Genoma 13

Capítulo XX

El General Evans no estaba feliz con la decisión de sus superiores en dejar a Mauricio dos semanas varado en México, pero no podía ir en contra de ellos. Informarle al equipo causó una gran polémica, querían ir por su amigo lo antes posible y por más que el General dijera que era por su seguridad no comprendían lo que estaba pasando.

—¡Tenemos que ir por él! —Insistían todos.

—Los poderes de Aitana son mucho más peligrosos de lo que ustedes han podido ver, aún si ella desapareciera desconocemos el efecto que hayan podido causar en la zona. No irán a ningún lado hasta que se verifique que es un lugar seguro.

—Siempre nos dicen lo peligrosa que es, pero nunca por qué lo es. —Reclamó Emma.

Entonces el general decidió revelar un poco sobre Aitana.

—El lugar donde esta Tazarian es una ciudad destruida y la razón de que lo sea es Arellano. Sus poderes pueden acabar con la vida a kilómetros a su redonda por lo que no irán hasta que se les ordene.

El equipo se quedó confundido, el General se negó a dar más detalles y se retiró.

Mau y Aitana entraron de regreso a la casa. Mauricio se detuvo a ver en una mesa una fotografía, polvosa y vieja y con el color perdido, pero distinguía perfectamente que la de la foto era Aitana abrazada por otra persona.

—Esta era mi casa —dijo caminando por la sala tocando el respaldo del sillón.

Mauricio dejo la fotografía y volteó a ver a Aitana, ella cerró los ojos y comenzó a soplar el viento más fuerte a su alrededor. Ella estaba restaurando la casa en la que se encontraban, todo lo roto volvía a estar intacto, el color volvía a los objetos y el polvo desaparecía. La casa no era de gran lujo, pero era moderna y Aitana acababa de dejarla como nueva.

—Creo que es momento de hablar sobre mi —dijo Aitana golpeando suavemente el sillón invitando a Mauricio a sentarse.

Mauricio se sentó y siguió con la mirada cada movimiento de Aitana. Ella fue a la mesa donde estaba la fotografía restaurada, la agarró viéndola con dolor y nostalgia y la abrazó fuertemente contra su pecho, caminó al sillón y se sentó junto a Mauricio.

Le entregó la fotografía a Mauricio con una sonrisa, él la agarró y la vio detenidamente. En la fotografía estaba Aitana sonriendo de una manera tan alegre que jamás la había visto, junto a ella la abrazaba una mujer de mediana edad.

—Ella es mi mamá —dijo Aitana señalando a la mujer—. Vivíamos aquí juntas.

—¿Ella es tu única familia?

—Lo era —contestó nostálgicamente—. Mi mamá era madre soltera, mi papá nos abandonó cuando era una bebé, ella me crió sola. No tengo más familia.

—Lo siento mucho... —dijo sin saber realmente que decir Mau.

—No te preocupes, realmente jamás me hizo falta tener un padre, pero... esa no es la historia que te voy a contar. Te diré la razón por la que me consideran peligrosa en Corona.

Mauricio siempre había tenido una gran intriga al respecto, pero sabía que era un tema que no podía sacarse simplemente y menos tras ver esa ciudad tan destruida, sentía algo de miedo de conocer la verdad, pero el realmente amaba a Aitana y si había algo en lo que él pudiera ayudarla lo haría.

—Tenía una buena vida antes de ser llevada a Corona, yo fui un caso extremadamente raro, me infecté de los tres virus al mismo tiempo, una persona no sobrevive a eso más de un par de días. Mi mamá me llevó al hospital, ella estaba sana y no la dejaban verme por riesgo a que la contagiara. Esperaban que muriera rápido o que los síntomas empeoraran, pero no fue así, después de dos días en el hospital estaba mejorando. Los doctores hicieron exámenes, pero seguía lanzando positivo a los virus por lo que querían seguir haciéndome pruebas. Desconozco si me volví famosa por haber sobrevivido o como se enteraron, pero alrededor de una semana después en la que yo seguía internada le permitieron a mi mamá verme, pero... no sin compañía. Mi mamá llegó escoltada por 5 militares, decían ser marines de Estados Unidos. Yo estaba verdaderamente confundida, pero muy feliz de ver a mi madre.