Genoma 13

Prólogo

Salomón es considerado el Rey más justo y sabio de la historia, ejerció el poder en el vasto territorio de la Mesopotamia, entre los ríos Éufrates y Tigris, durante casi cuatro décadas. "Los libros sagrados" nos cuentan el mismo fragmento en el que al parecer, en un sueño, Dios apareció ante Salomón y le preguntó: «¿Qué quieres que te dé?» Y dijo Salomón: «Oh Señor, mi Dios, soy muy joven y no sé cómo gobernar. Por eso, dame sabiduría». Y respondió Dios: «Porque has pedido sabiduría y no larga vida ni riquezas, te daré más sabiduría que a cualquiera que haya vivido hasta ahora y además te daré riquezas y gloria».

Dios había declarado que la gobernación real pasaría a Salomón y para procurar que este hecho se cumpliera el Señor le entregaría el poder de las bestias de su trono a cuatro elegidos que Salomón considerara dignos, justos y sabios de ser sus guardianes y ayudarlo a mantener la paz y orden en su reino, pero Salomón tenía que encontrar y llevar al palacio a estas personas antes del equinoccio de primavera. Dios le dio a Salomón en ese momento cinco manuscritos protegidos bajo la estrella de David en su cobertura.

Encomendada esta misión Salomón le comunicó lo sucedido a su padre David mostrándole los manuscritos, David los abrió para ver el contenido, pero estaban completamente en blanco, aceptó la voluntad de Dios dándole su bendición a su hijo para que saliera en busca de sus guardianes. Salomón, tomó unos harapos de su servidumbre, con los cuales se vistió para poder pasar desapercibido, tomó un camello y salió en búsqueda de sus nuevos guardianes, esperando que la señal de Dios lo iluminara en su elección y confiando todo el tiempo en que llegado el momento sabría quién sería a los que debería depositarles toda su confianza.

Salomón contaba solamente con 16 días antes del equinoccio, por lo que debía apresurarse a encontrar a sus nuevos guardianes a tiempo, tras una larga y problemática búsqueda escogió a tres hombres y una mujer para formar parte de su reinado. Los manuscritos adaptaron cada uno un color diferente, rojo, verde, azul y amarillo, al mismo tiempo su contenido apareció al ser entregados a cada guardián, los manuscritos estaban escritos en una lengua desconocida y únicamente entendible para los guardianes, que no solo obtuvieron sabiduría sino un gran poder elemental para asegurar el orden y grandeza del reinado de Salomón.

Cuando Salomón tomó el trono, gracias a sus guardianes y a su sabiduría, el reino creció enormemente. Dividió su territorio en doce distritos, cada uno con su jefe y a cada guardián se le asignaron tres para supervisar. Estos se encargaban de un sector: agricultura, política, comercio y militar.

Se dice que Salomón también tenía grandes poderes que no solo le permitieron alzar su gran imperio sino también podía atrapar a los demonios del desierto y encerrarlos en vasijas selladas por toda la eternidad.

Cuando Salomón murió, Dios consideró que la guía de los guardianes favorecería a futuros reyes para volverlos sabios y justos. Por lo que al morir los guardianes, Dios le entregó a Roboam cuatro reliquias para poder volver a invocar a los guardianes de su difunto padre y realzar la gloria de su pueblo tras la división de los reinos, sin embargo, se dice que perdió las reliquias durante su precipitado escape a Jerusalén.

Roboam trató de recuperar el territorio de Israel, pero desistió a causa de la profecía del profeta Semeyas. Roboam sabía que sin las reliquias de invocación no lograría reunificar el reino y tras los saqueos vio esa posibilidad aún más lejana.

La historia cuenta que cada que una reliquia es activada es cuestión de tiempo para que las demás aparezcan y sean invocados, cada invocador obtendrá el poder del guardián y sus vidas estarán unidas hasta el final de sus días, aunque, solo aquel que sea electo por los cuatro guardianes como nuevo Rey y sea capaz de encontrar el anillo de Salomón, podrá invocar a Salomón quien lo evaluará y cumplirá su más grande deseo.