Capítulo XXXIV

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Aitana llevaba ya unas semanas en su nueva vida como campesina, había entrado en cierta desesperación por la ausencia de sus poderes. Los poderes que tanto odiaba y que ahora que no tenía ni siquiera ella podía creer cuanto los extrañaba; entre los recuerdos que había recuperado recordó la voz de un Doctor decirle que había estado sufriendo de alucinaciones. ¿Acaso todo lo que había vivido en Corona había sido producto de su imaginación?

Cuando estaba cerca de la casa con Diego no recordaba más cosas de su pasado que las que ya tenía, pero cuando salía a realizar alguna actividad sus memorias volvían a intentar fluir en ella. No comprendía bien la relación todavía, hasta esa mañana en que decidió darle una última oportunidad a utilizar sus poderes. Era temprano y corrió entre los maizales hasta llegar a una zona desierta, se concentró y cerró sus ojos, de sus manos sintió salir de nuevo su poder y al abrir los ojos vio como el lugar estaba congelado, entonces utilizó su poder del tiempo para descongelar el lugar exitosamente. Seguido de eso se teletransportó a unos metros de distancia para corroborar que todos sus poderes siguieran ahí.

—¿Como es que...? —Se preguntó.

Fue entonces cuando entendió, Jake tenía razón sus poderes del tiempo eran los que intentaban acceder a sus recuerdos bloqueados, por eso cuando ellos no servían no había recordado más, pero si sus poderes aún servían. ¿Qué era lo que los bloqueaba? Era un lugar pequeño y pobre como para que hubiera una barrera anti-poderes.

Tras meditarlo unos minutos fue que lo entendió todo y regresó corriendo a la casa.

Al entrar a la casa buscó desesperadamente a Diego buscó por todas partes pero, no estaba ahí, entonces escuchó la puerta abrirse.

—Ya volví. —Anunció Diego.

Aitana corrió a él, se veía agitada y con una mirada seria le dijo:

—Tengo que hablar contigo.

Diego preparó agua de limón y salieron a sentarse en el porche de la casa para platicar.

—¿Qué es lo que sucede? —preguntó Diego preocupado.

—Dime algo. ¿Tu llegaste a contagiarte de SAVID?

—Si, pero eso fue hace meses, me recuperé rápido de eso.

—Entonces puede que tenga razón... —Pensó Aitana un momento—. Te contaré todo lo que recuerdo de mí y quien soy, pero a cambio necesitare de tu ayuda.

El sintió miedo de lo que Aitana le fuera a pedir, pero su curiosidad era aun mayor por lo que aceptó.

Aitana sacó la libreta que Diego le había dado, no lo leyó al pie de la letra, pero algunas de sus notas le sirvieron para saber por dónde comenzar.

—Mi nombre es Aitana Arellano Rivera, tengo 25 años, soy mexicana, nací en la ciudad de Puebla y estoy casada con Mauricio Tazarían. Fui llevada en contra de mi voluntad a una base secreta de Corona en los Estados Unidos donde se experimentó conmigo al ser la primera persona con super poderes en nuestro continente y además tener algo llamado Genoma 13 que parece ser importante para la realización de curas para múltiples enfermedades además de la clave para erradicar los virus que azotaron al mundo en los últimos años.

—¿Super... poderes?

—Sí, superpoderes, nos llaman mutantes, habémos varios, pero parece que somos un secreto del gobierno o algo así; bueno, continuó —dijo volviendo a sus apuntes—. Yo soy la causa de la catástrofe de Puebla, después de eso perdí la fe en todo, hasta en mí misma. A pesar de eso tuve la oportunidad de conocer personas maravillosas que considero mis amigos y haría cualquier cosa por ellos. Mis poderes comenzaron a consumirme por lo que me llevaron a Inglaterra. A partir de ahí todo se vuelve borroso.

Genoma 13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora