Capítulo IX: Las cuevas de Ellora

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El General había logrado hablar con sus superiores para poder cumplir su promesa, el equipo había mejorado significativamente y Jake tenía varias soluciones tecnológicas para cualquier problema que llegase a surgir durante la integración del nuevo miembro ya que era el único que sabía lo que ocurriría ese día.

Como todos los lunes, antes del entrenamiento físico se reunían con el General en la sala de estudio donde los actualizaba sobre sus funciones y Ray entregaba los informes de las misiones como líder del equipo. Tras recibir y revisar el reporte de la última investigación de campo que habían realizado el General decidió comunicarles las nuevas noticias.

—El día de hoy voy a presentarles a la nueva integrante del equipo. —Anunció el General mientras guardaba los papeles en su portafolio.

Todos en la sala comenzaron a susurrar sobre quién podría ser. Emma esperaba que fuera una chica porque ya estaba harta de ser la única mujer entre ellos, Ray quería que fuera un hombre con alguna otra habilidad extraordinaria para poder fortalecerse más en combate. Dan y Mau no tenían ninguna expectativa, pero igual estaban interesados en quién podría ser.

El General se levantó, hizo que el equipo se pusiera de pie en modo militar para su recibimiento. La puerta se abrió lentamente y quien entró era la mayor sorpresa. La chica misteriosa que tenían tanto tiempo sin ver. Mauricio y Dan eran los más sorprendidos en un buen sentido, Emma estaba contenta de ya no ser la única chica, Jake se sentía nervioso esperando que nada se saliera de control para que ella pudiera quedarse, Ray en cambio fue el más serio al respecto.

Había pasado más tiempo del que a ella le hubiera gustado, se esforzó mucho en su investigación de los volcanes y en dar resultados para que los superiores le permitieran integrarse, estaba emocionada y nerviosa, no quería arruinarlo. A la vez sentía un gran y profundo miedo de terminar aislada de nuevo si por accidente llegara a hacerles daño.

Respiró profundamente mientras caminaba, llevaba el mismo uniforme que los demás y espero unos segundos para organizar las palabras en su cabeza antes de proseguir.

—A partir de hoy me uniré a ustedes de manera oficial, mi nombre es Aitana Arellano, soy mexicana y espero podamos entendernos bien.

Aitana hizo una ligera reverencia y vio a cada uno de sus nuevos compañeros. A diferencia de lo que Jake creía para Aitana él era una cara nueva, sabía que un chico le había estado haciendo aparatos para ayudarla a controlar sus poderes, pero las pocas veces que habían coincidido ella estaba sedada o muy afectada por la experimentación que llevaban a cabo con ella que no recordaba para nada su rostro.

Donde su vista quedó más fija durante unos segundos fue viendo a los ojos a Mauricio, él quedó hundido y profundamente perdido en su mirada, la recordaba como si hubiera sido el día anterior que se topó con ella por última vez, en realidad habían pasado ya un par de meses desde ese encuentro y no había sido capaz de volverla a ver desde entonces. Al fin había podido conocer su nombre y sus labios se tornaron en una sonrisa.

La expresión de Aitana jamás dejó de ser seria y casi inexpresiva, nadie pudo notar lo nerviosa y estresada que realmente se sentía. Hacía mucho que ella no era capaz de demostrar sus emociones.

—Ella estará aquí los próximos meses en modo de prueba, sus poderes siguen siendo inestables por lo que les pido mantengan su calma con ella y de preferencia no la hagan utilizarlos durante las misiones —dijo el General concluyendo la reunión previa al entrenamiento.

Aitana quería ser la primera en salir después del General, pero fue rodeada por Dan, Mauricio y Emma. Los tres se veían muy emocionados de tenerla ahí.

—Mucho gusto —dijo Dan mientras sostenía su mano dándole un beso—. Mi nombre es Dante y espero nos podamos conocer a fondo pronto. —Guiño un ojo y soltó finalmente su mano.

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