Sakura estaba un poco nerviosa, pues no sólo iba a una tienda vudú que parecía sacada de una película de asesino en serie, si no que también iba acompañada de su compañero de habitación, un chico de cabello rosa que parecía algodón y de una tez marrón clara, muy callado e incómodo por la presencia de la misma chica, ya que éste si sabía su secreto al tener que convivir juntos.
La castaña sólo pudo observar en silencio el lugar, tragando saliva y jurando que podía escuchar algún lamento, mientras que su compañero caminaba directamente al lugar. Quedó sorprendida por ello, por lo que tuvo que seguirlo para no quedar atrás. Cuando entró, quedo impresionada de ver el interior con una iluminación agradable, pues ella tenía en mente un lugar oscuro, iluminado con un gran foco rojo. Relajo sus hombros, hasta qué el vendedor apareció detrás de ellos dos, provocando un sobresalto a la más baja.
—¡Bienvenidos a mi tienda! —exclamó él joven vendedor con un tono alegre, dando un giro sobre si mismo hacia el frente de ambos jóvenes, haciendo una reverencia al final del movimiento—, mi nombre es Sam, aquí pueden encontrar lo que necesitan y más, desde un carrete maldito hasta un colgante traído del otro lado...
Mientras Sakura volvía a estar asustada y podía apreciar cómo la sombra del que hablaba se movía, Yasuhiro escuchaba atento al vendedor, incluso se podía ver en sus ojos un brillo de fascinación en su rostro inexpresivo. Ambos dejaban que el adulto siguiera con su presentación.
—Para la señorira que está en una escuela llena de varones—dijo mirando a los ojos azules de la chica, haciéndola retroceder un poco—, le recomiendo ésto —de su espalda sacó una poción verde que tenía el dibujo calavera, Sakura se asustó—. Esto hará que oculte mejor su apariencia femenina, nadie sospechara de tú género —la castaña negó con la cabeza. Sam quedó un poco decepcionado, pero miró al varón , quién parecía interesado en la tienda—. Oh, pero para ti tengo algo mejor —sacó un muñeco que estaba cosido a mano, con botones de distinto color donde debían estar los ojos. No tenía manos ni pies—. Un muñeco vudú, si obtiene el pelo de alguien que no le caiga bien, puede rodear al muñeco con él y le podrá dañar tanto cómo quiera.
Sakura quedó pálida ante la tranquila publicidad del inquilino, pero más sorprendida quedó al ver cómo su compañero compró con gusto el objeto. Tras comprar lo necesario, ambos salieron, aunque la chica no dejaba de mirar el peluche de trapo, imaginando varias situaciones. Hasta que la tranquila voz de su compañero la despertó de sus pensamientos.
—Hey, ¿te ocurre algo?
Tras un leve sobresalto, la chica miró a los ojos azules de su acompañante. Pensó en que responder, hasta que recordó que el día que llegaron a la habitación de Ramshackle y la tranquilidad que tenía éste en la habitación.
—... A ti... ¿Te gustan éstas cosas? —preguntó con curiosidad, aunque aún estaba preocupada por el muñeco vudú—.
—... Si vas a decir algo en contra, mejor guarda tus comentarios —respondió tras un suspiro, teniendo un tono de voz molesto al hablar—. Sí, me gustan éstas cosas.
—¿En contra? —Sakura pestañeo confundida —... No, es sólo que... Me impresiona y me asusta al mismo tiempo... En realidad no me gustan éstas cosas... Desde que tengo memoria, me contaban muchas historias de de pequeña y muchas veces acababa durmiendo con mis padres —aunque no tenía ningún recuerdo de quién le contaba esas historias, sólo hablaba por lo que le contaron sus padres—... Pero admiró que tú mantengas la calma, eres muy valiente.
—... No soy valiente —respondió, pero parecía ya no parecía molesto—. Simplemente son mis gustos. Tampoco está mal qué tengas miedo de estas cosas... Es común, creo.
Después de esas palabras, hubo un silencio que con cada segundo, la situación se volvía incómoda para Sakura, así que hablo de nuevo.
—... Yo me llamó Sakura, creo que ya lo sabes, pero... Quería presentarme de nuevo —rio nerviosa, sintiéndose un poco tonta por sus palabras—.
—... Yasuhiro. Mi nombre es Yasuhiro —respondió, dando un suspiro calmado—. Vamos a la habitación, me preocupa dejar a Grim sólo, ya estamos tardando.
Al final, ambos chicos caminaron hacia Ramshackle. Sakura aún sentía incomodidad con su compañero, pero al menos ya sabía su nombre.
Nota: Gracias a Joan por dejarme usar sus personajes.