Grim y Sakura fueron encerrados en contra de su propia voluntad por el líder de la habitación. A la chica no le gustaba la idea de ser encerrada, menos cuando tenía que ocultar su género.
Era de noche, los dos estaban debatiendo una forma de escapar de la habitación. Grim había robado un par de cucharas, para crear un agujero que les permita salir del lugar, aunque Sakura estaba en contra de esa idea al principio, al final tuvo que aceptar de mala gana.
Primero apartaron la cama con cuidado de no hacer ruido. Después, empezaron a cavar con una cuchara y al principio Sakura era participe, ya que no le molestaba ensuciarse un poco las manos mientras Grim usaba sus patas. Pero cuando el agujero fue más profundo, la muchacha estaba temblando por los nervios, pues era un hoyo muy pequeño.
Entonces, la chica de cabello castaño dejó caer la cuchara, su respiración se volvió agitada, sentía que le faltaba el aire. Su vista se estaba volviendo borrosa y estaba perdiendo la percepción de su realidad, pues todo se había vuelto negro para ella. Su corazón palpitaba con rapidez, notando un sudor frío en su piel. No pudo notar cómo su pequeño amigo, preocupado al notar que su compañera dejó de cavar y estaba quieta, temblando.
—¡Sakura! —la llamó Grim, pero la mencionada no pudo reaccionar— ¡Sakura! —está segunda vez la chica si reaccionó, aunque debido a su vista borrosa no pudo mirarlo directamente, sólo veía una mancha gris y azul. El monstruo pudo observar cómo intentaba decir algo, pero no salían las palabras de su boca, cómo si se hubiera quedado sin voz—
Aún con su pequeño tamaño, él intentó sacar a la chica con su boca. A pesar de que la chica era 90 centímetros más alta, Grim pudo sacarla con su boca ya que el agujero no era aún muy profundo. Observo a su amiga preocupado, quién estaba tumbada en el suelo con una mirada vacía.
—... Sakura —cuál gato, se acostó a su lado y se acurrucó cerca de su mano, esperando tranquilizarla—.
Ambos se quedaron dormidos, pero está historia no termina aquí, pues un par de horas después Sakura despertó, confundida por encontrarse en él suelo. Buscó a Grim con sus ojos azules, hasta bajar su mirada, dando un suspiro. Lo cargo con cuidado de no despertarlo, yendo a la cama, sin ganas de moverla y acostó al monstruo, después ella se acostó y la chica miró por la ventana, mirando el cielo nocturno hasta quedarse dormida.
A la mañana siguiente, Grim despertó el primero y miró a la chica hasta que escucho un toqueteo en la puerta. Se levantó, temiendo que alguien abriera la puerta hasta que sólo oyó una voz decir que era la hora de levantarse. Espero unos segundos, escuchando cómo los pasos se alejaban. Suspiro con pesadez.
—No entiendo porque Sakura tiene que ocultar que es una chica, no entiendo a los humanos...
Tras esas palabras, fue a la cama y movió a la chica, esperando que despertará. Al final pudo ver cómo los ojos azules se abrían, sintiendo algo de alivió.
—... Buenos días Grim —dijo la chica, frotando sus ojos somnolienta—.
—Buenos días, ¿te encuentras bien? Si quieres puedes quedarte en la cama.
—... —se incorporó un poco, bajando su mano— Estoy bien, sólo es que —no se le ocurría cómo explicar su ataque de pánico de la noche anterior—... Es qué...
—Ayer parecías muy mal, ¿te pusiste enferma o algo?
—... No, es claustrofobia.
—... ¿Qué enfermedad es esa?
—... No es una enfermedad, es un miedo que tengo. No me gustan los lugares cerrados... De hecho, el estar encerrada aquí me agobia un poco, pero sigue siendo un espacio abierto... Ahora ese agujero es una pesadilla para mi.
—... —el monstruo miro fijamente a la chica, cruzando sus pequeños brazitos—. No entiendo estas cosas, pero yo te cuidaré Sakura.
—... Grim...
—Sería un mal mago si no cuido de mi secuaz.
La chica río un poco y acarició el pelaje gris, escuchando un ronroneo por parte de su amigo. Escucharon de nuevo él toque a la puerta, provocando un suspiro a los dos.