció fascinante, eran atrayentes y misteriosos, capaces de absorberla completamente en ellos. Asuna acarició el perfil de su amante y le dedicó una sonrisa serena. Lo miró algunos segundos y un gesto extraño en la nariz de su amado la hizo soltar una risilla. Él la arrugaba y la llevaba por su alrededor como si de un pequeño cachorrito se tratara.

—K-Kirito kun, me haces cosquillas.

Eso hacía, su nariz olfateaba su cuello, mentón y el inicio del escote discreto en su pecho.

—Asuna, ¿A qué hueles?

Ella había olvidado por completo la tela con el líquido aromático, así que cuando él lo mencionó, de inmediato lo tomó por los hombros y enrojeció con un chillido completamente infantil.

—Me di un baño antes de acostarme, de ninguna manera puedo oler mal.

Ante la explicación de ella, Kirito soltó una carcajada y con voz baja dijo justo entre el oído y el cuello delgado de Asuna: — ¿Cuándo mencioné que oliera mal, vicecomandante?

Ella ya no pudo replicar nada, porque la boca de su espadachín se encontraba en una labor de inspección húmeda en la piel de Asuna, nublando su mente.

Olvidaron el aroma, y la tela que ella había dispuesto en la almohada, cayó al piso de la habitación como lo habían hecho los cojines y bajo esa oscuridad y silencio, solo eran oídos por ambos esos jadeos y suspiros de placer que solo pueden tener dos amantes.

Kirito siempre había reconocido todos los aromas de su chica, por eso sabía si olía en ella uno nuevo, aunque en ese momento, averiguar a qué olía ella, pasó con seguridad, a segundo o tercer plano.

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Nota de autor
Día 24!!! Y es hoy, el aniversario de bodas de mis bebés 💕. Amo en serio cómo se aman!!!!
Gracias y nos leemos mañana!

31 días EndulzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora