La bruja tocó a la puerta de la habitación, mirando desde fuera el estado del lugar. Parecía que esa habitación no había sido atendida desde hace un par de décadas, pues escuchaba cómo los ventanales chirriaban a causa del viento o el hecho de que hubiera un par de cristales rotos en el jardín, también pudo ver un gran agujero en el techo. Entonces, la actual residente del lugar abrió la puerta. En él pasado Circe había visitado otras brujas como Madame Min o la misma Baba Yaga, feas hechiceras que estarían a gusto con la actual habitación. Desgraciadamente la anfitriona era una simple chica que se topo con el inepto Director de Night Raven College.
—Buenas tardes señor Saku, ¿puedo pasar? —preguntó la pelirroja, manteniendo la falsa imagen de que la chica se llamaba Yuu—.
—Profesora Circe, no esperaba su visita —dijo la muchacha, abrochando su chaqueta tras la puerta entornada, pues no llevaba las vendas que solían ocultar su pecho. Tras abrochar bien los botones, abrió un poco más la puerta—. Pasé y tomé asiento.
La bruja entró y pudo distinguir las telarañas en el techo, los muebles desperdigados y algún tablón roto en el suelo a causa de las termitas. La mayor sólo pudo poner una cara de enojo, maldiciendo mentalmente a Crowley mientras era guiada por Sakura a la sala principal. Cada una tomó asiento, aunque Sakura estaba algo nerviosa ante la presencia de Circe, ya que cómo había escuchado, ella era una bruja muy poderosa.
—Yuu, no he venido a regañarte —hablo la más mayor de las dos, cruzando sus piernas en su asiento—. He venido a hacerte unas preguntas, pues he oído que cuando llegaste aquí, te topaste con un Overblot.
Tras escuchar a la pequeña pelirroja, la chica dio un suspiro de alivio y recordó los acontecimientos ocurridos. Miró a la bruja y asintió, dispuesta a responder en base de lo que sabía.
—Bien, primero, ¿donde fue?
—Bueno —Sakura se llevó su mano a su mentón, pensando en cómo describir el lugar al que los mando Crowley—... Estaba en una cueva, cerca de una pequeña casa donde sólo la podían habitar personas pequeñas. Era un bosque.
Circe puso una cara de asombro, pues sabía perfectamente cuál era ese lugar, aunque creía que la oscuridad se lo había llevado hace mucho. Aún con esas dudas, siguió preguntando.
—Bueno, ¿podrías describir ese Overblot? —la chica de cabellos castaños asintió ante ésta pregunta—.
—Era un ser muy grande con un frasco de tinta en vez de cabeza. Sus ropas eran de minero y eran de color marrón si mal no recuerdo... También tenía un gorro puesto, un poco doblado. No podía hablar bien y nos pedía que nos fuéramos, que no tocaramos las gemas.
La bruja quedó algo sorprendida por esa descripción, pues recordaba a siete personajes de los que hablaba un par de amigos de su madre, aunque no mostró directamente su horror en su rostro.
—Y... ¿Tenía un usuario? —la chica negó, haciendo que Circe sintiera una punzada en el pecho al escuchar eso—... Bien, gracias por responder mis preguntas Yuu.
—No hay de qué pero, ¿está bien ésto?
—Ah sí, no te preocupes. Sólo no menciones ésto a nadie, ¿de acuerdo? —y antes de que Sakura pudiera preguntar el porqué, algo tocó a la ventana, asustando así a la joven muchacha, pues dio un grito—. Es Ulises, no te asustes. Gracias de nuevo, nos vemos mañana en clase.
Y tras esas palabras, camino por el chirriante pasillo acompañada de su anfitriona hasta llegar a la puerta. Antes de salir, Circe la miró una vez más.
—Yuu, hay algo que me gustaría saber es algo que tiene que ver más contigo —la mencionada miró con curiosidad a la bruja, esperando la pregunta—... ¿De dónde eres? ¿Cuál es tú mundo?
—... Se llama Villa Crepúsculo. Aunque seguramente usted no lo conocerá, nadie sabe de él en éste lugar.
Pero para sorpresa de Sakura, la pequeña pelirroja tenía los ojos abiertos cómo platos, impactada por esa respuesta, seguido de un leve movimiento de cabeza. La bruja volvió a su porte serio y calmado.
—Es un lugar que apenas he visitado —respondió solamente eso, no queriendo entrar en más detalles—. Espero que pronto vuelvas a ese lugar y puedas disfrutar de los atardeceres en la torre de la estación de tren. Nos vemos mañana.
Y tras esa despedida, Circe marcho a su casa, dejando atrás la habitación. Al llegar a ésta, cerró puertas y ventanas con un chasquido de dedos.
—Yen Sid, ¿estás ahí? —preguntó la bruja al aire, esperando una respuesta rápida. Contó los segundos hasta que escuchó una voz en su cabeza—
<<¿Qué ocurre Circe?>>
—Tengo nueva información Yen Sid. El bosque de los Siete Enanitos sigue en pie —dijo, tomando asiento en una de sus sillas—... Y... La chica de la que te hablé... Es de Villa Crepúsculo.
Espero a qué el anciano hablará, pero sólo hubo unos segundos de silencio que tras una inspiración profunda por parte del mayor.
<<... Bueno, Villa Crepúsculo y Ciudad de Paso son mundos que están en la línea que hay entre la luz y la oscuridad, así que es posible que esa niña cayera en un portal hacia ese mundo. Por otro lado deberías investigar el mundo de los Enanitos, puede que tenga algo que ver con todo ésto.>>
—¿Tienes el diario de la Maestra Aqua? —preguntó la bruja con interés—. También necesitaré los de Pepito Grillo.
<<Creía que esos los tenías tú, ya que->>
—No he tocado esos diarios desde que fui a tú torre Yen Sid... Y aún soy incapaz de tocarlos, pero los veo necesarios para esta investigación.
Escuchó un suspiro profundo, seguido de un gruñido.
<<No me hubiera importado si lo hubieras hecho. De todas formas, te enviaré los Diarios, también los de Terra y Ventus.>>
—Gracias Yen Sid.
<<E investiga porque la chica no puede volver a su mundo, ya que sabemos de donde proviene. >>
—Sí Maestro Yen Sid. Te avisaré cuando tenga noticias.
<<Adiós Circe.>>
Tras esa despedida, la mencionada abrió un portal de oscuridad, silbando a su familiar. Mientras que Sakura se dio cuenta de algo, pues ella no había mencionado nunca una estación de tren en su conversación con Circe.